My Trouble (Harry,Louis&Tú)

Capítulo 101.

  Cap. 101

El sonido estaba a mi alrededor.
Los pájaros, las hojas de los árboles que bailaban con la brisa, los automóviles y sus bocinas. Al principio todo era suave, un día normal en Londres. Caminaba por las calles, tranquila, con el paso lento. Pero algo arruinó esa paz. Mis pisadas se volvieron más sonoras, sentía mi propia respiración junto a mi oído. Los coches reclamaban el paso, haciendo sonar sus bocinas de una forma insoportable. Los pájaros parecían gritar, llenos de dolor. El aire me faltaba. No tenía escapatoria. Todo se volvía ruido, que me aturdía, confundía, me dolía.

Grité.

Y oí un grito en respuesta.

Volví a gritar.

Pero escuché mi nombre. El grito se tornó más suave, como un susurro. El ruido que me rodeaba como una pared de presión se partió en millones de pedazos. Abrí los ojos, y me encontré con el rostro sudado de Louis.

-¿E... estás bien?

-Sí... -Me incorporé,y lo miré, apenada-. Solo un mal sueño. ¿Te desperté?

-No, no podía dormirme, cuando te escuché.

Abrí los ojos, asustada, cuando recordé la condición en la que se encontraba. Me corrí a un lado, dejándole espacio en la cama de mi hermano, en la cual me había dormido.

-¡No deberías haberte levantado, Louis! -comenté, algo molesta-. Recuéstate, tu cuerpo necesita reposo.

Sus ojos caídos, por el sueño y por un dolor que no comprendía, me observaron unos segundos. Suspiró, y se atrevió a sentarse en la cama. Le ordené que se recostara, sabiendo que no podía moverse mucho. No me dijo el número, pero aproximadamente tres o cuatro chicos lo habían golpeado. Una paliza no muy merecida, fuerte para su cuerpo. Necesitaba descansar, y me preocupaba que estuviera dando vueltas por la casa.
Louis se recostó, en silencio, y decidí irme. Aún así, no pude. El me detuvo rápidamente, cogiéndome la mano. Me miró a los ojos, ese azul claro que en la oscuridad de la habitación emitían un brillo único.

-No te vayas -susurró-, no puedo dormir.

-Creo que es mejor si te dejo solo.

-No, por favor -rogó-. No quiero...

Hice una mueca.
No podía negarme, ni aunque fuera la decisión correcta. Mi cuerpo respondió por mí. Segundos después, me encontraba acostada a su lado. Durante unos segundos se quedó inmóvil, mirando a la pared, pero luego se acercó a mí lentamente. Con cautela, cuidado y delicadeza, se recostó en mi pecho y me abrazó. No pude evitar llevar mis dedos a su cabezo suave.

(...)

Me desperté gracias a mi celular. Había puesto la alarma para las siete de la mañana, un domingo, ¿qué tenía en la cabeza? Cogí el móvil gruñendo, y lo tiré por alguna parte de la habitación. Louis, que se encontraba acurrucado contra mi pecho, se removió molesto.

Traté de correrlo, para poder acomodarme, pero no me lo permitió. En cambio, hundió su rostro en mi cuello. Mierda.

-¡Louis! Louis, por favor, me quiero levantar... ¡Louis!

-¿Queeeé? -gruñó, irritado.

-¿Podrías...?

-Lo lamento -contestó, sonrojado, separándose de mí.

Preparé un desayuno, preguntándome por qué estaba despierta a esa hora. Louis continuaba acostado, por su parte. Su madre vendría a por él a la tarde. Por alguna razón, me alegraba tener algo más de tiempo con él. Sin embargo, no pude evitar pensar en la chica perfecta que tenía de amiga. No recordaba su nombre, no me importaba en realidad... Pero quería estrangularla. ¿Por qué me caía mal sin conocerla? Bueno, parecía tener cosas que yo no tenía, incluido a Louis. Pero no podía quejarme, no podía reclamarlo, no me pertenecía y tampoco lo merecía.
Le entregué a Louis su café con unos sándwich de queso. Él me sonrió, agradeciéndome. Hice una mueca semejante a una sonrisa.

-Mmm, esto... esto sabe delicioso.

-Gracias -agradecí, sonrojándome.

Él evitó sonreír.
Su cara estaba bastante golpeada. Me dio mucha ira verlo en ese estado. Me preguntaba el porqué de todo. Es decir, ¿por qué golpearían a un chico tan dulce como Louis? Era un buen jugador, no entendía la razón por la que sus compañeros de equipo podrían hacerle eso. ¿Envidia? ¿Competencia? ¿Popularidad?

-¿Qué miras...? -preguntó él, nervioso.

No me había dado cuenta de que lo miraba fijamente. Me disculpé rápidamente, y me retiré de la habitación. Llamé a Harry a continuación, suponiendo que estaría enfadado. Aunque no había razón, lo conocía.

-Nena.

-Styles...

-¿Sucede algo?

-¿No estás enfadado? -casi grité de la alegría.

-¿Por qué debería estarlo? -comentó, a punto de reír.

Bueno, tenía razón después de todo.

-No te importa que Louis esté aquí, entonces. Me alegro, Harry, qué mono eres...

Él se rió al otro lado de la línea.

-¿Todavía está allí? Es que, quiero ir, perdí todo mi fin de semana contigo.

-A la tarde vienen a por él. Puedes venir ahora, aunque...

-Esperare a la noche.

No malpienses, ____________. Contrólate.