Capítulo 51.

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Capítulo 51.

La joven tocó la puerta de la casa. Su estómago rugía, no por hambre, por supuesto. Otra vez se alzaban sobre ella los nervios, la emoción, las abejas que punzaban su estómago, y tenía que luchar por no sacudirse del escalofrío.

Una mujer con el cabello oscuro, un castaño completamente oscuro, abrió la puerta de la casa, mirándola a la joven.

-Hola -saludó ________-, disculpe la molestia. ¿Está Louis? 

-¡Claro que sí! Pasa.

Se hizo a un lado, dejándola pasar.

La madre de Louis, Johanna, conocía a la chica gracias a los perfectos retratos que su hijo llevó a cabo. ¿Su nombre? Lo había escuchado más de una vez, y estaba encantada con las cosas que su pequeño le contaba sobre ella. 

Johanna sonrió ampliamente, y se cruzó de brazos. _________ la miró, y sonrió también, aunque un poco nerviosa. Le incomodaba la sonrisa que se ampliaba cada vez más, solo por el simple hecho de no saber por qué sonreía tanto aquella mujer.

-Louis está arriba, en su habitación. Última puerta a la izquierda -dijo-. ¿Podrías llevarle esta sopa? -preguntó, tendiéndole una taza caliente.

-Sí, claro...

-Johanna.

-Johanna -repitió ________.

Subió las escaleras con sumo cuidado. La sopa calentaba tanto la taza que, al principio, había llegado a quemarla. Pero sus manos llegaron a acostumbrarse rápidamente.
Cuando abrió la puerta, ella, ya estaba siento controlada por los nervios. Y desconocía el por qué a esa reacción estúpida. Sólo iba a ver a Louis, ¿por qué se comportaba así?

La madera desgastada de la puerta se apartó de su vista, dejándole ver a su chico reposando en la cama. Cuando éste la vio, se incorporó de inmediato, sin poder evitar que una sonrisa se estampara en sus labios.

-Bebé -susurró-. Pensé que no vendrías.

-Lo tomé como una verdadera invitación -dijo ella, coquetamente-. Hazme un espacio.

Louis obedeció de inmediato, dejándole a la chica un espacio en su cama. Ella se acercó y se acostó con él. Apenas tocó las sábanas cuando sintió su olor. Masculino, seductor e irresistible. Y en ese momento, al fin, el escalofrío la recorrió.
Se adentró en la cama cubriéndose con las mantas, mientras el joven pasaba su brazo sobre sus hombros. Le dio la taza de sopa a Louis, quien la tomó y la dejó sobre la mesita de luz. 

Ambos fijaron sus ojos en la televisión, en esa película romántica a la que __________ no seguía el hilo. Pero, en ese silencio, los dos se comunicaban fácilmente. Los jóvenes querían hablarse pero no tenían ningún tema de conversación.

-¿Qué sucedió en la escuela? -preguntó al fin él.

-Nada, sólo... un examen complicado.

Pero no, no era eso exactamente. 

Sí, el examen la había tomado desapercibido. Pero lo que sí fue el colmo para su día era Alison. Cada sílaba de su nombre le generaba unas terribles ganas de golpearla. 

Aquel día, cuando salió de su horrible examen, divisó a su mejor amigo y a Alison extrañamente enredados entre brazos y piernas. Sus labios no habían más que acortar su privacidad, mientras que los chicos que pasaban a su alrededor no les prestaban la mínima atención. 

¡¿Qué case de amigo hace eso?! 

(Narra Harry)

-Ve a hacer la tarea -ordenó mi madre.

Decidí que debía hacerle caso. Aquel día había hecho cosas malas, y había discutido con mamá en el coche. 

Habíamos ido al hospital para una revisión de mi mano. Todo estaba mucho mejor, no me había roto nada, pero el golpe había sido horrendo. Por supuesto, no le había contado a mamá qué había pasado realmente. Una simple mentira: jugaba futbol, cuando una pelota llegó a mí con una fuerza increíble y terminó lastimándome. Pésima mentira, pero al parecer mi madre se la había tragado... a medias. Seguía exigiéndome una respuesta a su pregunta, por qué me había lastimado la mano, pero jamás admitiría que era porque amaba a mi mejor amiga y ella quería a mi estúpido vecino.

Subí a mi habitación, y tomé mi libro entre manos, cuando mi teléfono sonó. Pude leer su nombre en pantalla, y me pregunté por qué aún la tenía agendanda. 

''Hazza, ¿a que no sabes qué cosa increíble pasa ahora mismo? TENGO LA CASA PARA MÍ SOLA. Ya sabes que hacer, vente para aquí''

¿Cómo iría? Podría decirle a mi madre que me iba a... pasear con __________, y por supuesto que me dejaría. 

_________.

Ella debe de odiarme ahora mismo, no hago más que cometer errores, y..., esperen. Éste también es un error. ¡Estaba apunto de irme a la casa de su enemiga! ¡¿Qué mierda tenía en la cabeza?! Pero ella debía de estar con... Louis Tomlinson. Así que, ¿por qué no podía divertirme? Después de todo, ella también me lastimaba lentamente, y no sabía qué hacer. Todo en lo que pensaba era en vengarme de alguna manera, pero a la vez, en dejar de pensar en ella. No quería arruinar nada entre nosotros, aunque nada estaba bien, pero tampoco dejar ese ''nosotros'' completamente en el pasado.

Abrí la puerta y bajé decididamente por las escaleras. Mi mentira podría ser creíble, así que no sería mala idea.

-¡Mamá!

(Narra _________)

Nueva semana.

Louis aún seguía con su congestión, y Harry seguía viéndose con Alison. O eso creía. En realidad, no la había visto desde hace unos cuatro días, y eso me gustaba. Algún día la borraría del mapa, y le dejaría claro que Harry era mío de cualquier forma en la que se lo mirara. 

Sí, mío.

Salí de la escuela, dirigiéndome directamente a la casa de Harry. No quería seguir peleada con él, y entendí un día antes que él no sería esta vez quién se disculparía con el otro... Me tocaba a mí.

Llegué en cuestión de minutos, y subí a su habitación. 

Dormido, tranquilo, pelo alborotado, enredado entre las sábanas... ¿por qué me gustaba verlo así?
Lo moví un poco pero no surtió efecto. Moví más fuertemente su hombro, y él se quejó. Al cabo de un rato, abrió mínimamente su ojo y me miró, volvió a cerrarlo y oí como rascó su garganta en un gruñido. 

-Nena -susurró.

Levantó un brazo, pasándolo por mi cintura, tirando de mí. Entendí qué era lo que quería: quería que durmiera con él. No iba a negarme. Me quité mis zapatillas y le di una palmadita en su pecho, indicándole que se corriera. Él lo hizo, y me acosté a su lado. No pasó ni un segundo, ya sentí sus brazos alrededor de mí, y pegó sus labios a mi cabello, detrás de mi oreja. 

Su respiración pausada me causó satisfacción, y sentí el calor que me envolvió al instante. Me encantaba estar así con él. 

(...)

-Harry, no hacía falta -dije.

-Sí, sólo he actuado como un idiota todo el mes... ¿Me perdonas?

¿Por qué no hacerlo? ¿Por qué no recuperar a mi mejor amigo? Asentí con una sonrisa, y él se volvió a acostar a mi lado, listos para comer la torta de frutilla que él solía prepararme. Se me hacía la boca agua de sólo pensar en comer otra vez su exquisita torta.

-Pruébala -pidió, observándome intensamente.

No podía negar que sentir sus ojos clavados así en mí me encantaba... de una forma en la que nunca antes me había encantado. Pero la ignoré, y clavé el tenedor en la parte delantera de la porción. Probé el bocado y, ciertamente, no fue ninguna desilusión. Era deliciosa.

-Mmmm -musité-. Es...

-¡Perfecta! -repuso él, con egocentrismo.

My Trouble (Harry,Louis&Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora