Capítulo 53.

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Capítulo 53.

-Dime.

-¡Entré al equipo de fútbol!

Ella, y aunque me sorprendió, sonrió ampliamente. Se fascinó imaginar que ella vendría al partido que se llevaría a cabo aquella misma tarde, sentada en las gradas escolares mientras yo intentaba meter algún gol para dedicárselo a ella. Sería fantástico.

-¡Te felicito! -festejó, par después besar mi mejilla.

-¿En serio? -Ella asintió-. Bueno, ¿vendrás hoy a verme? Hay un partido esta tarde, me gustaría verte allí.

-Claro, allí estaré.

(Narrador Omnisciente)

Los jóvenes se fueron a la cafetería, en busca de cafeína y algún sándwich. 

Pasar un rato juntos, comiendo, hablando y riendo, para ellos era algo privado que ambos mantenían. Él sonreía y contaba chistes sin parar, provocando la risa de ___________, quien no podía comer y reír al mismo tiempo. Las payasadas de Louis eran sus favoritas después, claro, de las caras raras que él le hacía. 

-Bien -respiró-. Detente, por favor, Louis, ten piedad -exageró la chica.

Él sonrió, y contuvo las ganas de besarla cuando ella se sonrojó. Se veía tierna, demasiado. 

Sonó la campana indicando que volvían las clases. 

(...)

Esperar a Louis no era algo entretenido. La joven miraba constantemente la hora en su celular, mientras que su mente amplificaba los diez minutos de espera en una media hora. No quería esperarlo más.

Louis estaba en los vestidores poniéndose el uniforme deportivo que correspondía al equipo escolar. Ella, por suerte, no tenía que vestir como porrista ni revolear pompones irritantes en la cara de la gente. Aunque, ciertamente, para __________ eso sería comedia; refregar los pompones en la cara de las mismas porristas sería su nuevo pasatiempo si pudiera. 

El entrenador Holmes dejó que Lou pidiera verla antes del partido, cosa que ambos agradecieron inmensamente. Parecían un par de tórtolos que no eran capases de admitir que sí había algo escondido entre ellos, y no una amistad a medias exactamente. 

-Bebé -la llamó Louis, después de cerrar la puerta tras él.

A __________ se le detuvo el corazón.

Le quedaba terriblemente sexys aquellos pantalones deportivos y la remera del equipo. Los botines verdes, no demasiado chillones, junto con unas medias negras completaban el conjunto deportivo mientras que el cabello castaño removido terminaba la sensualidad que su cuerpo dejaba a la vista.

Bien, tendría que salir al campo de una maldita vez si no quería hiperventilarse.

-¿Y? ¿Qué tal? -preguntó él.

Louis se encontraba más que ansioso. Después del arte, el fútbol era la cosa que más le gustaba junto con la música..., sin mencionar a __________, aunque ella le encantaba. 

-Es... emm... -tartamudeó la joven-. Perfecto -finalizó. No encontró palabras con qué describirlo para no irse de tema-. ¿Listo?

Él negó con la cabeza.

El joven se acercó a la chica. Capturó su rostro entre sus manos, y estampó sus labios contra los de ella. 

Él abrió los labios de la chica con los suyos, profundizando en beso. Louis sabía a menta, fresco y atrayente. Las cosquillas en las mejillas de la chica igualaban a el sonrojo que él había provocado. 

-Ahora sí, listo -susurró el muchacho contra los labios de su castaña.

(...)

-¡Gol! -gritó __________. 

Su grito se unió al de toda la tribuna, mientras el público adolescente se sumía en puro griterío y palabras de adoración hacia los jugadores. 

Louis había anotado ya unos dos goles. El segundo, por supuesto, al igual que el primero, se lo dedicó a ella, lanzándole un beso desde el campo de juego. Él de verdad era bueno en el fútbol, era rápido y feroz, esquivaba en cuestión de segundos a todos los jugadores del equipo contrario. 

La chica había dejado de lado el café que se había comprado media hora antes. Ya estaba frío, pero eso no le importaba. No lo quería, estaba profundamente sumida en el partido mientras su chico lo ganaba. ¿Por qué un café tendría lugar en su estómago?

-¡Louis! ¡Louis, Louis! 

Las animadoras cantaban alegremente, sacudiendo sus pompones, sus polleras y extendiendo sus piernas en lo alto, llamando la atención provocativamente a los jugadores. Eran porristas, vamos, deberían animar al equipo, no distraerlos, pensó ___________.

Pero algo que no puedo evitar, fue sonreír al ver que Louis no les prestaba atención, sino que, mientras se dirigía otra vez a su puesto, la miraba a ella de reojo, con una enorme y perfecta sonrisa en el rostro.

(...)

-¡No puedo creerlo! -celebró-. ¡Ganaste, Louis, ganaste!

Él la rodeó entre sus brazos, fundidos en un abrazo, mientras sus labios volvían a tocarse. Se separaron al instante cuando notaron que parte del equipo los miraba con sonrisas burlonas. 

-Tomlinson... 

-¿Qué?

-Esta noche hay una fiesta de celebración -dijo Charls, uno de los jugadores-. Entramos en el torneo -explicó-. Vienes, ¿cierto?

Louis asintió, y volvió sus ojos a __________, que seguía entre sus brazos, mirándolo con admiración. No pudo evitar sonreír y volver a sonrojarla. 

-Vendrás -aseguró.

-No lo sé -dijo ella.

-Vendrás.

My Trouble (Harry,Louis&Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora