-Narra (TN)-
-Emm… -¡oh! Lo había puesto nervioso- ¿quieres tener algo conmigo?- me preguntó serio. ¡Claro que quiero! ¿No ves que estoy enamorada de ti? Ah, no, que no tengo valentía suficiente para decírtelo…
-Sí- le dije aguantando su mirada, pero no por mucho tiempo más.
-Pues entonces digamos que es una cita- me cogió la mano y acarició mis nudillos con su dedo pulgar.
-¿Te duelen mucho…? ya sabes- me preguntó Louis mientras entrabamos a su departamento. Colgué la chaqueta y me estiré en el sofá. ¿La verdad? El dolor me estaba matando. Dentro de un día o dos, me tendría que venir el periodo.
-No mucho…- le dije para tranquilizarlo. Pero no podía mentirle. Me toqué el vientre, mientras cerraba los ojos, apretándolos con fuerza.
-(TN) no me mientas- se paró en frente mío.
-Louis, esto es normal- le conté- cada mes es lo mismo, no te preocupes- lo miré, intentado reprimir la cara de dolor. Bufó y se dirigió a la cocina. Salió con un vaso de agua y una pastilla.
-Toma- me la tomé y me volví a estirar en el sofá.
-Qué vergüenza, que sepas esto- me tapé la cara con las manos.
-¿Por qué vergüenza?- preguntó- esto es normal…- lo miré y se sentó a mi lado.
-Quiero que me abraces- le dije con un hilo de voz.
-¿Qué?- preguntó sonriendo.
-No te hagas el tonto, ya me has escuchado- me mordí el labio.
-Solamente quiero que lo vuelvas a repetir…-sonrió como un niño pequeño.
-¿Me abrazas o no?- le pregunté muerta de vergüenza.
-Pues claro, mi niña- oh dios, “mi niña”… se sentó a mi lado y abrió los brazos. Me apoyé en su pecho, mientras él me apretaba con fuerza. Esta sensación era pura gloria.
-Aún no me has contado por qué has ido a Doncaster…- dije curiosa.
-Ah, eso…- me seguía abrazando- bueno, ya sabes que mi madre, y mi hermana viven ahí. Y a veces voy para verlas o ayudarlas. Sobretodo económicamente hablando- levanté la cabeza. Lo que hacía era precioso. Realmente precioso.
-Es muy bonito lo que haces- dije maravillada.
-Sólo lo hago porque las quiero- sonrió. ¿Este hombre tenía algún defecto?
-Algún día…- me daba vergüenza pedírselo- algún día podría ir contigo- me soltó y sonrió- mi madre vive ahí, y podría ir a verla. Mientras tú estás con tu madre- lo miré esperando una respuesta.
-Claro que puedes- me acarició la mejilla- sé cuanto quieres a tu madre, y le sacaríamos mucho provecho al viaje ¿no crees?- me besó.
-Sí- dije un poco ruborizada.
Cada uno se puso su pijama. Bueno, Louis se puso unos pantalones largos, que colgaban de sus caderas. Y nada para arriba. Esto lo hacía adrede.
Se metió a la cama y me miraba sonriendo. ¿Cuántas veces había soñado con una escena así? ¿Cuántas veces había soñado con dormir con un chico? Incontables…
-Ven- me ordenó. Tontamente, caminé hasta la cama. Me metí y Louis se pegó a mí.
Yo estaba mirando al techo, mientras Louis estaba de lado, rodeando mi cintura.
-Desprendes mucho calor- me dijo, mientras me apretaba más hacia él. Reí suavemente.
Colocó su cabeza en mi pecho. Ahora no veía su cara, solo su pelo. Era demasiado tierno. Acaricié su pelo lenta y cariñosamente.
-Nunca había dormido con una chica… así- me confesó. Sonreí mordiéndome el labio inferior.
-¿A qué te refieres con “así”?- pregunté. Ya sabía perfectamente a lo que se refería, pero quería más.
-Pues… así- rió. Metió la mano por mi camiseta y me acariciaba la cintura y el vientre por dentro- tan… cariñosamente. Tan… no sé- dio un beso en mi piel y noté un escalofrío.
Se acomodó nuevamente quedando a mi altura y me miró a los ojos.
-¿Dormimos?- me preguntó.
-Mmhjm- asentí.
Se dio la vuelta, dándome la espalda.
-Pégate a mí, si no, tendré frío- me avisó.
Me acomodé detrás suyo. Abrazándolo y pegándome a su espalda. Sensación de los dioses.
-Buenas noches- di un beso en su mejilla, colocándome nuevamente en mi posición.
-Buenas noches, mi niña- me contestó.