-¿Y qué libro te tienes que leer?- por un momento no sabía de que me estaba hablando, esos ojos verdes me volvían tonta.
-Em… un libro de derecho- suspiré.
-Te puedo ayudar, si quieres- me miró entusiasmado. No le contesté ya que tuvimos que bajar del autobús. Me bajé en la parada que estaba en frente de mi casa.
-Louis, ¿Por qué te bajas en esta parada?- le pregunté extrañada.
-No me has contestado si quieres que te ayude, así que lo haré igualmente- sonrió y yo sonreí tontamente.
-Está bien… em… entra a casa- busqué las llaves en mi bolsillo pero…
-Mierda- susurré.
-¿Pasa algo?- preguntó Louis.
-Me he dejado las llaves dentro…- suspiré y miré hacia arriba a ver si alguna ventana estaba abierta, pero no. Lucy, papá y Mike no están.
-Nos podemos…-sugirió.
-Si claro…-dije irónica- ¿cómo?
-¿Tienes jardín?- se sacudió el pelo, ahora más seco.
-Sí, pero tiene una valla bastante alta…- pensé.
-No pasa nada, vamos- caminó delante de mí hasta encontrar la valla del jardín. Tuvimos que rodear toda la casa.
Louis tiró su mochila al otro lado de la valla, se subió un poco los pantalones y se disponía a saltar cuando lo interrumpí.
-Yo me voy a la puerta principal así espero que la abras…-ni de broma me dispondría a saltar por esa valla.
-Oh, está bien- se giró y me miró. Louis saltó y puso las manos en lo alto de la valla, después colocó un pie en la mitad de esta, y ahí fue cuando me faltaba el aire. Sus bíceps bien marcados, por la fuerza que hacía, y su trasero también bastante apretado… Que calor me había entrado.
Me giré y decidí ir a la puerta principal, así Louis me podría abrir. Estaba en la puerta esperando, y me puse a pensar. Él y yo, solos en mi casa. Espero que cuando llegue papá no lo mal interpretara. Un sonido me despertó de mis pensamientos y fijé la mirada en la puerta. Se asomó Louis con una gran sonrisa.
-Sirvo para ladrón- al escuchar ese comentario solté una carcajada que me tuve que tapar la boca.
-Lo siento- dije sonrojada.
-¿Te disculpas por reírte fuerte?- levantó una ceja.
-Sí…- ¿estúpido, no creen?
-Awww- torció un poco la cabeza y me miró con ternura y sonriendo.
-No me mires así Louis…- pasé por su lado empujándolo un poco y me dirigí a mi habitación.- Toma, ahí está el libro- le lancé el libro al pecho y él lo cogió rápidamente- ¿Cómo piensas ayudarme?
-Este libro ya me lo he leído, me obligaron en el colegio de Doncaster, aunque no haya estudiado derecho… es algo muy absurdo pero bueno- se sentó en la punta de mi cama.
-Genial, toma. Lápiz y papel- le pasé una libreta y un lápiz- Hazme un breve resumen, y me harás feliz- reí y él también.
Empezó a escribir con mucha facilidad. Yo me senté en la silla de mi escritorio y lo observaba como escribía. Cogía el lápiz de una forma muy rara, se lamía los labios muy seguido y también los movía según lo que iba escribiendo. Doblaba un poco el pie derecho y también se acomodaba el pelo de vez en cuando. Simplemente adorable.
-Listo- me entregó el papel y el lápiz. Le eché una ojeada rápida y era un resumen muy elaborado.
-Wow Louis, muchas gracias- se lo dije sin mirar a los ojos mientras guardaba la hoja en un cajón.
-De-denada- dijo en un susurro- Em… ¿Tu madre? ¿Vive con vosotros?- aguanté la respiración y me puse pálida.
-N-no, ella vive en Doncaster- respiré- aquí vivo con mi padre y su pareja, y el pequeño de la familia.
-Mike, ¿verdad?- asentí.
-Es muy cariñoso, me hizo reír el día del partido- miró alrededor de mi habitación y esbozó una sonrisa.
-Lo sé, lo quiero tanto…- tenía un pequeño nudo en la garganta, estos temas eran difíciles para mí, siempre he sido una persona que tiene miedo a abrirse a otras, por miedo a que le hagan daño.
-¿Por qué te fuiste, (TN)?- soltó Louis esa bomba.
-¿Q-qué?-tartamudeé incrédula.
-¿Por qué te fuiste? ¿Por qué me dejaste solo?- se giró completamente para poder mirarme mejor. Mi corazón empezó a latir más rápido de lo normal y mis manos empezaron a sudar.
-Mi madre me dijo que no me podía mantener, que era mejor que me fuera con mi padre…
-¿Sabes cómo lo pase?- me preguntó.
-N-no- agaché la cabeza.
-Lloraba casi todos los días, en los recreos me sentaba solo con un amigo, y ya no era el mismo- resopló y se estiró en mi cama, con los pies en el suelo.
-Éramos niños pequeños Louis, yo también lo pasé mal pero tampoco es para tanto- mentía. ¿Cómo podía contradecirme a mi misma de esa manera? Había sido el peor momento de mi vida, el dejarlo a él, solo.
-¿Y qué pasa? ¿Qué los niños pequeños no tienen sentimientos?- me preguntó. Aún seguía estirado en la cama._________________________________
+VOTO! :D