My Trouble (Harry,Louis&Tú)

Capítulo 103.

  Harry encendió la chimenea, calentando toda la casa. La noche guió al frío por los pasillos, pero aquel fuego pudo con él. Luego, apagó todas las luces, sorprendiéndome. Lo único que veía era el sofá, la mesita y parte de las fotos colgadas en la pared. Harry me observó, sonriente, y se aproximó a la chimenea, sobre ella habia unas cuantas velas aromaticas a las cuales encendió. No pude evitar soltar una risita; mi madre sería capaz de asesinarlo por tocar sus preciadas velas.
Sin emitir sonido, dio unos pasos para quedar frente a mí y comenzó a inclinarse.

-¿Qué estás haciendo? -comenté, levantando una ceja.

-Llamo a la diversión.

-Creo que no contestará.

Él rio con su voz grave. Cogió mi muñeca y la sostuvo a la altura de mi hombro, mientras me tomó de la cintura, apretándome contra su cuerpo. La mano que estaba en mi cintura, atrapó mi muñeca libre, y la mantuvo allí, en mi espalda. Fue en ese momento cuando sentí sus labios sobre los míos. El calor me subió los el cuerpo, como una dosis de adrenalina. Quería tocarle el cabello, perder mis dedos allí, pero Harry me tenía inmovilizada. Al principio, apenas rozó nuestros labios, pero lentamente comenzó a pegarlos. Apretó mi muñeca que mantenía en alto, y yo solté el aire en sus labios.

-Pues, ya respondió -murmuró, mirándome directamente a los ojos. Estos me recorrieron el rostro rapidamente, y luego bajaron. No pude evitar mi sonrojo-. No hagas eso, empeoras las cosas -confesó, son ternura.

Ternura. Ternura. Por supuesto, ternura.
Pero se separó de mí, y dejo libres a mis manos. Una parte de mí se desilusionó, y la otra recordaba que solo éramos amigos.
Ignorando su mirada, se dejé caer sobre el sofá, y terminé recostándome, para luego cerrar los ojos y hacer de cuenta que los ojos penetrantes de Harry no me afectaban en absoluto.

-¿Tienes sueño...?

Negué con la cabeza.
Se sentó, y puso mis piernas estiradas sobre las suyas.

-Mhm... Pero puede que tenga un poco -admití.

En un movimiento rápido, terminó entre mis piernas, y se apoyó en mi estómago. Cogió mi mano, y comenzó a jugar con mis dedos. Frunció el ceño, atrapado en lo profundo de sus pensamientos. Yo acaricié su cabello, durmiendome.

-¿Qué? -pregunté.

-N... No, no es nada.

-Vamos...

-Es estúpido...

-Dime.

-¿Tú... me quieres? -Sus ojos se clavaron en mí, pero luego los apartó, avergonzado-. Quiero decir..., yo lo hago. Y, te aseguro que no me importa si tu no lo haces, creeme. Soy capaz de soportarlo. Aunque no puedo negar que me gustaría no ser solo un amigo. A lo que me refiero es que, probablemente, sería capaz de pasar mis días contigo sin aburrirme de ti. Y a pesar de que suene muy loco, parezco una niñita estúpida, pero, ¿por qué no una gran casa? Un coche para cada uno, un gatito, y un hermoso anillo en tu dedo -propuso observando mi mano, sonrojado-. Un jardín extenso, y nuestros tres hijos corriendo por...

-¿H... hijos? -mi voz apenas fue audible. Sentí calor en mi rostro.

-¡Sí! -afirmó sin atreverse a mirarme-. Un campeón, y mis dos princesas. Sería completamente hermoso, perfecto. -Besó mi mano, y la pegó a su mejilla-. ¿Tú qué dices? -preguntó, mirándome totalmente sonrojado, pero no podía ni quería negarme-. Te daría todo, nena. Te lo daré, lo aseguro.
»Sólo piénsalo. Estaría en tu decisión trabajar o no, pero no lo necesitarías. Yo querría dedicarme a algo que involucre empesas y grandes movidas de dinero. Tal vez publicidad, negocios, coches, cualquier cosa. Pero estaría siempre en casa, lo estaré. No me iré de viaje, jamás te abandonaría por el trabajo. Imagínatelo. Tú, los tres pequeños, y yo, en el jardín, disfrutando del aroma a humedad después de la lluvia... Te daré la vida perfecta, nunca dejaré que la pases mal, Timothy, nena... Pero dejando de lado todo lo material, te juro un amor incondicional. Quiero hacerte feliz...