* improvisación *

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Tú, joven príncipe, que de caballero no tiene nada...

Mi mente te ha imaginado de nuevo...

Tu espejismo me habla, me conversa de cosas triviales... suena como tú, y creería que de verdad eres tú si no fuera por el hecho de que toda esa tertulia transcurre solamente en mi cabeza...

Espero pacientemente cada minuto del día para verte llegar... pero aunque estás presente, simplemente actúas como si yo fuera un espacio vacío, como si tus ojos fueran incapaces de verme...

Tu mirada me atraviesa sin tocarme... y cada paso que doy para acercarme, te aleja...

¿Qué debería hacer para dejar de ser tan invisible?

¿Qué parte de mí debo destruir para que notes mi presencia?

A estas alturas ya no me importa qué pueda pensar el resto de la gente... mis decisiones son sólo mías, y si elijo quedarme y seguir intentando robar un poco de tu atención, aquí permaneceré entonces hasta cansarme o hasta que mi cuerpo ya no responda más...

Lo primero no pasará pronto, lo aseguro... pero no puedo estar segura sobre lo segundo...

Cada vez que te miro, me dueles por dentro... porque aunque hay algo de crueldad en tu forma de no quererme, también me queda la duda de si en verdad estás consciente de todo el pesar que me causa tu manera de tratarme, o de no tratarme...

Quizá, aunque en mi interior hay algo que ha resurgido a medias por tu causa, por fuera me veo exactamente igual que siempre y por eso no te puedes dar cuenta de que me desespero por el hecho de tenerte en mi dimensión exacta y que yo te sea prácticamente inexistente...

No sabes las ansias que se acrecientan en mi pecho por rodearte con mis brazos y sentir el calor de tu cuerpo... ¿crees que si de verdad pudiera no lo habría hecho?

Pero me supones tan lejano aunque sé que estás justo aquí...

Ojalá pudiera desligarme de mi envoltura terrenal para poder encontrarme con el espejismo que he construido en base a tu figura, a tu voz y a tus facciones... pero si lo hiciera, lo único que conseguiría es perderte, o cuanto menos perder lo que tengo de ti en mi mente... y no estoy dispuesta a correr el riesgo... no ahora, al menos...

Aunque tu silencio ha sido la respuesta más evidente de que no te importa en absoluto lo que pueda pasarme, quiero seguir aquí, suplicando un poco de tu amor, aunque sé que jamás lo tendré porque tu sentir está demasiado fuera de mi alcance...

Seguiré buscando la manera de que me percibas, aunque no lo sabes, aunque no lo quieras... o aunque te sea por completo indiferente...  

Pequeños poemas en prosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora