Llegué del colegio, ansiosa por ver mis dibujos animados favoritos. Entré por la puerta de mi pequeña casa, i vi a mi mamá sentada en el sofá, metiendo todos mis peluches en una caja.
-¿Mamá, que estás haciendo?- le pregunté mientras la miraba, y veía como guardaba a mi pequeño amigo peludo, mi osito.
-Empaquetando tus cosas, cielo.- me miró y vi sus ojos llenos de lágrimas.
-Mamá…- intenté llamar su atención. Pero fue en vano.- ¡Mamá, escúchame!- le grité y dejo caer otro peluche, un mono que sacaba la lengua.
-Dime, hija.- se sentó en el sofá y me miró.
-¿Por qué estás empaquetando mis cosas?- le pregunté echando un vistazo a mi caja de peluches. Ella, dio un suspiro y cerró los ojos con dolor.
-Te vas a vivir con tu padre.- ¿Quién era mi papá? Mamá nunca me había hablado de él.
-No conozco a papá.- dije con miedo.
-Él será un buen padre, ya lo veras. Te ama, (TN). Siempre lo ha hecho.- me contó.
-¿Y por qué no estamos los 3 juntos, entonces?- pregunté.
-Porqué él y yo, ya no queríamos seguir viviendo juntos, hija.- me explicó muy brevemente.
-Eso significa que, ¿no te voy a ver más?- pregunté con la voz rota y mis ojos a punto de explotar en lágrimas.
-Nos veremos para Navidad, y fiestas importantes.- secó una lágrima que cayó por su mejilla.
-¡No quiero, mamá! ¡No quiero separarme de ti!- grité y me abalancé sobre ella para fundirme en un abrazo.
-Yo no te puedo seguir manteniendo, cielo.- me sobó la espalda y besó mi frente.- no tengo el dinero suficiente para lo que tú te mereces. Lo mejor es que vayas a vivir con papá.- se separó de mi y secó mis lagrimas con sus finos y femeninos dedos.
-Ve a despedirte de Louis, papá llegará en unos minutos.- concluyó.
Boo Bear. No había pensado en mi mejor amigo. Lo iba a abandonar. Le había prometido ser amigos para siempre, y él me había dicho que me quería… Tenía que despedirme de él, papá iba a llegar en unos minutos, y quería verlo por última vez.
Salí corriendo de mi casa, hasta llegar a la suya. Esquivé coches, y señoras mayores con carritos de la compra, para llegar muy rápido a la casa de Boo Bear. Ahora, estaba en frente de su puerta. Tenía mis pequeñas manos temblando y toqué el timbre. Salió él, con esa pequeña y traviesa sonrisa en la cara, y sus pequeños ojos verdes.
-(TN) ¿Qué haces aquí?- me preguntó.
-Vengo a despedirme, Louis.- mi voz estaba rota, y mis ojos a punto de llorar, nuevamente.
-¿Cómo? ¿A despedirte?- me preguntó sin entender nada.
-Me voy de aquí Louis, me voy de Doncaster. Me voy a la ciudad.- dije eso, y empecé a llorar mientras miraba al suelo.
-No puedes estar diciendo la verdad…- me dijo en un tono enfurecido.
-Si Louis, es todo verdad.- sequé mis lágrimas que igualmente, seguían cayendo de mis ojos. Louis se acercó y me abrazó, tan fuerte como nunca lo había hecho. Me separé, y vi sus preciosos ojos verdes, llenos de lágrimas.
-No quiero que te vayas (TN), te quiero. Eres mi mejor amiga…- se secó una lágrima y dio un paso hacia atrás.
-Yo tampoco quiero irme Louis, eres mi mejor amigo, yo también te quiero.- le reproché.
-Me lo prometiste (TN)… Mejores amigos para siempre.- dio otro paso hacia atrás y me miró. Su expresión cambió a enfado.- Me lo prometiste… No me prometas algo, cuando ¡No lo vas a cumplir, (TN)!- me levantó el tono.
-¡Te lo prometí y que me vaya no significa que no lo vayamos a seguir siendo!- le grité y me giré para irme a mi casa.
-¡(TN)!- escuché la voz de Louis.
-¿Qué?- le contesté con un hilo de esperanza.
-Si nos volvemos a ver, y somos más grandes…Te volveré a recordar que no cumples tus promesas.- y me sacó la lengua.
-Te estaré esperando, estúpido.- le grité mientras me alejaba.
-Olvídame (TN), ya no te quiero.- entró en su casa, y cerró la puerta de un golpe.
Aquellas últimas palabras hirieron a mi pequeño corazón de niña de 8 años.
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