Aunque quiera, no he logrado
perdonar la indiferencia
de tu parte. Mi paciencia
simplemente se ha agotado.
¿No comprendes que a tu lado
reina sólo el desconcierto?
Desolada en tu desierto,
no me quedan más que angustias;
me siento cual rosa mustia,
ignorada en su hado incierto.
Si nuestro "amor" está hecho
de distancias prolongadas,
y no vamos a hacer nada,
¿para qué guardar despechos,
sentimientos ya desechos
que ambos vamos a acallar?
Sin duda, no es posible hallar
remedio a lo irremediable.
¿De qué sirve que te hable
si siempre me vas a fallar?
Sin embargo, estás extraño;
hay algo que en ti denoto:
el mal de un corazón roto,
y parece ser de antaño.
¿Qué, no han sido varios años
transcurridos desde el día,
cuando yo, en tu compañía,
escuché que sí me amabas?
Lo que yo no me esperaba
era tu cruel apatía.
Y fingiendo que me quieres,
te acercas a mí pensando
arreglar las cosas, cuando
sé muy bien yo quién tú eres.
¿Qué, no entiendes que me hieres
con tus frases ensayadas?
Si no hay brillo en tu mirada,
¿cómo esperas que yo crea
en tus palabras, y que vea
algo donde no hubo nada?
Quizá pierda la cordura
por decir lo que te digo,
mas no sólo es un "amigo"
quien te apoya en la locura.
Cuando exista la amargura
en los tiempos de tristeza,
no habrá más grande belleza
que la amistad verdadera.
Entregar el alma entera:
tiempo, lealtad, gentileza.
Y si no quieres, no hables,
fue ése siempre tu problema.
Ahora, inmerso en el dilema,
dudas si es o no probable
que yo crea que eres confiable.
¿Pensarás que yo de ilusa
me enmarañe en tu confusa
red de líos? Embustero.
Para eso yo prefiero
ser, de Hades, una musa.
Está por demás decirte
que no te volveré a extrañar.
¿Crees que me voy a engañar
con tu mirada? Pues irte
será lo mejor. Pedirte
que te quedes no lo anhelo.
¿Para qué rogarle al cielo
que me traiga aquí el infierno?
Si con verte es un eterno
frío castigo, tal cual hielo.
¿Sabes qué? Me he aburrido
de escuchar promesas vanas,
pues no me faltan las ganas
de gritar lo que he querido:
¡Largo, infeliz engreído!
¿No te cabe en la cabeza
que ya tengo la certeza
de no querer volverte a ver?
¿Y si dejas entrever
un poco de sutileza?
Y harta estoy de ver tu faz
invadida por la "pena".
Si ya corre por mis venas
la ira, mejor ve y haz
lo que tú quieras. Sólo es paz
lo que realmente prefiero.
Hazme caso, yo no espero
de ti, nada, pues ya todo
terminó; no hay ningún modo
de creer que eres sincero.
Y si no existe confianza,
¿para qué gastas tu aliento?
¿Qué, no ves que ya no siento
que dentro de mí avanza
un delirio de esperanza
porque sé que te marcharás?
Sé muy bien, no lucharás
por el pasado defender.
¿Qué rayos piensas pretender,
si todo al diablo echarás?
Ya tu vida no se aferra,
de mi pecho, a los rencores,
de mi mente, a los temores
y a mi alma que destierra
toda idea, pues entierra
el deseo de quererte.
Sólo habrá que ser más fuerte
y afrontar nuestros destinos.
Tal vez crucen los caminos
para buena o mala suerte.
Bueno, quiero despedirme;
ya has pagado la condena,
y, por fin, de tus cadenas,
puedo ahora redimirme.
Si quieres algo pedirme,
dilo, pero no me pidas
que yo evite tu partida,
pues el hecho de buscarte
no me forzará a amarte.
Sigamos con nuestras vidas...
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Pequeños poemas en prosa
LosoweUna recopilación de textos que escribí hace muchos años... antes de que mis letras me abandonaran. Está dividida por Arcos. Cada Arco corresponde a una persona, salvo EGO I y II que son míos, antes y después del paso de esas personas en mi vida. He...