Pequeños poemas en prosa

Dos perfectos extraños... que siempre se amaron

Y nuevamente nos encontramos...
Sin querer hemos coincidido...
Misma hora, mismo lugar...
¿Ha sido acaso el destino?

Somos como dos perfectos extraños...
Nadie sabe nuestro secreto...
Intentamos cruzar miradas, siempre furtivas...
Y nadie parece notarlo...
Ni tus amigos, ni las mías...

Hemos cambiado...
No somos los que una vez fuimos...
Pero hay algo en nosotros que sigue intacto...
Y se niega a marchar...

¿Cuánto tiempo ha pasado?
¿3 años? ¿4, quizá?
¿Y por qué nos seguimos amando?

Aún recuerdo aquel día de verano...
Lo nerviosos que estábamos...
Te armaste de valor y lo confesaste...
Y, sin motivo alguno, nos alejamos...
Sin más razón, dejamos de hablarnos...

Ése no era el momento...
Simplemente no era el momento...
Pero el destino nos ha reunido de nuevo...
Se nos ha dado una segunda oportunidad...
Sin embargo, tenemos miedo...
Miedo... de nuestro silencio...
Tal vez ya sea tarde...
Demasiado tarde...

Somos dos perfectos extraños...
Que, en secreto, nos amamos...

Cuando estemos a solas... aunque sea sólo por hoy...
Finjamos que somos dos enamorados...
Dejemos aflorar ese cariño reprimido...
Dame un beso... hazme tuya...
Abrázame... que yo te haré mío...

Quisiera que este día nunca muriera...
Que durara para siempre...
Pero el ocaso llega...
El cielo oscurece...

Me preguntas "¿Qué pasará mañana?"
Volveremos a ser los mismos perfectos extraños...
Los que no se hablan desde hace años...
Los que niegan conocerse...
Los que siempre se amaron...

Miro el reloj...
La noche ha despertado...
Nos miramos con tristeza...
Mas debemos resignarnos...
El final ha llegado...
A tu cuerpo me aferro con bríos...
Al igual que tú al mío...
Sabemos que este es el adiós...
El último adiós... tal vez...

Adiós, mi amado, un perfecto extraño...
Algún día nos hemos de volver a ver...