Arcana despedida

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Y te vi, gentil muchacho de cruel ausencia...

Aquellos vestigios muertos que quedaban de mi ser, volvieron a vibrar al vislumbrar tu piel terrenal y, a la vez, etérea...

Tan fugaz y tan indiferente...

Esa mirada ausente que hace mucho dejé de creer que buscaba mis facciones, me dejó entrever un indicio subrepticio de reconocimiento, cual si fuese un lenguaje silente y secreto que sólo tú y yo sabemos... o que sólo sea mío, y que ha sido insanamente alimentado todos estos años por mis anhelos, mis desesperos y mis fantasías...

Sinceramente, no me importa...

Lo único que me resulta valioso es haber podido verte por una última vez, porque bien sé que ésta es la última y definitiva...

No tengo ahora ni tendré más oportunidades en el futuro, salvo aquellas limitadas ocasiones en que te presentes en mis sueños... pero incluso allí me lleno de esa tan consabida cobardía que me caracteriza, y me resigno a mirarte desde lejos solamente... probablemente porque incluso mi subconsciente sabe de sobra que no eres mío, ni lo serás jamás...

En cierto modo resulta doloroso, pero de una forma tan impasible que casi se siente alentadora, por muy absurdo que eso sea...

Si tuviera la locura suficiente para rezarle a una deidad por que orqueste algún encuentro casual contigo, juro que le pondría un altar aunque sea sólo para darme esperanzas infundadas, iguales a las que he sentido todo este tiempo desde que mi corazón latió agitado por vez primera al divisarte...

Pero no puedo... soy demasiado consciente de mi realidad, y no puedo pasarme la vida entera esperando verte, porque, ¿de qué me sirve suspirar por quien mi existencia no significa absolutamente nada?

Sin embargo, eso no me exime de sentir lo que he sentido en cada ocasión que he podido mirarte, furtiva, pero ilusionada al fin y al cabo...

No puedo hacer otra cosa más que repetirme como un mantra que jamás fuiste mío y que nunca lo serás... porque a tu lado está la persona justo a tu medida, y que tiene la fortuna y dicha de pasar la vida entera contigo...

Si tengo la suerte a mi favor, y en algún momento pueda coincidir contigo, o volver a soñarte, entonces te seguiré dedicando mis letras... si no, hasta aquí te escribo deseando que obtengas la plenitud que yo jamás tendré, porque jamás estaré contigo...

Pequeños poemas en prosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora