Pequeños poemas en prosa

Hechizos contra la muerte

El corazón vacío en solitario
Retumba dentro del impotente pecho
Que no tiene escapatoria alguna
Del fin de sus días ya deshechos

Un pesar profundo naufraga
Por las olas de la miserable vida
Destinado a morir muerte temprana
Sin saber que sólo tendrá una salida

¿Qué podrá ocurrir mañana?
Cuestiona absurdo al borde de su suerte
¿Terminará al fin la utopía vaga?
Invocará pronto hechizos contra la muerte

Un día de ayuno, cuatro de redención
Seis horas de algarabía, uno de resignación
Ocho segundos de tristeza, quince de soledad
Nueve días de pobreza, y una eterna felicidad

Para el procedimiento uno tiene que adquirir:
Una caja de arrepentimiento, cuatro de dulzura
Un vacío resentimiento, una cucharada de amargura
Diez kilos de paz, una funda de esperanza
Un suspiro de solaz y un paquete de confianza

Consiga cuatro velas, un gran pañuelo blanco
Preferible sea de seda, escriba un pensamiento franco
Ir al filo del abismo, sentarse y meditar
Ahora invoque a la muerte
Con una retahíla sin sentido

"Veo una oscura luz en mi mente
Me encuentro sola en un paraíso perdido
Aguardo la llegada de un avión extraviado
Que ancla en un aeropuerto imaginario

Un reposo gentil de muerte sonriente
Desflora un más allá de pájaros en desbandada
En la red de cristal que me estrangula
Como el agua de un espejo, me siento atada

Marchita la gota de sangre en la garganta
Con la cara del chillido eco que me espanta

Oigo a mi destino pelear con la filosofía
Al percibir el aroma del evidente final
Y lloro mientras llamo a la ridícula fantasía
Una estúpida cerda ignorancia plural"

Repítalo seis veces, por seis días, en seis horas
Demoníaca combinación, para serles muy sincera
Decirlo antes de llegar la aurora
Para ver lo que al vacío corazón le espera

Dejar caer al abismo la pobre vida inerte
Y se dará cuenta de que no hay hechizos contra la muerte