Capítulo 89

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Mi estómago sufrió a causa de esas palabras. No sabía que contestar. Pero, lógicamente, jamás admitiría que sentía lo mismo por él, porque me era algo imposible, no podía sentir eso, y tampoco quería sentirlo. Solo me alejé un poco de él y lo miré a los ojos.
Lo vi tan vulnerable que me sentí culpable por ello. ¿Era mi culpa? Claro que lo era. Le hacía daño fijo constantemente, sin que me diera cuenta, no quería lastimarlo. Pero, sin embargo, lo hería, todo el tiempo. Quería cambiar eso, porque él no se merecía nada de lo que hacía. Así como Louis tampoco se lo merecía, nadie podía ser digno de tal cosa. Intenté sonreír un poco, pero no surgió nada de mis intentos.

-Te amo -repitió-. Y lo único que te pido es una oportunidad, nena. Sabes que haría todo por ti.

Y lo sabía.

Lo que estaba en juego no era eso. Ya no me importaba salir herida si salvaba de alguna forma a Harry. Si sabía que lo mejor para él era prohibirme tenerlo, sería capaz de rechazarlo, con tal de no joderle la vida. Y fue en ese momento, al verle a los ojos detrás de esos cristales, sus lentes, que lo amaba. Porque, ¿qué sería, sino, amar? ¿Qué sería amar, si no lo era ser capaz de dejarlo todo por ver una sonrisa en su rostro? Bajé la mirada, preguntándome qué era lo mejor.

Podía rechazarlo, evitándole cosas peores en un futuro, pero perdiéndolo, tanto como amigo como la persona más importante de todas.

-Sé que harías todo por mí, Harry. -Suspiré-. Pero necesito pensar, Harry... Solo necesito tiempo.

-Claro, nena -exclamó él al segundo, cogiéndome los brazos-. Todo el tiempo que desees.

Asentí.

Me acerqué a él un poco más. Me miró a los ojos intensamente, y perdí el hilo de la conversación, el sentido de el momento, del tiempo.

-¿Nos vemos mañana?

-Sí -respondí, y le quité los anteojos, sonriéndole, para luego dejar en sus labios un beso de despedida-. Adiós.

Salí de su habitación, y por primera vez, sentí que no le rompía el corazón. ¿Estaría él feliz?

Quería estar con él, pero era difícil. Todo lo era. Tenerlo sería como comenzar a rasparme al lado de una herida abierta, y esta herida abierta era Louis. Seguía sangrando allí, claro, solo habían pasado unos dos días desde cuando me dijo que todo había terminado... Más bien, que nunca habíamos empezado nada. ¿Cómo podría tener algo con Harry si no había terminado de llorar a Louis?

Cerré la puerta de su casa detrás de mí, y crucé a mi casa. Era media noche, o un poco más tal vez, pero las luces estaban encendidas. Logan no solía dormirse muy rápido, cosa que compartía con él en ocasiones.

(...)

-¿Quieres? -preguntó, tendiéndome las palomitas.

-Claro.

Logan se hartó fácilmente de Harry Potter. Se decidió por El Señor de los Anillos. Eran las siete de la mañana, pero ninguno de los dos tenía sueño. En la mesa pequeña que estaba frente al sofá había paquetes de snacks, latas de bebida energética y gaseosas, chocolates y golosinas, incluso había tarta de jamón y queso que ninguno de los dos tocó.
Por alguna razón, me sentía bien, ya que no estaba con el típico miedo de saber qué hacer con Harry, o si ver a Louis, o si ocultar algo. Me sentía libre de un instante a otro, y rogué que eso continuara así durante mucho tiempo.

-Voy yo.

No había caído en la cuenta de que había sonado el timbre, estaba demasiado abstraída del mundo y concentrada en la película. Logan ya se había ido de mi lado. Pude oír la voz de una chica, y al instante comprendí de quién se trataba.

Meredith. ¿Qué hacía aquí tan temprano?

Ella entró rápidamente, y se paró frente a mí. Llevaba la misma ropa del día anterior, y entendí que venía directamente de la casa de Zayn.

-___________, ¿podemos hablar? -tartamudeó.

-S...sí, claro, ¿qué pasó?

-Mmmm, en privado... ¿Sí? -preguntó, mirando a mi hermano.

Él se encogió de hombros y se dirigió a la cocina. Sin embargo, comprendí que ella quería más privacidad. La guié a mi habitación, y sin previo aviso, se tiró sobre mi cama y comenzó a tartamudear cosas que no comprendía, uniendo y creando palabras nuevas.

-¡Para, para, para! -grité-. ¿Puedes respirar?

Meredith respiró, tranquilizándose. Cerré la puerta despacio, aunque sabía que Logan jamás nos molestaría. Moví la mano, haciéndole entender a mi amiga que continuara. Ella volvió a tomar una bocanada de aire puro, y suspiró luego.

-Zayn.

-¿Eh?

-Ayer, en el cumpleaños de Zayn, creí que... -Comenzó a jugar con sus dedos, nerviosa-. Creí que podía decirle lo que siento por él... pero, bueno, no fue como creí.

-¿Qué sucedió?

-No siente lo mismo, ¿sabes?

-Oh, mierda...

Ella intentó contener el llanto, y le salió bien. La envidié durante un segundo.

-Pero a ti nadie te rechaza -comentó-. ¿Cómo logras eso?

-A mí me rechazan, Mer, no te creas cualquier tontería
-admití, pensando en aquel Louis que me rompió en mil pedazos, y en el Louis que podría volver a unirme.

(Narra Harry)

Entre en su habitación con permiso de Logan. Él decía tener sueño, así que a penas me vio dijo ''pasa'' y se fue para su habitación.
Y allí estaba, mi nena, mirando a la ventana, con la mirada perdida. Me acerqué a ella, pensando en las mil cosas que podría decirle, pero recordé que me dijo que necesitaba tiempo. La observé, su hermoso perfil, tranquila. Me acerqué, y lentamente me senté a su lado. Me miró, sin mover el rostro, y sonrío, tan dulcemente, que sentí que valía la pena molestarla.

-Harry.

-Nena.

Sonreí.  

My Trouble (Harry,Louis&Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora