Pensamientos de una chica deprimida

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Ninguna persona es 100% incondicional...
Si se quedan, es porque algo quieren, disfrazando intenciones bajo un falso interés con frecuentes preguntas de tipo "¿cómo estás?"...
Mucho tiempo me ha tomado darme cuenta de ello...
De que sin importar cuán sinceras parezcan las palabras, siempre hay algo que esconden... y cuando no consiguen lo que buscan, aquellos que las dicen, se van...


Nadie es incondicional realmente...
No puedes confiar en un "cuenta siempre conmigo", porque pasa que, cuando no tienes nada qué ofrecer, esa promesa deja de tener valor alguno, y se convierte en una frase en vano...


No hay ser que entregue sin esperar algo a cambio...
Porque incluso una madre tiene expectativas... y, cuando no las cumples, se decepciona de tal manera, silenciosa y evidente, que la culpa te carcome haciendo que el autoestima se te caiga a pedazos...


No hay tal cosa como la amistad inquebrantable...
No importa cuántos años tome construir la confianza, basta con que uno de los dos deje la empatía de lado para que esa estructura, que parecía sólida, se derrumbe en un instante...
E incluso si no hubiese acción detonante, el tiempo sería el encargado perfecto de fomentar el desgano...
Nada dura lo suficiente sin un buen mantenimiento...


No existe eso que llaman "amor verdadero"...
Porque entre una persona y otra puede haber afecto, lujuria, cariño y, con el pasar de los años, fuerza de costumbre...
Pero el amor en sí mismo y en su estado más puro, es algo que yo jamás he presenciado...
Es algo que sólo se sabe real en un mundo ficticio...
Entre las páginas de un libro... o entre los diálogos de actores bien pagados...


No funciona esa idea de "cambia, y el mundo cambiará contigo"...
Aunque tratemos con todas las fuerzas de mejorar nosotros mismos, el mundo sigue su curso acumulando su miseria y su podredumbre...
En milenios de existencia humana, y con tantos idealistas llenos de optimismo que pasaron y se fueron, realmente no ha habido tanto cambio bueno...
No se puede transformar la naturaleza que, profundamente arraigada, llevamos...


No todos los sueños se cumplen...
Quizá los retos pequeños pueden conquistarse...
Y sólo los que tuvieron la fortuna de nacer en cuna de oro, tienen acceso a hacer realidad lo que se han propuesto...
Quienes tienen un innato carisma de su lado, con esfuerzo cumplen sus metas...
Y otros pocos consiguen el éxito después de que la muerte les llega, cuando ya no pueden disfrutarlo...
Y, bajo toda esa jerarquía, estamos los que vivimos con los deseos frustrados... cansados de intentar una y otra vez, siempre con distintas fórmulas, para que el resultado sea un constante y rotundo fracaso...
Las ganas agonizan, y terminan por morirse con la rutina acumulada de los años...


No me gustaría ser tan deprimente, pero personas, resultados y sucesos han hecho que mire así la vida, independientemente del lado, durante este cachito de tiempo de existencia que se me ha dado...
Realmente estoy cansada de esas frases que saben a ensayadas, de esa mierda motivacional que no sirve para nada...
Es como decirle a un mudo que grite... a un ciego que mire... o a un cojo que corra...
La depresión no es como una borrachera, cosa de una noche, que al día siguiente se te va con la resaca...


Hasta hace un tiempo aún intentaba convencerme de que me quedaba algo de esperanza... pero lo único que hacía era esconder la basura bajo la alfombra y engañarme a mí misma...
No se puede subsistir eternamente de fantasías...
En algún momento tenía que despertar y confrontar lo que en realidad vivía...
Ya era tiempo de admitir lo que en verdad pasaba...
Ahora me doy cuenta de que siempre estuve sola, de que nunca salí de las sombras, y de que jamás dejé de ser un fantasma...

Pequeños poemas en prosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora