Capítulo 105 FINAL

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  Zayn y Liam se fueron al cabo de unas horas. Mientras yo recogía las tazas y el plato que antes tenía donas, y los limpiaba, Harry se dedicó a dejarle un mensaje a mi madre avisando que todo estaba bien. Me acerqué a él, secándome las manos contra mis jeans. Lo observé colgar, tan distraído como siempre. Su cabello había crecido bastante, ¿cuándo había sido la última vez que se lo había cortado? De cualquier forma, le quedaba todo bien, y en parte me irritaba.

-¿Qué tanto miras? -inquirió, más bien divertido.

No pude evitar sonrojarme. Él se acercó con paso relajado, similar a un baile coqueto, y posó sus manos en mis hombros. Sus ojos encontraron los míos por un segundo, y en el siguiente, se inclinó y sin permiso, rozó sus labios con los míos.

-¿Puedo?

No pude formular respuesta, pero él sabía cuál sería. Con sus labios abrió los míos y se dio paso entre ellos. Las manos de Harry subieron a mi cabeza, y sus largos dedos se undieron en mi cabello, tirando hacia él. Yo lo cogí por la cadera, rozándole la piel caliente y el borde de sus jeans caídos a pesar de tener cinturón.

(...)

-Insisto en que deberías pensar un poco más en tu futuro, ¿no crees? -comenté-. Piensa que cuando termines la escuela, el tiempo se habrá acabado, ya deberías comenzar la universidad y... toda esa mierda.

-No te imagino ni a ti ni a mí en una universidad, nena -admitió él dentro de la ducha.

Yo me encontraba sentada en el inodoro, mirando mi reflejo en el espejo. Apenas se distinguía mi forma, el vapor lo empañaba por completo. Una parte de mí pensó en la temperatura del agua, qué tan caliente estaba y qué tan genial sería estar allí adentro, en la ducha, donde estaba Ha...

-¿Por qué lo dices? -pregunté.

-Mira... A ti no te veo estudiando nada más que literatura, si hablamos de un título universitario. Y yo... -Suspiró, y se oyó el golpe del jabón al caerse, seguido de una maldición.

-¿Te ayudo? -bromeé, en un golpe de valentía y travesura.
-No juegues así -se quejó del otro lado de la doble cortina de plático y tela-. Me ilusiono... ¿No quieres entrar? -ahora bromeó él.

-Me encantaría, pero, bueno, sé que es mejor hacerme la difícil.

-Sabes cómo jugar, eh... -Corrió la cortina hasta la mitad y asomó su cabeza. Sonrió ampliamente y susurró-: Entra.

La semana pasó con rapidez. Logré aprobar todas mis lecciones, y me sentí orgullosa de eso. Pronto, en un par de semanas, terminaría el año escolar, y me sentía aliviadísima. Logan vendría a casa luego de terminar su primer año de universidad. Él tenía notas excelentes, algo que yo, en cambio, no tenía.

-Sigues siendo más inteligente -me animaba él, pero ambos sabíamos que no era cierto.

Harry tenía mejores promedios que los míos, pero le faltaba un escalón para llegar a los de mi hermano. Me sentía celosa en ocasiones, puesto que era complicado ver a Harry con un libro de texto en las manos, aunque tenía mucha facilidad para aprenderse todo quince minutos antes de la lección.
Por otro lado, si era fácil encontrarlo sentado junto a la ventana de mi habitación con alguna novela entre las manos. Me encontraba observándolo, distraída en la atracción. Los anteojos reposaban en la base de su nariz, y su ceño estaba fruncido. Soltó un suspiro.

-¿Puedes dejar de mirarme así? -pidió, sin apartar la vista del libro.

Me impresioné. Estaba segura de que no sabía que lo estaba mirando. El calor tiño mis mejillas. Iba a comentar algo, pero me vi interrumpida por el timbre. Corrí escalera abajo y me di una rápida mirada en el espejo. Di unos golpes en mis mejillas, como si eso funcionara para perder el calor, y abrí la puerta.

Aire.
Eso necesitaba.

Unos ojos tímidos azules me escrutaban. Unos ojos que conocía con profundidad. Desvié los míos y me relamí los labios, consciente de que había recuperado el calor que había perdido segundos antes.

-Louis.

-Bebé.

El corazón me dio un vuelco. ¿Hacía cuánto no me llamaba así?

-V... Vine porque... Quisiera hablar contigo...

-Nena, ¿quieres que vaya preparando la merienda? -preguntó Harry mientras bajaba por las escaleras. Se detuvo en seco al ver quién estaba del otro lado de la puerta-. Oh..., lo lamento.

-Harry, saldré unos minutos, ¿está bien?

Me dedicó una rápida mirada.
-Claro, no hay problema.

Pero no era así. Su mirada la conocía más que cualquier otro. Para Louis, problablemente no significaba nada. Para mí, era un «Bromeas, ¿no es cierto? ¿Qué hace este aquí?»

Caminé con Louis durante unos largos minutos de silencio. El frío no era tan intenso, pero continuaba en el aire. Parecía que iba a llover, pero no lo hacía nunca. Él abría la boca para decir algo, pero callaba. Metí mis manos en los bolsillos delanteros de mis jeans, en busca de algo de calor. La tela era dura, sin embargo, y más fría que el invierno.

Louis hizo el último intento de decir algo con pésimos resultados, por lo que dije:

-¿Qué? Habla de una vez, me vas a volver loca.

Él me miró sorprendido. Me miró, luego de tantos minutos de lejanía.
Se relamió los labios, y posteriormente estos dejaron escapar una fugaz sonrisa.

-Bebé... ¿Puedo llamarte así?

Me detuve, a lo que él correspondió, y fruncí el ceño.

-Tú fuiste el que prefirió dejar de hacerlo -respondí, dolida.

-Fui un idiota.

Se acercó más de lo debido, mirándome de arriba. Su calor me invadió, y me estremecí. Pareció darse cuenta del frío que me recorría, por lo que me cubrió los hombros con su abrigo, quedándose solo con una chaqueta deportiva negra.

-Bebé... -«Estás muy cerca, estás muy cerca»-. Sé que estás perfectamente con Harry, y también sé que es mejor en esto que yo... -Me miró con tristeza, mientras cogía un mechón de mi cabello-. Tengo cosas que decirte, pero solo escucha.

»Lo cierto es que oí por los corredores de la escuela que están juntos. No te voy a mentir; no me hace ninguna gracia. Pero no quiero evitarlo, no quiero separarlos, y tampoco creo que tenga la fuerza para hacerlo, porque sé que lo quieres mucho. Quiero que sepas que lo que sentía por ti era verdadero, aunque no se compare en lo más mínimo con lo que siento ahora mismo. -Cerró los ojos con fuerza y soltó un suspiro-. Quiero lo mejor para ti, bebé. Y sé que yo no estoy en esa categoría, aunque, Harry, sí. Pasamos por muchísimos altibajos, y fueron en su mayoría bajos, pero amé los altos, realmente lo hice. He pensado muchísimo en todo, y estoy feliz de que hicieras lo correcto, de que lo eligieras a él. Te mereces lo mejor.

No podía controlar los golpes que daba mi corazón contra mi pecho. Quería salirse de ahí, quería largarse. Y yo quería acompañarlo, pero no podía huir de mí misma.

-Era eso... Sólo quería cerrar de una vez lo nuestro, quería despedirme de ti. -Con una voz grave, baja, tranquila, dolía más.

Nunca me sentí tan mal. Jamás. ¿Despedirse de mí?

-¿De verdad? -pregunté incrédula.

Él me miró, confuso.

-¿Sólo despedirte de mí? ¿Es así como terminará todo? -Me mordí el labio inferior de la ira.

Cogí la mano que tenía mi mechón de cabello, y me la llevé a los labios. Estaba congelada...

-Quería que lucharas por mí, Louis, eso era lo que quería...

Su otra mano corrió a mi cuello, y tiró de él para arriba. Mis ojos se abrieron como platos cuando sentí contra mis labios los suyos, el sabor a dulce, a caramelo. Mis ojos se cerraron lentamente, dejándome llevar, y metí mis manos en sus bolsillos traseros. Estaba mas alto de lo normal, había crecido demasiado...
Cuando se separó de mí, dio unos cortos besos y terminó por abrazarme por el cuello con fuerza. Su rostro se mezcló con mi cabello.

-Sí, mierda, lucharé por ti.  

My Trouble (Harry,Louis&Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora