Capítulo 67.

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Capítulo 67.

Volteé, sorprendida, sintiendo cómo el frío de la nieve adormecía mi mejilla. Me encontré con un Harry travieso, sonriéndome, esperando que atacara.

Tenía en la mano otra bola de nieve dispuesto a arrojármela. Me agaché rápidamente, hice una, y se la tiré. Chocó contra su estómago, ensuciando el negro de su saco con el blanco de la nieve. Sonrió, como yo lo hice, pero no tuve tiempo, porque otra bola chocó contra mi rostro.

-¡A la cara no! -me quejé.

Pero ya era tarde. Sentí el frío por todo mi cuerpo. Decidí actuar, y dejar de ser yo la que sufría espasmos por el helado blanco. Dejé de lado el frío de la nieve contra la palma de mis manos, y comencé a tirárselas a Harry. 

Él se iba alejando de mí. Tiraba tan bien, tenía puntería y fuerza, aunque yo no me quedaba atrás. Podía ver sus músculos debajo de su saco negro, mientras que alzaba el brazo sobre los aires. Sentí el impulso de correr a abrazarlo y quitar de mí el descocido helado de mi piel, pero no podía hacerlo. 

Una de mis bolas llegó a su cabello, y no pude evitar soltar una carcajada. ¿Para qué? Una de sus bolas llegó a mi rostro, dejando algo de nieve en mi boca. La escupí, asqueada, pero seguí riéndome, al igual que él.

Corrió a mi lado, intentando abrazarme, pero lo tiré al suelo. Éste estaba completamente blanco, con un colchón de frío de algunos cuantos centímetros. 

Lo miré desde arriba. 

-¡Me tragué nieve! -me quejé-. Te mataré, Styles, te mata...

-Agh, nena -susurró, cuando me encontré a su lado.

Me había tirado del pie, generando que cayera a su lado. Por suerte no sentí frío en mi espalda gracias al abrigo que llevé, -que era de Harry, por cierto-. Él cogió mi mano, mientras miraba hacia el cielo, negro, impenetrable. El calor que aportó su mano sobre la mía consiguió que todo mi cuerpo se calentara, dejando de lado lo blanco del pueblo. Era mi fuente de calor, mi protección, sus brazos, mi mejor amigo.

(Narra Louis)

Sonaría extraño, tal vez, pero me resultaba fácil recordar el brillo de su pelo. Aunque me era imposible imitarlo con los lápices que tenía. ¿Por qué? No lo sé, pero era inigualable.

Ya era el quinto dibujo que hacía en menos de tres días, ya era la quinta canción también. Había golpeado más de una vez a la guitarra y había partido más de un lápiz, todo se debía a que era un estúpido.

Solo escuché cómo tomó aire cuando atendió, pero no me atreví a hablar con ella. Colgué, con el corazón en la mano, lamentándome segundos después por no haber escuchado su voz. ¿Tendría algo que decirme?

-¿Puedes dejar de actuar como un autista? -pidió mi primo.

-No.

No me volteé a mirarlo, seguí con la espalda encorvada, metido entre los cabellos de ____________, concentrado intentando imitarlo. 

-Louis -volvió a llamarme-. ¿Podríamos hablar? No hiciste más durante estos días que torturar a esa maldita guitarra y gastar tu bloc de hojas... ¡¿Podrías escucharme, al menos!?

Lo miré sobre mi hombro, fulminándolo con la mirada. No quería hablar con nadie, y menos que se sentada cómodamente en mi cama mientras exigía hablar conmigo. No tenía derecho.

-¿Qué mierda quieres? -Saboreé cada palabra entre dientes-. No quiero hablar, Niall, entiéndelo... Y sal de la cama.

No era correcto, pero aún recordaba cómo había estado ella enredada entre mis sábanas azul sucio. Con la respiración tranquila, con los ojos cerrados, contra mi pecho. Era extraño recordar que en ese momento estuvo más cerca de mí de lo que había estado nunca, cuando ahora la tenía lo más lejos posible, escapándose entre mis dedos. Apreté el lápiz marrón que traía entre las manos al recordar que estaba con su mejor amigo, quién sabe haciendo qué cosa. La extrañaba, y me lo recordaba todos los días. No habíamos quedado bien, lo sabía, había sido yo el idiota por no confiar en ella, y había terminado no de la mejor forma. Ahora, a kilómetros de mí, tenía el derecho de hacer lo que quería... 

...Al fin y al cabo, no éramos nada...

-¿Y bien? -preguntó, llegando a mi lado. Apenas me atreví a mirarlo-. ¿Qué piensas hacer?

-Nada. -Tiré el lápiz-. ¿Qué puedo hacer? ¿Ir a buscarla? Ni siquiera sé dónde está, o si voy a interrumpir algo -espeté. No debía dejar que mi mente pensara, ¿se estarían besando?

-No. Ahora está muy lejos, porque fuiste un idiota que no se animó a confiar -atracó Niall-. Pero, ¿quién sabe? Llega en unos días, puedes volver a ser su...

-No hemos terminado, y tampoco éramos algo.

-¿Quién lo dice? 

-Yo -me lamenté-. Ni siquiera se las presenté como a una novia en navidad... ¿qué clase de estúpido soy?

-Mira -susurró Niall. Se sentó en una silla junto a mí-. Cuando llegue, empieza de nuevo. Dile que lo sientes, que fuiste un idiota, lo cual fuiste, e intenta volver a conquistarla -explicó, haciendo una mueca.

¿Conquistarla? Eso era. Eso era lo que haría Harry. La tenía a su disposición. Y no le sería difícil. No era estúpido, ni él ni yo. Él sabía cómo actuar, y yo sabía que ya había algo. Jamás podrían ocultármelo, porque los había visto juntos... ¿cómo era que me había metido ahí?

Por __________.

Porque la amaba. ¿Sino qué? No podía pensar más en lo estúpido que era, porque lo pensaba demasiado. Me arrepentía, la extrañaba. ¿Cómo se había hecho tan especial para mí tan rápido? 

-Pero está con Harry -susurré-. Ahora está con él, allí, ¿qué me hace pensar que no tienen algo?

-Yo -aseguró Niall-. ¿Sabes? En navidad, cuando te dio tu regalo, vi cómo te miraba. Te sonreía, te besó y se ruborizó... ¿Qué crees que es eso? Te quiere, idiota. No la dejes ir.

My Trouble (Harry,Louis&Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora