Mi querido muchacho de pausado andar y mirada ausente...
Tal parece que finalmente la indiferencia toca las puertas de mi corazón...
Si bien los ojos se han envuelto en desmedida emoción por vislumbrar tu silueta, el alma semeja haberse quedado sin vista, pues apenas una punzada casi imperceptible es la que ha asomado con tu sola presencia...
¿Será acaso que, después de tanta espera y tanto esmero, la esencia mía ha comprendido al fin que tú y yo jamás fuimos ni seremos nada?
Nunca fue problema persuadir a la mente de que siempre hemos sido ajenos uno al otro...
El real dilema era dominar al corazón para que no se inmutara al verte...
Mas me temo que ahora he vencido...
Hoy finalmente he podido dedicarte una sonrisa y mi mirada, mientras te alejabas lentamente volviendo la vista hacia mi dirección...
Quizá ésa fue la despedida...
Tan arcana y tan silente...
Hoy ha concluido la historia sin inicio y sin nombre...
Esa historia que me inventé porque por una vez quise sentirme visible...
Nuestra historia que sólo transcurrió en mi cabeza... engañando a la memoria... alimentando la ilusión...
Si te vuelvo a ver... quizás, y sólo quizás, ya no me invadan los temores infundados...
Pues si bien aún me es de agrado atisbar tu piel ajena, creo que ya no tengo motivos para exaltarme...
Sólo el tiempo dictará lo que haya de suceder...
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Pequeños poemas en prosa
RandomUna recopilación de textos que escribí hace muchos años... antes de que mis letras me abandonaran. Está dividida por Arcos. Cada Arco corresponde a una persona, salvo EGO I y II que son míos, antes y después del paso de esas personas en mi vida. He...