* improvisación *

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Ah, mi querido muchacho de identidad furtiva, de pausado andar y de mirada ausente...

Pierdo siempre toda la valentía en el instante justo de tu presencia indiferente...

¿Qué tienes que me robas el aliento en tu lejana cercanía?

Eres tan común y tan corriente como todos...

Tan cotidiano que cualquiera te confundiría...

Pero yo no puedo... yo soy capaz de notarte incluso en la distancia...

Atisbándote como una fiera al acecho, mas sin el valor de tomar partido en esta encrucijada que es solamente mía...

Soy tan cobarde...

Y aún ignoro el por qué de este miedo infundado que se genera al querer conocerte...

Es sólo que... temo que nada más saber tu nombre, de pronto se pierda la magia... se desvanezca ese encanto que tiene el misterio de que me gustes aun siendo un perfecto extraño para mí...

No encuentro explicación alguna...

Te he observado desde hace algún tiempo... tu andar, tus gestos, tu comportamiento...

Aunque suene prematuro, podría estar 100% segura de que no nos parecemos ni un ápice...

Tú, tan simple, tan sencillo, tan poco aplicado... casi irresponsable...

Es como si lo que fuera realmente primordial no te importara...

No parece que te esmeraras en aprender más de lo que se te enseña...

En tu expresión se te vislumbra tan despreocupado...

Tan carente de ideales o de sueños por cumplir...

Y, a riesgo de parecer osada, he de decir que ni siquiera eres guapo...

Sinceramente, tienes cara de pendejo...

Yo aún no sé qué carajos pude haber visto en ti...

Quizá solamente el parecido físico con mi caballero gregoriano...

Con el delirio emocionado que más amo...

Realmente tus facciones y las suyas son tan similares...

La única diferencia (aparte de que él es dueño de la sola voz que me reconforta como ningún otro mortal puede), es que tú sí eres de mi edad y estás cerca...

Eres un ser de carne y hueso tan real, tan tangible... tan imperfecto...

Tan humano... que a veces me asusto de mí misma por haberte elegido a ti...

No sé por qué te sigo pensando...

O por qué con más frecuencia me pierdo a mí misma divagando...

Fantaseando un casual encuentro que jamás pasará...

Pequeños poemas en prosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora