-No me puedo creer que haya hecho eso- dijo la voz de Mariah al otro lado del teléfono.
-Lo hizo- suspiré- pero fue un beso, Mariah. No es como una película romántica, dejémoslo en amigos.
-Ya veremos lo que pasa…- escuché una risita floja.
-Mi padre acaba de llegar y tengo que ir a comer- le avisé- nos vemos otro día, te quiero- colgué y bajé las escaleras.
Bajé las escaleras y vi a Lucy poniendo encima de la mesa unas bolsas con algo dentro.
-¿Qué es eso?- pregunté intrigada.
-Comida china, cariño- ¿cariño? ¿Des de cuándo usaba la palabra conmigo? A lo mejor me había cogido confianza des de que fui mas cariñosa con ella…
-Ah, ¿hay arroz tres delicias?-pregunté entusiasmada.
-Sí, toma- me pasó una bolsa- está ahí, saca lo- hice caso y saqué un tapper lleno de arroz tres delicias, rápidamente se me hizo la boca agua.
-¿Qué tal estuvo el entrenamiento, con los chicos, (TN)?- me preguntó Mike mientras se sentaba en la mesa para empezar a comer, papá imitó su acción y yo me ruboricé un poco al recordar que había besado a Louis.
-Normal, como cualquier otro entrenamiento- dije sin darle demasiada importancia. Tendría que arreglármelas para que no se me notara que estaba ruborizada y nerviosa por recordar lo sucedido.
-Hmmm- carraspeó papá. Lo miré con un signo de interrogación en mis ojos. Él me miró y sonrió.
-¿Por qué sonríes?- le pregunté nerviosa y temerosa por la respuesta.
-Por nada- soltó una carcajada.
-¡Papá! ¡Dímelo ahora mismo!- elevé el tono, alterada.
-(TN), cálmate- me dijo serio.
-No, dime porqué mierda te has reído- (TN), te estás alterando, lo tuyo no es fingir…
-No vuelvas a decir una palabrota en la mesa, nunca más- me miró serio y me di cuenta que me alteré por una gilipollez- ¿entendido?- miré a Mike y se estaba aguantando la risa con su pequeña mano.
-No te rías, enano- lo fulminé con la mirada. Miré el plato y no tenía hambre, ¿Qué me pasaba?- no tengo hambre papá.
-No digas tonterías y come- me ordenó.
-Que no tengo hambre- le repliqué y me miró otra vez, con esa mirada enfadada.
-Está bien- dio un trago a la bebida y volvió a fijar su mirada en mí- vete a tu habitación.
Me levanté decidida y casi corrí por las escaleras para llegar a mi cama y tirarme sobre ella. Mire al techo. ¿Por qué me había puesto tan irritante con solo una carcajada de papá? Creo que tuve miedo de que supiera que había besado a Louis, o que supiera que estuvo aquí o que… ¡yo que sé! (TN), eres una paranoica de mierda. Encendí el ordenador y me conecté a Facebook y Twitter, no me concentraba en nada, sólo quería pasar tiempo con Louis. Recuperar todo el tiempo perdido. Me sobresaltó un sonido. Mi móvil.
-¿Si?- contesté sin mirar el número.
-Hola enana- mi corazón dio un vuelco. No me lo podía creer, ¿era él?
-¿Louis?- pregunté a esa voz tan conocida.
-Boo Bear para ti- sonreí como tonta y me levanté de la cama en un segundo.
-¿Cómo tienes mi número? Yo no recuerdo habértelo dado…- hice memoria pero no encontraba nada en mi cabeza, que asociara el darle mi número a Louis.
-Harry…- escuché su risa y la piel se me puso de gallina- ese chico es un genio…-no dije nada, no sabía que decir, así que esperé que él hablara- em… ¿y qué hacías?- me preguntó.
-Nada, antes he discutido con mi padre, y me he ido a la habitación- reí por el motivo.
-¿Y te ríes?-preguntó confuso.
-No me hagas caso, soy tonta- reí más.
-No eres tonta…
-Sí- le llevé la contraria.
-No y punto- lo noté serio. Me callé y pensé otra pregunta.
-¿Y tú? ¿Qué hacías?
-Cocinar, acabo de llegar a mi apartamento- me picaba la curiosidad.
-¿Qué cocinas?- sonreí y me enrojecí un poco.
-Macarrones… ¿te gustan?- preguntó. Me estaba poniendo nerviosa. Él me ponía nerviosa con solo dirigir sus palabras hacia mí.
-Muchísimo, ahora me comería un gran plato de eso- escuché la risa de Louis al otro lado del teléfono.
-¿No has comido?- preguntó extrañado.
-No, discutí con mi padre y no tengo ganas, no sé porqué…
-Ven a mi casa- dijo de golpe.
-¿Qué?- pregunté perpleja.
-Que te vengas a mi casa, te voy a buscar y comemos juntos- me volvió a repetir.
-No, Louis- hice una pausa- come tranquilo, no te preocupes por mí, además… ¿Qué pinto yo en tu casa?- Moría por estar otra vez con Louis, pero no era correcto…
-Oh vamos, así recuperamos tiempo perdido, son 9 años que no nos vemos…- sonreí con tristeza- dame tu dirección- me ordenó.
-No.
-Tú misma, se la pediré a Mariah, nos vemos en un rato, enana- colgó el teléfono. Mierda. Y muchas veces mierda. (TN) controla tus nervios y esa sonrisa de gilipollas. ¿Louis iba a venir? ¿Lo decía en serio? Oh Dios, mi corazón va a explotar, joder… ¿Y si aparece, que le digo a papá? En eso, alguien golpeó a la puerta.
-(TN), ¿seguro que no vas a comer?- era Mike.
-Necesito tu ayuda- lo tiré del brazo y cerré la puerta.
-¿Qué pasa?- me miró asustado.
-¿Te acuerdas que tenías una misión?- me miró y su expresión cambió, a risa.
-Sí, ¿de qué te tengo que cubrir ahora?- preguntó fastidiado.
-Creo que Louis va a venir a por mí- me miró asustado- tonto, de esa forma no. Quiere que comamos juntos… y… ¿Qué le digo a papá?- me estaba alterando.
-La verdad- dijo él tan tranquilo.
-¿Qué?- abrí los ojos.
-Que le digas la verdad, (TN). Ya sabes cómo es papá, seguro que te deja salir- negué con la cabeza.
-¿Estás loco o qué? Estamos hablando de su niñita, que se va a la casa de un chico, 5 años mayor que ella…- Mike me interrumpió.
-Pero papá conoce a Louis, lo entrena y sabe cómo es- este niño cada día me sorprendía más. Refunfuñé y bajé las escaleras con Mike detrás de mí. Lucy estaba sentada en el sofá mirando la televisión y suponía que papá estaba en la cocina, creo que le tocaba a él lavar los platos. Abría la puerta de la cocina, y Mike también entró.
-Papá…-dije con miedo.
-Louis está a fuera, esperándote- dijo seco y se giró- no lo hagas esperar- sonrió y abrí los ojos como platos.
-¿Qué? ¿C-como sabes…- me interrumpió.
-Soy padre, me doy cuenta de todo, además, el motor de su coche se oye a cuadras…- me acarició de una mejilla.
-Em… yo… bueno nos vemos- me giré ruborizada por completo y salí de casa cogiendo el móvil y una chaqueta.
Mire en frente y ahí estaba el coche de Louis, con su conductor dentro, creo que estaba con el móvil. Caminé con miedo y decidida a la vez, algo muy extraño. Llegué a la puerta del copiloto, y con la mano temblando piqué en el cristal. Louis se giró y miró la ventana, donde yo estaba. Mis pulsaciones se aceleraron al ver otra vez esos ojos verdes. Se recostó en el asiento y abrió la puerta, para mí.
-Hola enana- sonrió. Oh vamos, Louis para de sonreír, si no quieres que muera aquí mismo.
-Ho-Hola- dije nerviosa. Me sobé un poco las manos ya que tenía frío.
-Ahora vamos a casa, tu padre me ha dicho que como te pase algo, me echará del equipo- rió- así que en mi casa estarás calentita- encendió el motor y empezó a conducir. Sus manos agarrando el volante, y su mirada fija en la carretera. De vez en cuando se lamía el labio superior… hasta que llegamos a su departamento.____________________________
+VOTO! :D