Capítulo 84

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  Louis besó otra vez mi cabeza, y entrelazó nuestros dedos. Tiró de mí y nos sentamos juntos en la mesa. Lottie llamó a su madre, y en unos minutos, estábamos sentados en la mesa. Louis me tendió una taza humeante, una tetera pequeña con leche, y un tarro de azúcar. Le agradecí, acariciándole la mano con el pulgar.

-Bueno, y... ¿te quedarás a dormir? -preguntó amablemente Johanna.

-Mmmm, pues, no creo que...

-Quédate, ¿sí? -pidió. Sonreí.

-Claro.

Comimos tranquilamente y hablamos de cualquier tema sin sentido y sin parentesco. Louis le hizo una escena de celos a su hermana, -supuestamente, ella estaría saliendo con un tipo un año mayor, aunque no importaba realmente la edad, la cuestión es que salía con un chico-, aunque él no era exactamente celoso de la misma forma en la que era Harry. Él era más tranquilo, cosa que era en cualquier sentido comparado con cualquier otro chico. Era demasiado dulce e inocente, y sentía la necesidad de cuidarlo un poco a pesar de que fuera él quien me cuidaba el doble a mí.

Extrañamente, a Johanna no le importó la cuestión de que yo durmiera junto a Louis, pero le susurró algunas palabras discretas a él. Lógicamente, sabía de qué se trataba, pero Louis y yo no éramos tan así...

-¿Tienes sueño? -susurró él, cerrando la puerta detrás de sí.

Negué con la cabeza. Me senté en la silla frente a su escritorio, donde estaban sus hermosos dibujos. Los miré detenidamente. Amaba la forma en la que pintaba, respetando las sombras, tranzando las líneas de color en la misma dirección, aunque la sombra negra era de otra forma que le daba más relieve. Pasé la gema del dedo sobre las páginas, concentrada. Louis parecía incómodo, pero a mí no me resultó molesto que él dibujara mi rostro, ¿cuál era el problema? En realidad, lo veía muy lindo... Lo había dibujado cuando no estaba con él, lo que significaba que recordaba a la perfección mi rostro.

-Son bocetos, rápidos... tampoco son tan geniales, ¿no crees? -Sentí su aliento en el cuello. Él estaba detrás de mí, inclinado hacia delante. Lo miré y sonreí, pero él estaba estirándose para coger el bloc completo de hojas.

-No, no lo creo -respondí-. En realidad, son espectaculares.

Él se sonrojó, y negó con la cabeza. Me tendió el bloc, y lo abrí lentamente. Dentro había diferentes dibujos, hombres y mujeres, hasta seres fantásticos. Algunos eran simples líneas negras, otros estaban pintados y sombreados correctamente. Todos con sumo cuidado.

-Personajes -explicó-. Algunos son de libros que leo, y cómo me los imagino -señaló a unos cuantos humanos en las primeras páginas-, otros son, o bien criaturas fantásticas de libros, series, o -señaló a un luchador, sobre una pantera negra con armadura realmente letal, supuse que sería negra, no estaba pintada, pero las sombras me dieron a entender eso-, que me invento yo.

-Wow... -musité-. Es... increíble. -Continué pasando las páginas y me detuve-. ¿Tomaste clases de dibujo?

Louis hizo una mueca y negó con la cabeza. Caminó a la cama y se sentó. Lo seguí, y me senté pegada a él. Parecía tener fiebre, ya que su calor era demasiado fuerte. Contuve las ganas de colocar mi mano sobre su frente, y besar sus mejillas.

-Verás -comenzó en un susurro-, cuando era pequeño, estoy hablando de unos seis, siete años, mi padre ya estaba afuera. Se había ido. Y mi madre estaba todo el tiempo trabajando. -Louis me miró y sus ojos se iluminaron. Pasó su brazo por mi cintura, y me acercó a él-. Como no había nadie en casa, en Doncaster, teníamos que irnos con nuestra tía Leddy. Ella estaba enloquecida con mi hermana, que tenía cuatro años. No es que no me apreciaba, solo que tenía un afecto superior hacia la mujercita, y le daba muñecas y la peinaba y cosas así. Yo siempre he sido callado y apartado, y desde ese momento, cogí una hoja y un lápiz, y comencé a dibujar las cosas como las veía, y como las quería ver. -Sonrió, y no pude evitar ruborizarme. Su sonrisa era realmente hermosa-. Desde ahí, no me pudieron sacar del lado de los libros, la música y el dibujo. De ese mundo paralelo al que no pertenecemos, pero al que podemos llegar a través de palabras. Podemos crear otros sitios sin la necesidad de tenerlos físicamente. Nada debe ser físico en su totalidad, como esa ficción, por eso siempre he sido callado. Siempre me ha gustado crear y observar desde lejos. -Él apartó la mirada, que antes se cargaba de entusiasmo y ahora estaba llena de vergüenza-. Es extraño, lo sé. Y podría ser autista tranquilamente, -rió sin humor-, pero es como si mi cerebro de infante aventurero nunca se alejara de mí...

-Creo que es fantástico.

Louis me miró, sorprendido, y sonrió alegremente. Una alegría que llegó a sus ojos, y los iluminó más de lo que siempre se iluminaban

-¿No crees que esté loco? -cuestionó con sinceridad.

-¿Por qué? Yo también creo que hay otros mundos en las palabras, solo que... pertenecemos a éste. Y bueno, -suspiré-, no es que me queje de la realidad. Pero, imagínate, ¡un dragón volando sobre ti! ¡Eso sería genial! -Me emocioné-. O, sí, ya sé, ya sé. ¿Qué tal...?

-Tú sí que estás loca.

Louis me tiró a la cama haciéndome cosquillas suavemente. Mi cuerpo tembló y le pedí entre risas que se detuviera. Él pasó sus manos bajo mi sudadera desgastada y tocó mi piel con sus dedos calientes. Luego me beso la punta de la nariz, y llegó a mi boca. Se quedó quieto, al igual que yo, y luego me besó. Pasó su mano por mi nuca, y tiró de mí, para acercarme a él.
Sentí un zumbido en mi bolsillo trasero seguido de una música electrónica.

-Mierda...

Louis se corrió, y yo me levanté, llevándome el teléfono a la oreja.

-¿Hola?

-Nena.  

My Trouble (Harry,Louis&Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora