Capítulo 50.

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Capítulo 50.

La joven caminó hacia su casillero, dejando atrás de sí a su amigo. Abrió su casillero, dándole la espalda en un gesto notablemente ignorante y maleducado.

Comenzó a cambiar los libros y carpetas, molesta. Más aún cuando su siguiente clase era Ciencias, la cual odiaba. Nunca había sido su fuerte, y por lo tanto, jamás una alumna de primera, o al menos una del montón, sino que se esforzaba demasiado para pasarla. 

Harry aún la miraba, detrás de ella, con los brazos cruzados. No había caído en la cuenta de que tenía la barbilla hacia arriba, como un signo de superioridad.

Sí, seguían peleados. 

No habían llegado a nada, por supuesto, sólo a más enojo de parte de _______ y más confusión por parte de él. 

Pero, por suerte o por falta de la misma, -dependiendo de cómo se mirase-, Harry no había confesado su completo desacuerdo de que ella y Louis tenían algo. Más aún, cuando se lo había contado un compañero de Literatura.

Simplemente, se volteó y siguió con su camino.

(...)

La joven entró corriendo en el salón, completamente enterada de que había llegado tarde. 

Su profesor solamente asintió, ella agachó la cabeza, y caminó a su asiento en completo silencio, dejando de lado a todas las miradas.

-Bien -dijo el profesor-, ¿han estudiado? Espero que sí -se respondió antes de que pudieran siquiera abrir la boca.

¿Estudiado?, se preguntó.

-Sólo necesitarán un bolígrafo y sus conocimientos -explicó, mientras repartía una larga fotocopia.

Comenzó a explicar los temas del examen, qué debían hacer en él. Pero la joven estaba lo suficientemente sorprendida como para prestarle atención.

Se había olvidado de que había un examen... Bueno, ¿lo sabía siquiera?

Estaba muy distraída últimamente, y la preocupaba en realidad. Nunca había sido de esas alumnas de diez, su promedio era de entre ocho y nueve. Pero aún así era una excelente alumna. Jamás había sacado una baja nota en toda su vida. Sabía que estaba en problemas.

Pero también sabía que había una razón que generaba su despistes... Pero lo que desconocía era con exactitud qué.

-Carajo -susurró.

(...)

-Ajá -musitó.

-¿Me escuchas algo, o sólo asientes como un idiota todo el tiempo? -preguntó ella.

-¿Disculpa?

-¡Harry!

No la estaba oyendo, hasta podría decir que no sabía que Alison estaba allí a su lado. Pero lamentablemente sí sabía que estaba allí. Lo único que sucedía era que no quería prestarle atención.

Su casillero emitió un golpe metálico, que podría haber sido estruendoso. Sin embargo, el ruido fue mínimo, causa de que los adolescentes al rededor impedían que el sonido fuera feroz. La verdad, él habría querido que el ruido fuese fuerte, por alguna extraña razón, tal vez para demostrarle a Alison que no estaba de buenas.

-¿Qué decías? -fingió una sonrisa, mientras pronunciaba las palabras.

-Decía que... bueno, ¿estás ocupado el viernes? 

Lo meditó unos segundos.

No había luchado demasiado, la verdad no había levantado su arma siquiera. Sólo se había limitado al lujo de observarlos desde lejos, fingiendo que nada le importaba. Pero tampoco quería dejar las cosas así. No quería perder una lucha que ni había comenzado. Pero algún día comenzaría..., pero no sabía qué sucedería en aquella guerra.

Una parte de él no quería dejar de querer a __________, pero otra lo advertía, no debía -ni quería- perder la amistad que ambos tenían. Y no quería tirar abajo ningún ladrillo para derrumbarlo todo. 

-No, ¿qué se te ocurre hacer?

(...)

-¿Cómo te sientes? -preguntó la mujer.

-Bien, mamá -musitó Louis-. Es solo un resfrío, no te preocupes, ¿sí?

Él estaba acostado entre bollos de pañuelos usados y tazas, que en la anterioridad, estuvieron llenas de sopa de calabaza. 

Había pillado un resfrío unos días antes tal vez, pero la noche anterior había comenzado a sentir el peso de los hombros, los ojos caídos y las ganas de dormir, por no mencionar la congestión. 

Lo único que había hecho era acostarse, dormir, tomar sopa y mirar shows aburridos por la televisión. En aquel momento se encontraba mirando una película romántica. No porque le gustase, sino porque era lo único que había para ver.

-¿Necesitas algo? -preguntó su madre-. ¿Más sopa?

-No, mamá... -respondió su hijo-. Quédate tranquila, estaré bien -sonrió.

Su madre asintió y salió de la habitación. 

Él cogió su teléfono y lo encendió. 

Tenía una llamada perdida de «Bebé» , y un mensaje del mismo remitente.

''Lou, ¿dónde estás? Lamento si sueno desesperada, pero no aguando más esta maldita escuela''

Para su suerte, el mensaje lo había enviado cinco minutos atrás.

''Bb, hola c: Estoy en mi casa, tengo un leve resfrío, pero nada grave. Sal de esa maldita escuela, ¿te molestaría visitarme?''

My Trouble (Harry,Louis&Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora