Capítulo 48

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Este fin de semana se me había pasado volando. Había sido uno de los mejores, sin duda. Tenía que volver a casa, y centrarme en la Universidad.

-Muchas gracias, en serio- me desabroché el cinturón.

-Te acompaño- salimos del coche, y me cogió de la mano para llegar a mi casa.

Llegamos a la puerta y acarició mi mano cuidadosamente.

-Habrá partido el martes- me explicó- con unos enanos- rió- ven, por favor- se acercó a mí. Lentamente. Acariciándome la mejilla.

-Claro- respondí con un hilo de voz.

-Nos vemos el martes, mañana tendré que trabajar- me besó lentamente. Esos labios tan suaves, nunca me saciaban. Eran deliciosos.

-Adiós Boo Bear- sonreí mientras abría la puerta.

-Adiós mi niña- agité mi mano y cerré la puerta.

Oh dios. Esto había sido de película. Todo jodidamente perfecto.

Cerré la puerta y suspiré. Dejé las llaves en la mesita de la entrada y miraba al suelo mientras sonreía. ¿Des de cuando existía este grado de felicidad máxima?

-Deja de sonreír, te dolerá la cara después- era papá. Levanté la vista y estaba sonriendo- por lo que veo ha ido todo bien con Louis ¿no?- me preguntó mientras me abrazaba suavemente.

-Ha ido todo muy bien- respondí embobada.

-Ay dios… estás en otro planeta, hija- rió. 

Subí las escaleras, y en la terraza estaba Lucy. Me miró y agité la mano en forma de saludo. Entré a la habitación y mientras me quitaba la ropa para ducharme, llamé a Mariah.

-Cuéntamelo todo, absolutamente todo- dijo desesperada.

-Hola Mariah, yo estoy bien ¿y tú?- la hice enfadar.

-Vamos (TN), sin rodeos- dijo molesta.

-Está bien, está bien- me enrollé mi cuerpo con una toalla y entré al baño- todo ha ido de maravilla- suspiré.

-¿Ha pasado algo…? Ya sabes- se asomó un tono pícaro.

-Mariah…-le advertí.

-Vamos (TN), me lo cuentas todo, y yo también- no la veía, pero sabía perfectamente que estaba rodeando los ojos.

-No hubo sexo- me miré al espejo y estaba de un color carmesí- si eso responde a tu pregunta- escuché su risa al otro lado del teléfono.

-¿Y habéis dormido dos noches sin hacer nada?- preguntó extrañada.

-Em… sí…-dije dudando.

-(TN), un chico no duerme con una chica, así como así- dijo obvia.

-No entiendo…- bufé.

-Siente algo por ti ¿lo entiendes ahora?- me explicó.

-No creo… bueno, sí, pero… no estoy segura- me acomodé el pelo nerviosa.

-Créeme, siente algo- me mordí el labio imaginando que Louis sentía lo mismo que yo. No contesté en unos segundos a causa de mis imaginaciones.

-Bueno cielo, me voy a duchar- intenté despedirme.

-¿Nos vamos mañana juntas por la mañana?- preguntó entusiasmada.

-Y por la tarde también- me saqué la toalla y jugué con mis pies- Louis no puede recogerme, tiene que trabajar- le expliqué.

-¿Trabaja?- preguntó extrañada- ¿de qué?

-Personal training- le contesté.

-Wow…- sentí como un poco de celos invadía mi cuerpo.

-Deja de pensar en mi Louis- dije avergonzada.

-¿”tu Louis”?- rió- ¿des de cuando es tuyo?- preguntó.

-Porque lo digo yo y punto- reí.

-Todo tuyo, fea- rió- yo tengo a Harry- ¡es verdad! 

-¿Ha pasado algo con Harry?- pregunté entusiasmada.

-Nada interesante, estamos iguales que vosotros- noté un poco de desilusión en su voz.

-A Harry le gustas, eso te lo aseguro- le di esperanzas. Y era verdad. Harry me lo dijo.

-Ojalá…- no me gustaba verla así de… triste.

-Ahora sí que te tengo que colgar, te quiero- me despedí.

-Y yo, adiós (TN)- colgamos y suspiré.

Claramente hablaría con Harry mañana en la Universidad. Menos mal, que Mariah no iba a la misma que yo.
Me di una ducha relajante, mientras Louis no salía de mi cabeza. Me vestí con ropa muy cómoda y me senté en el escritorio. Tenía que hacer una investigación… cosas que solo se le ocurría al jodido profesor de Literatura.

Boo Bear... ¿para siempre? (Louis Tomlinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora