Cuando llegué a la puerta de mi casa, vi a un hombre alto, con pelo canoso, parado afuera, en el porche hablando con mi mamá. Suponía que ese era mi papá. A medida que iba acercándome, los dos se giraron a mirarme. El hombre, al verme, corrió hacia mí y me levantó en brazos. Yo reí y lo abracé. Después me bajó y vi, a mamá sonriendo.
-Bueno Grace, me llevo a (TN).- me cogió la mano y me acercó a él.- nos vemos por Navidad.- se despidió con la mano y entramos en su coche. El interior era negro y muy limpio.
-Hola pequeña, soy Jack, tu papá.- dijo y me sentó en el asiento del copiloto.
-Hola papá.- le sonreí balanceando mis pies en el asiento.
-Ahora nos vamos a tu nueva casa, en Londres.- puso el motor en marcha y se puso el cinturón.- tienes una bonita habitación decorada con cosas de princesas, que te está esperando.- me acarició la mejilla y apretó el acelerador para dirigirse a la carretera.
Aquello último que me había dicho, me había puesto aún más nerviosa. ¡Una habitación de princesas! Esto prometía.
El viaje se me hizo muy corto. Papá y yo íbamos hablando, yo le preguntaba cosas y él las respondía. A él le gustaba ver el fútbol, y trabajaba de entrenador para el equipo de Londres. Aquello me hizo recordar a Boo Bear, bueno Louis. A él también le encantaba el fútbol, y me acuerdo que jugaba siempre con sus amigos por las tardes. A papá también le gustaba ir al cine, y me dijo, que cuando creciera me acompañaría a ir de tiendas, cosa que me hizo reír porque aún no me gustaba demasiado salir a mirar tiendas por horas y horas, y al final comprar una camiseta en la primera tienda que viste el primer minuto.
Llegamos a nuestro destino, era una casa grande, comparada en la que antes vivía con mamá. Papá se bajó del coche y me abrió la puerta, yo quedé con la boca abierta cuando vi que un Labrador pequeño, se acercó a mí y empezó a lamerme la mano.
-¿Te gusta tu regalo, princesa?- me preguntó.
-¿Este cachorrito es mío, ahora?- le pregunté sin poder creérmelo.
-Todo tuyo.- sonrió. Lo empecé a acariciar hasta que papá me llamó cuando ya estaba en la puerta. Yo fui corriendo y entré a mi nueva casa. Tenía un salón muy grande, con una chimenea, un sofá de piel negro y una televisión gigante.
-Wow papá, que grande es la televisión.- dije mientras recorría el salón tocando todo lo que estuviera a mi alcance.
-Me alegro que te guste.- rió.- ahora te tengo que presentar a Amanda.- echó un vistazo a la terraza que estaba al lado izquierdo del salón, y vi a una mujer castaña, cómo mamá, asomarse a la puerta y al verme, sonrió.
-¡Hola!- dijo alegremente.- ¿Tú debes ser (TN), verdad?- ¿Quién era esta mujer?
-Emm..- dudé.- Sí. ¿Y tú?- le pregunté, mientras me colocaba atrás de mi papá.
-Soy la no…-hizo una pausa.- amiga de tu papá.- mentira. ¿Acaso pensaba que era estúpida? Era la novia de papá. Pero no me importaba. Yo sólo quería ver mi habitación y ahí me encerraría para siempre. Sólo saldría cuando la comida estuviera echa.
-¿Quieres ver tu habitación, cielo?- me preguntó papá.
-¡Sí!- le dije mientras corría por un pasillo largo, y me paré en la puerta que ponía mi nombre decorado con unas flores.
-¿Es esta mi habitación?- pregunté con mi mano en la manilla
de la puerta, dispuesta a abrirla.
-Adelante, es tuya.- la abrí ansiosa y me quedé totalmente impresionada. Era la mejor habitación que podía haber visto._________________________
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