Fondo musical:
En la ventana de mi alcoba, inmersa en mi tristeza...
Intentaba capturar una melodía, aunque fuera breve...
No la encontré...
Sólo estaba la estática de la radio y el sonido de la noche...
Solitaria y afligida, suspiré...
Una leve brisa jugueteó con mis cabellos...
Y hacia la luna miré...
Una canción delicada... ligera... plateada...
Eso escuché...
¿Habrá sido mi imaginación?
Nuevamente la observé...
Y me perdí en el gélido esplendor de aquélla...
Sin darme cuenta, estaba ya en el borde del abismo...
Y la melodía era más fuerte cada vez...
El viento oscuro me llevó hasta ella...
Entre sombras, el viento me llevó hasta la luna...
Caí suavemente como un pétalo...
Al abrir los ojos... era el paisaje más bello y surrealista que pude ver...
No cabía ni siquiera en mi más lejana imaginación...
Y la escuché otra vez...
Era una melodía en forma de estrella... entre las manos de un caballero de mirada triste...
La envolvió en una burbuja de agua... y se la llevó hasta un templo, a que se reuniera con sus estrellas hermanas...
Sin notar mi presencia... se dirigió hacia su invención...
Al deslizar sus manos frente a él, las estrellas siguieron el compás... tocando la canción más hermosa que en la vida escuché...
Sin temor, me dejé ver... y aplaudí tan maravilloso espectáculo...
Me miró desconfiado... y retomó su postura para que, de sus manos, volviera a emerger tan dichoso canto...
Era una balada de su esencia... una tonada de su corazón...
Cerré mis ojos y seguí la melodía con mi espíritu...
Deslicé mis manos frente a mí... y una nueva música emergió...
Me observó perplejo y emocionado...
Y, con la euforia de las estrellas, su rostro se encendió...
Sonriente, empezó de nuevo...
Y, entusiasmada, le seguí...
Nuestras esencias se complementaban perfectamente en una sinfonía de destellos y emoción...
Las estrellas continuaron su concierto... mientras que mi caballero y yo danzábamos en aquél escenario de diamante y plata...
Entonces sentí de nuevo aquella brisa gélida... una brisa oscura...
Engullía toda luz a su paso...
Y mi paraíso se desvanecía detrás de ella...
Miré a mi caballero... su mirada triste todo lo decía...
¿Era éste nuestro encuentro y despedida?
Las sombras lo alejaron de mi vista... y me regresaron a mi habitación...
Volví al frío... volví al silencio...
Y frente a mí... una pequeña estrella apareció...
Tocó una última melodía...
Dejando un fugaz y tenue recuerdo de mi aventura...
De nuestro encuentro...
En un estado de entropía...
ESTÁS LEYENDO
Pequeños poemas en prosa
RandomUna recopilación de textos que escribí hace muchos años... antes de que mis letras me abandonaran. Está dividida por Arcos. Cada Arco corresponde a una persona, salvo EGO I y II que son míos, antes y después del paso de esas personas en mi vida. He...