“Que puedo hacer de comer…” pensé mientras me lavaba la cara. Me puse unos tejanos, y arriba, una simple sudadera. Grande y ancha, las de mi estilo. Y unos calcetines, por supuesto, si no, moriría de frío.
Había dormido una hora más desde que se fue Louis, ya eran las 12, y dentro de poco llegaría.
Miré las estanterías y la nevera para ver que tenía. No es que yo fuera una súper cocinera, pero podía apañármelas si me lo proponía. Opté por preparar pollo con patatas, algo fácil y rápido.
Cogí su portátil y lo puse en la encimera de la cocina, lo encendí mientras me recogía el pelo con una goma. No usaba contraseña, menos mal. Busqué diferentes formas de preparar pollo, y lo hice al horno. Corté las patatas en rodajas y las freí. “Mierda” me quejé cuando me salpicó aceite hirviendo en el brazo. Eso luego escocería bastante…
El sonido de la puerta me distrajo justamente cuando estaba poniendo un trozo de pollo en un plato.
-Dios mío, que bien huele- Louis entró por la puerta de la cocina y le sonreí. Se veía guapísimo. Traía una chaqueta larga, con botas, y esos pantalones grises que le quedan muy apretados… (TN), respira.
-Gracias- me sonrojé un poco.
-¿Qué es? Huele genial…- miré mi vientre y vi las manos de Louis depositadas en mi cintura. Sonreí en mi interior. Estos detalles me tenían loca.
-Pollo con patatas- me gire y me encontré su cara pegada a la mía, por detrás.
-Mmmmhh..- se asomó una pequeña sonrisa traviesa.
-¿Quieres comer ya?- me gire para quedar completamente frente a él.
-¿El pollo, o a ti?- solté una carcajada y le di suavemente en el pecho. Él me abrazo, mientras sonreía. Joder. Era feliz. Con él, era jodidamente feliz- tengo mucha hambre, ¿comemos ya?- se despegó totalmente de mi, mientras cogía los platos que ya tenían sus porciones adecuadas y los llevó a la mesa.
-La comida estaba realmente buena, gracias- me besó la frente. Estábamos en el sofá, sentados, cómodamente, mientras veíamos la televisión.
-De nada- le contesté.
Mi móvil empezó a vibrar, de seguro era mi padre.
-¿Si?- contesté.
-Hola cielo- no me equivocaba, era papá.
-¡Hola papá!- lo saludé.
-¿Todo bien por ahí?- preguntó.
-Perfectamente- contesté.
-Me alegro. Bueno, te llamaba para decirte, que Lucy, Mike y yo, estaremos hoy y mañana fuera- me informó.
-¿Dónde iréis?- pregunté intrigada. Mientras, Louis acariciaba mi brazo. Se inclinó un poco y beso mi mejilla. Lo mire mordiéndome el labio, y él, negó con los labios apretados mientras con su dedo índice, me toco el labio para que me lo soltara. Me tapé la boca para no reír como estúpida. Este chico era la hostia.
-Mike quiere ver un partido de beisbol, y yo también estoy bastante entusiasmado, así que tenemos que irnos a bastante lejos de casa- explicó- y ya sabes cómo soy yo de vago- rió- prefiero quedarme en un hotel, antes que conducir y estar cansado.
-Me parece muy bien, pásatelo bien papá.
-Gracias, cielo- pausó- tu también- colgó y copié su acción.
Guardé mi móvil, y noté la penetrante mirada de Louis.
-¿Qué miras?- le pregunté burlona.
-Lo fea que eres- me dijo. Me giré completamente, aguantando la risa.
-Pues tú eres un puto orco, y no te digo nada- Louis soltó una carcajada que hizo estremecerme.
-Cuento hasta tres, para que corras- me miró con esas perlas verdes. Fruncí el ceño, y la sonrisa de Louis aumentó- uno…- no me moví del sitio- dos…- me levanté del sillón y corrí por el pasillo que llevaba a otra habitación- ¡tres!- escuché como gritaba Louis des de el salón. Mis pulsaciones se aceleraron, y grité cuando sentí que alguien me cogía por el brazo- no podrás escapar, enana- me levantó, cogiéndome por las piernas, y dejándome todo el torso y la cabeza colgando, pudiendo apreciar la parte trasera del cuerpo de Louis.
-¡Bájame! ¡Boo Bear, bájame ahora mismo!- le dije como podía, entre que me reía y la sangre se me acumulaba en la cabeza, era misión muy difícil para mí.
-Vale- me dijo Louis. Me soltó y caí en la cama.
-¡Pensaba que me moría cuando iba colgando!- le dije entre risas. Levanté un pie para darle en sus partes, pero rápidamente me lo cogió, y dejé de reír.
-No, no- se asomó una sonrisa maliciosa. Se puso de rodillas en la cama, y empezó a hacerme cosquillas. Oh Dios, otra vez no. No podía parar de reír y me costaba respirar.
-¡Louis!- intentaba que el aire llegara a mis pulmones- ¡para!- daba patadas al aire, y de fondo, escuchaba su risa, esa risa tan adorable.
-¿Aún me sigues encontrando feo?- me preguntó con una sonrisa en la boca.
-¡No! ¡No!- estaba a punto de morir como no parara- ¡No te encuentro feo!- paró de hacerme cosquillas y mi respiración estaba muy acelerada.
-Entonces…- se colocó encima de mí, mientras yo abría las piernas y él se puso en medio- ¿Qué soy?- recorrió mi torso y mi cara con la mirada, y se relamió los labios.
Rodeé su cuello con mis brazos, y restregué mis caderas por su parte masculina. Louis bufó.
-Guapo…-volví a hacer lo mismo, y esta vez Louis empezó a meter la mano por debajo de mi sudadera- sexy…- mordí su labio inferior. Louis gimió roncamente.
-Joder…- se estaba excitando, era imposible no notarlo.
Louis me besó, agresivamente.
Seguí su ritmo, los dos teníamos ganas. Le saqué el jersey color marrón que llevaba puesto, y se despeinó un poco. Esto cada vez se ponía más difícil. La mano que ya estaba dentro de mi sudadera, tocaba mi piel con necesidad. Apretó mis pechos por encima del sujetador. Bufé.
Se levantó ligeramente y me sacó la sudadera. Quedé con la ropa interior superior, mientras que Louis se quitó la camiseta básica. Oh dios mío. Contemplé su cuerpo el poco tiempo que me dejó, antes de volver a atacar mi boca.
Paró suavemente de besar mis labios, para depositar un beso en la mandíbula, y después ir bajando. Mordió la piel de mi sensible cuello, y eso me hizo gemir. Louis se apretó más a mí tras aquel gesto, y yo lo cogí de su marcado brazo.
Me acarició los brazos, y me quejé. La quemadura.
-¿Estás bien?- levantó la mirada para encontrarse con mis ojos.