Capítulo 72.

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  Capítulo 72.

-¿Qué pasa, nena?

Solté un gemido desesperado, y tapé mi rostro con las manos. ¿Debería decírselo de verdad? Podría cambiar de tema, fingir que me dolía la cabeza y que necesitaba descansar del constante movimiento del coche. Pero, ¿qué clase de estúpida idea era esa?

-Harry -susurré, tratando de tragarme las ganas que tenía de llorar.

Desearía estar con mi madre en la sala de casa con una taza de café entre las manos, en mi cama, mientras ella me susurraba palabras conciliadoras.

-________, nena, ¿qué pasa? -Puso su mano sobre mi hombro y se inclinó hacia adelante acercándose más a mí, empeorando las cosas.

-Necesitamos hablar. -Me enderecé-. Realmente necesitamos hablar.

-Claro, nena, claro. -Me miró un instante con cariño y ternura, provocando más enojo en mí.

-No podemos seguir fingiendo que todo está bien, ¿sí? -comencé-. Nada lo está. Tú me besas, yo te beso...

Él evitó sonreír, aunque lo ocultó, porque no era el momento.

-Y nos gusta -aclaré-. Por supuesto que sí, nos encanta -susurré para que no oyera-. Pero, ¿no ves que está mal?

Su sonrisa se borró por completo.

-Está Louis. Él me quiere, y yo le correspondo. Lo que hacemos está mal, muy mal, deberíamos detenerlo.

-Yo no quiero detenerlo.

-¡Quiero a mi mejor amigo! -rogué-. ¡Lo necesito conmigo! ¿Por qué haces las cosas tan difíciles?

-¿¡No te das cuenta que no quiero ser solo tu amigo!? -gritó.


Mis ojos se llenaron de lágrimas.

(...)


Hundí mi rostro contra el cabello de mi madre. La había extrañado tanto que no pude contener las ganas de abrazarla y estrujarla como cuando tenía cinco años. Ella acarició mi cabello, diciéndome cosas tiernas.

-Cariño... ¡Cuánto te había extrañado! -exclamó-. ¿Cómo la pasaste?

-Bien -susurré. Intenté ocultar mi dolor contra su pelo-. Bien... Era hermoso ese lugar.

-Me alegro que te gustara -dijo, separándome de ella-. Oye, ¿quieres comer algo?

-Sí, por favor -rogué.

Ella me dirigió hacia la cocina.
Ésta seguía igual de impecable, como ella siempre quería que estuviera. Había galletas de coco sobre la mesa y unos batidos de chocolate. La miré sorprendida. Mi madre solía ser así... Preparaba todo con tiempo, y a veces hacía regalos aunque no hicieran falta.

Sonrió y me indicó que me sentara a comer. Lo hice, me senté frente a ella, y sonrió más ampliamente.

-Cómo te extrañé -repitió.

-Yo también, mamá -respondí con la boca llena de galletas, intentando no escupir.

Se me quedó mirando un instante.
Sus ojos estaban vacíos, llenos de olvido. Pero, también, tenían un poco de amor por mí. Entendí, o más bien recordé, que no tenía a nadie más. No desde hace unos diez años.

Una tarde ella había descubierto la infidelidad de mi padre. Él se encontraba a escondidas con una mujer cuatro años menos que mamá. Durante un año, mi madre sufrió de su engaño sin saber qué hacía mi padre cuando ''salía son sus amigos''. Aquel mismo día había pasado una noche horrible, lo único que oía eran las peleas de mamá y papá. Logan me abrazaba fuertemente e intentaba taparme los oídos constantemente.
Me levanté a la mañana, cuando él se durmió abrazado a mí, con los ojos pegajosos por las lágrimas. Bajé hasta la cocina, y vi al lado de la puerta las maletas de mi padre. Esa imagen se gravó en mi mente durante todos estos años: dos maletas, una grande y otra pequeña, marrón suave a juego. Y luego, los labios de mi padre en mi cabello, sus zapatos negros dejando la puerta.

Mi madre había estado sola, y sentía en la piel cuánto me había necesitado. Sonreí, intentando consolar algo que en sus ojos percibía.

-¡Oye -exclamó saliendo se un trance-, casi lo olvido! Tu chico, Louis, vino aquí más de una vez.

-¿Qué? -No pude ocultar mi asombro, casi escupo las galletas de coco.

-Sí, dijo que cuando llegaras, debía decirte... -Ella frunció el ceño, recordando. Caminó hasta la nevera y tiró de un papel pequeño de color rosa salmón, donde estaba una fina y negra letra. Comenzó a recitar-: Cosas que quiero decirte, pero no lo hago, son: te amo, te extraño y lo siento. -Mi madre frunció el ceño y no pude evitar sonrojarme. Ella me miró-. Y que quiere que apenas llegues, lo llames, necesita hablar contigo.

Sonreí.  

My Trouble (Harry,Louis&Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora