Era divertido estar en una discoteca con Mariah. Un chico nos había invitado a una copa, y se nos subió demasiado rápido. No parábamos de reír y de bailar, hasta que me acordé de los chicos. De Louis.
-Mariah, será mejor que volvamos con los chicos, hemos pasado bastante de ellos…- asintió mientras me cogía de la mano y los buscábamos con la mirada.
-¡Ahí están!- Mariah señaló en una dirección y yo seguí su dedos hasta verlos. ¿Qué estaba pasando? Estaban los tres bailando, mientras reían y estaban rodeados de chicas. Niall y Harry bailaban con dos chicas a la vez, al igual que Louis. Que estaba muy contento, por cierto.
-Que bien se lo pasan- dijo Mariah a punto de explotar.
-Ni que lo digas- dije con fastidio- ya veremos quien se lo pasa mejor- la miré.
-¿Bailar con otro chico?- sonrió maliciosamente.
-Cómo me conoces- reí- pero primero vamos un segundo, quiero ver que hace Louis cuando me vea.
¿Celos? Bastantes. ¿Para que me iba a enfadar? Yo no estaba enfadada, pero me gustaba jugar. Y Louis no sabe que yo se jugar muy bien, aunque esa no sea su intención.
Me acerqué por detrás de Louis, y me acerqué a su oído.
-Que bien te lo pasas ¿eh?- Mariah estalló en risa y yo también. Me miró y la sonrisa se le borró de la cara. Estaba pálido.
-N-no, yo no…- soltó el agarre de las caderas de esa perra y se giró completamente para mirarme.
-Me da igual lo que hagas Louis, eres libre- Mariah me estiró del brazo mientras me guiaba hacia un grupo de chicos.
-Ni de broma bailo con todos ellos, por Dios, que vergüenza- me entró un poco de miedo.
-Ya verás como sí- nos acercamos más y uno se giró al ver a mi prima.
-¿Queréis algo, bonitas?- estaba borracho. Olía a quilómetros y le costó demasiado vocalizar.
-No preguntes, y baila con ella- me dio un empujón y ese chico me cogió de la cintura- yo voy a por tu amigo, si no te importa- sonrió y él chico rió.
-¿Bailamos?- asentí. Creo que no había sido buena idea. Me incomodaba bastante estar con otro chico, y encima borracho. Me pegó a él, mientras nos movíamos un poco- ¿Por qué habéis venido a hablar con nosotros?- me preguntó.
-Para darle celos a un chico- lo miré y él sonrió.
-¿Así que soy victima de un plan?- preguntó. Me relajé un poco al ver que era simpático, y dejé que me cogiera más de la cintura.
-Se puede decir que sí- me cogió de los brazos y los subió a su cuello. Me sonrió y yo copié su acción.
Este chico sabía moverse, me gustaba como me llevaba al ritmo de la música. Gire la cabeza y vi a Mariah hablando con el supuesto amigo de este tío. Negué con la cabeza y reí tontamente.
Sentí que me apretaban el brazo, fuerte. Y miré a mi acompañante. No era él.
-Suéltala- Louis estaba a mi lado, apretándome el brazo con fuerza. Y aquél chico me soltó.
-Ey tío, tranquilo- lo miró mal.
-Ni la toques, ¿vale?- lo fulminó con la mirada y me cogió de la mano, con fuerza, mientras yo aun no sabía muy bien que estaba pasando.
-Eh, eh, eh- me frené cuando ya habíamos dado unos pasos. Louis me miró serio, sin expresión- ¿Qué haces? ¿Acaso no puedo bailar con un chico?- le pregunté irritada.
-Con un tío que esta borracho y babeando, no- siguió caminando, aun con su mano agarrando la mía.
-Louis, para- le di en el hombro y noté como se tensaba- ¿eres el único que puede bailar con otras personas?- era una pregunta retórica. No lo dejaría contestar- pues no, a mi también me apetece bailar con otros chicos- me quejé.
-Esas chicas se nos acercaron, era solo por diversión- bufó- tu lo has hecho a posta- se giró otra vez, caminando conmigo hacia donde estaba Harry y Niall. Mariah, creo que aún estaba hablando con aquél chico.
-Pues vete a bailar con ellas, me da igual Louis, me da igual con quien bailes, yo no soy celosa- le grité.
-Eh chicos, ¿Qué pasa?- frunció el ceño, Harry.
-Pues mira, ahora voy a ir con ellas- rió irónicamente- y tú te puedes ir con ese borracho de mierda, si quieres, allá tú- me miró frío y me soltó la mano. Me sentí impotente. No tenía ganas de discutir con él. No quería discutir con él. Ahora mismo, era un imbécil.
Me acerqué a Niall, mientras Louis se fue a sentar en los sofás, mirando al suelo.
-Me llevas a casa…- dije con un hilo de voz- por favor- intenté tragar saliva, pero el nudo en la garganta me lo impedía.
-¿A casa de Louis?- me preguntó.
-No me queda otra…
-Niall, toma- Harry le pasó 20 euros- iros en un taxi, y tu vete a tu casa, no bebas más- le dio una palmada en la espalda y él rió.
-Gracias por acompañarme- me bajé del taxi.
-De nada, puedes contar conmigo- sonrió- Louis a veces es un capullo- me dio una sonrisa de compasión.
-Lo se- respiré profundamente y me despedí de él. Louis me había dicho que debajo de la alfombrilla, fuera de la puerta, había una llave de emergencia. Así que utilicé es para entrar.
Me puse una camiseta muy ancha, y unos pantalones largos.
Estábamos en pleno invierno, y entre que hacía muchísimo frío, y yo siempre estaba helada, lo pasaba muy mal. Busqué un edredón en el armario de Louis, y me estiré en el sofá. Me tapé hasta la nariz y cerré los ojos. Miré el móvil, la 1:30.