Capítulo 26

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Quería besar esos labios. Sus labios. Aquellos que ahora me habían hecho tranquilizarme un poco. Situé mi vista sobre mi objetivo, pero Louis no hizo nada al respecto, se separó soltándome completamente y me miró. Aquello me desconcertó bastante, ¿Qué hago ahora?

-¿Estás mejor?- lo miré rápidamente a los ojos y él se pasó la mano por el pelo.

-Sí, estoy mejor- me salió un suspiro y él sonrió- gracias.

-¿Por qué me das las gracias?

-Por el abrazo.

-Ah- miró al suelo y luego a mí- ¿quieres… no sé… pasar la tarde aquí? O ¿tienes que hacer algo para la Universidad?- pensé un segundo, y no, no tenía nada que hacer. Pero esto era raro, no tenemos nada, eso está clarísimo, pero hay tensión entre nosotros, como si yo quisiera decir algo y él también, expresar algo, pero no sé por qué no lo hacemos. 

De una vez por todas, voy a hacer las cosas sin pensar en las consecuencias y sin darle muchos rodeos. ¿Qué mejor que estar toda una tarde con Louis, alias Boo Bear? Me gusta, ya lo he dicho. No porque sea enamoradiza, si no, por todo el peso del pasado, lo que nuestra amistad significa. Venga (TN), deja de pensar y respóndele al pobre chico.

-No tengo nada que hacer, estaría bien pasar la tarde contigo- esbocé una sonrisa.

-Genial, vamos al sofá y vemos un poco la televisión- dejó que pasara primera por la puerta, y así hice, oh, era todo un gentleman. Caminé lenta, mientras me secaba un poco las mejillas, que aún estaban húmedas, pero las ganas de llorar habían desaparecido. Noté como sus manos cogían mi cintura y ponía su cabeza encima de mi clavícula. Esto sí que no me lo esperaba.

-¿Por qué me dan ganas de tenerte cerca todo el maldito tiempo?- me dijo con voz suave, y dirigiéndose en mi oído.

-Espero que sea una pregunta retórica, porque no tengo respuesta a eso- me paré en frente de la chimenea, que por cierto, me había encantado.

-Eres tan diferente- dijo cómo si hablara para sí mismo.

-Oh gracias- dije en tono irónico.

-No lo digo en ese sentido, enana- se puso delante de mí, y me miró fijamente- ha sido un comentario absurdo, seguramente, pero la mayoría de las chicas ya hubieran querido acostarse conmigo al solo abrazarlas- creo que no te han enseñado como hablar cuando una chica, a la que obviamente le gustas, está presente ¿verdad? Gracias Louis, por confirmarme que tienes a millones de chicas más, y que yo seré otra víctima.

-¿Tengo que sentirme alagada por lo que acabas de decir? Por qué no tiene ni la más mínima pizca de sentido- dije molesta, y di un paso hacia atrás.

-Eh, eh, eso es bueno- no entendía mi reacción- ¿acaso crees que a mí me gustan las chicas que solamente quieren sexo?- me preguntó serio.

-Creo que si- sinceramente, era lo que pensaba.

-¿Eso es lo que crees?

-Pues sí, tiene toda la pinta de ser así- hice una pausa, y vi su cara de pocos amigos- o ¿no? No sé, dímelo tú- (TN), vas por mal camino…

-Obviamente no, (TN). Joder, gracias por pensar semejante mierda de mí- se sentó en el sofá, y miró por la ventana, serio.

Perfecto, la acabo de cagar. Pero era la sensación que me daba, y estoy segura de que en algún momento con, esas chicas que “no le gustan”, se ha desahogado sexualmente.

¿Le hablo o me voy? No huyas como siempre haces, los amigos discuten ¿verdad?, bueno arréglalo, es un simple mal entendido. Caminé sigilosamente y me senté a su lado, pero sin tener ningún contacto físico. Lo miré, pero él no me respondía a la mirada.

-Otro enfado tonto, no, por favor- me miró y volvió a mirar la ventana.

-Yo no estoy enfadado- la gran presión se acababa de esfumar- pero no quiero que tengas esa imagen de mí, por favor- si antes ya me sentía culpable, ahora ya no podía estarlo más.

-No, claro que no- le sonreí y él hizo lo mismo- lo siento- me acerqué rápidamente y le di un corto beso.

-Qué manía con dar besos cortos, eh…- me tapé la boca y reí- ven aquí anda- me cogió de la cintura y me atrajo hasta él. Un día, un puto mísero día y ya lo había besado… acabo de perder la cuenta. 
Su respiración se empezó a acelerar, a medida que el beso duraba más. Me alejé solo un poco, para poder ver esos ojos verdes, pero estaban cerrados. Mierda. Sentí algo en el labio, que me apretaba. Sus dientes. Gemí. ¿Cuándo había salido eso de mi boca? Oh Dios mío, nunca había gemido. Louis se separó fijando sus ojos en mí.

-No lo vuelvas a hacer- rió.

-¿Por qué?- pregunté confusa.

-No sabes cómo me pone eso…- creo que no podía estar más roja en ese preciso instante.

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+VOTO! :D

Boo Bear... ¿para siempre? (Louis Tomlinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora