Papá se levantó rápidamente de su gran asiento de piel, y me extendió la mano para salir de su oficina. Era hora de irse ya que el autobús estaba esperando afuera.
-Venga chicos, mover el culo y entrar en el autobús.- les gritó papá entrando en el vestuario de los chicos. Salió con una lista en la mano y me miró.
-Cielo, entra ya en el autobús.- me miró y señaló ese gran vehículo de color rojo.- siéntate al principio de todo, te sentarás ahí con Mike.- no le respondí nada, y sólo me dirigí hacia el autobús.
Entré y olía a colonia de hombre, de esas que a las mujeres nos vuelven locas. El conductor me saludó y yo sólo le sonreí. Inhalé profundamente aquél perfume a hombre, puede sonar raro, pero en pocas ocasiones puedo encontrar algún hombre que huela así. De mi bolsillo trasero saqué los auriculares, deshice el nudo y me los puse en las orejas. Dejando caer mi peso muerto en el asiento de la ventana del principio, esperando que llegara todo el equipo y que mi hermano se sentara a mi lado, sonaba la canción de ‘Hey there Delilah’, me encantaba. Movía mis recordando la letra de la canción hasta que vi la cabeza de mi padre asomarse por la puerta del autobús.
-¿(TN)?- me buscó con la mirada hasta que levanté la mano y me vio.- Ah, perfecto.- sonrió.
Se puso al lado del conductor y a medida que pasaba un chico del equipo, decía su nombre comprobando que estuvieran todos. Pasó aquel rubio, y al verme me sonrió, acto que le devolví, no sé muy bien porque. Después pasaron sus otros dos amigos, y apareció una cabeza de un chico rubio, era el amigo de Louis.
-¡Ey (TN)!- me dijo mientras pasaba por mi lado.- ¿Te vienes atrás con nosotros?- me preguntó.
-Lo siento, tengo que sentarme con mi hermano pequeño.- dije mientras me quitaba los auriculares.
-Oh, bueno a la vuelta a lo mejor tu padre te deja.- me sonrió y se fue. ¿Cuántos años tenía? Parecía un niño pequeño cuando sonreía, eso lo encontraba adorable.
Después siguió aquel Styles, que creo que se llamaba Harry, o Niall, no estoy muy segura. Al verme, me guiñó un ojo y yo no supe que hacer, sólo sonreí.
-¿Ese sitio es para Louis?- preguntó mientras se volvía a sacudir los rizos y los echaba hacia atrás.
-No.- reí tontamente.- es para mi hermano.
-Awww.- hizo un gesto de cupcake que me hizo soltar una risa muy sonora, lo cual, hizo que Louis, mientras entraba en el autobús me mirara con cara rara. Paré de reírme y lo miré fijamente.
-Boo Bear, ¿no te acordabas de mi risa?- ¿de dónde demonios saqué el valor para hablarle tan directamente?
-N-no, no me acordaba.- sonrió débilmente. Bajó la mirada y dijo un “Louis Tomlinson, entrenador” a lo que mi padre dijo un “te sientas con Styles, muchacho”. Caminó por el pasillo y al pasar por al lado de mi asiento, no me miró, sólo siguió derecho su camino hasta sentarse atrás con Styles. ¿Habría cambiado en estos 9 años?
-¡(TN)!- escuché la voz de Mike.
-¡Enano!- le grité y dio un salto colocándose en el asiento de al lado.
-¿Podemos escuchar música con tus auriculares?- me preguntó poniendo carita de cachorrito.
-No.- le contesté secamente. Me encantaba gastarle bromas de este tipo.
-¿Eh?, bueno no pasa nada.- cruzó sus piernas y sacó una figurita de pokémon con la que se puso a jugar.
-Tonto, claro que podemos escuchar música con mis auriculares.- le froté el pelo y rápidamente su cara cambió a aquella risa traviesa.- toma este.- le pasé un auricular el cual se colocó en su oreja.
El autobús arranco y papá se sentó en el asiento de delante de todo. Mike y yo íbamos escuchando música animadamente, le ponía música de rock, porque sabía que él la amaba. En los solos de guitarra eléctrica, hacia como si estuviera tocando una, lo cual me hacia mirarlo con mas ternura. Quería tanto a este enano…
El trayecto se me hizo muy corto, en el cual ni siquiera me mareé.
-Venga chicos, ya podéis bajar del autobús.- avisó mi padre gritando a la parte trasera del autobús.
Se escuchaban gritos y risas de los chicos mientras bajaban las escaleras del autobús. Miré hacia atrás y ya no quedaba nadie, sólo estábamos Mike, papá y yo.
-(TN).- me dijo papá mientras yo me desabrochaba el cinturón de seguridad y Mike copiaba mi acción.
-Dime.
-Ahora tienes que estar muy atenta a tu hermano, este es un estadio muy grande.- se colocó bien la corbata y se ajustó la chaqueta del traje.- acuérdate de lo que hablamos, confío en ti, cielo.- me guiñó un ojo y yo sólo asentí.
Nos bajamos del autobús, y ya todo el equipo había entrado al estadio, sólo faltábamos papá, Mike y yo. Papá sacó su acreditación y dio nuestros nombres, para que aquellos dos inmensos seguratas nos dejaran pasar. Entramos por atrás del estadio, donde se situaban los vestuarios. Caminamos por un pasillo muy largo, con las paredes blancas y suelo de mármol. Llegamos a una puerta donde ponía “exit”, que no sabía hacía donde te llevaba.
-Bueno chicos, esta puerta es la que da al campo de juego.- indicó.- a la derecha hay unos banquillos y dos hombres, que son mis ayudantes. Ahí es donde tú y Mike.- nos señaló con el dedo.- estaréis todo el partido. ¿Entendido?- preguntó.
-Sí, papá.- dijimos Mike y yo a la vez.
-Dentro de un rato nos vemos, los quiero.- se fue corriendo por el pasillo, supongo que a darle la típica charla de entrenador a los jugadores.
Mike agarró la manilla de la puerta y empujó. De no escuchar absolutamente nada, empezamos a escuchar demasiado ruido para mi gusto, estaba todo el estadio lleno. Gente con banderas, con la cara pintada, con tambores… No era un estadio nacional, pero era bastante grande. Personalmente, si yo fuera uno de los chicos del equipo estaría muy nervioso de que toda esa gente esté pendiente de lo que hago.
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