-Narra (TN)-
Me senté en el sofá de Louis, mientras pensaba en todo esto. En lo rapido que hemos cumplido un mes, y lo mucho que significa para mí. Cada detalle, cada sonrisa y cada llamada que me dedica. Es muchísimo, y él no tiene ni la menor idea de cuan feliz me hace eso.
Lo amaba con locura, y no quería perderlo nunca. Ahora él era mi todo. Mi felicidad. Mi sonrisa… Me sentía preparada, ¿para que? Aún no lo sabía. Aún no sabía si realmente estaba preparada para dar ese gran paso, pero sabía que quería hacerlo con Louis.
Golpeé en la puerta del baño y Louis me dejó pasar. Estaba con los pantalones del pijama y sin camiseta, con el torso al aire. Esto cada vez se ponía más interesante.
-Hola – sonrió.
-Aloha – sonreí tontamente. Cogí mi cepillo de dientes y comencé a cepillarmelos. Cada vez que pensaba en aquello mi corazón aceleraba su ritmo cardiaco, y ahora que era el momento, mis manos temblaban.
Escupí la pasta de dientes y me enjuagué la boca. Me miré en el espejo y después a Louis.
-¿Qué pasa? – preguntó mientras él también se secaba la boca de habersela cepillado.
-Yo… - me miré las manos y sentí un nudo en la garganta. No iba a llorar, solo estaba temblando demasiado – tal vez…
-Venga, cuentamelo mi amor – me cogió de la mejilla con su mano y me hizo mirarle.
-Me- me gustaría hacerlo… contigo – Louis abrió los ojos y me soltó el agarre.
-¿Estas segura? – preguntó – yo no te quiero obligar a nada, y ya te dije que esperaría lo que hiciera… -lo interrumpí.
-Sí, estoy segura – lo miré seria – te quiero. Y mucho. Y quiero que seas el primero, y quiero probarlo – me mordí el labio para evitar que temblara, como todo mi cuerpo estaba en esos momentos. Louis sonrió y me abrazó.
-Te quiero, mi vida. Lo eres todo – lo apreté con fuerzas, sintiendo su pecho como bajaba y subía.
Me soltó el agarre y me miró a los ojos, se acercó lentamente para rozar mis labios. Tenía que calmarme, mi respiración iba bastante rápido, y quería estar tranquila. Estaba con Louis, nada me podía pasar.
Sentí la caliente mano de Louis colocarse otra vez en mi mejilla y acercarme hacia él. Me besaba con suavidad, sin prisas, con cariño, con amor… Me acarició las caderas y poco a poco besó mi cuello.
-Vamos a la cama – dijo. Me entrelazo la mano y fuimos a su habitación.
Me senté en la punta de la cama, nerviosa, temblando.
-No te veo muy convencida – dijo Louis de pie, en frente mío.
-Sí que lo estoy, se lo que quiero. Solo que estoy nerviosa – le dije – a cuantas… ¿a cuantas has desvirgado antes? – pregunté.
-A ninguna – abrí los ojos. Sorprendida.
-Mientes…
-Estoy diciendo la verdad (TN) – me miró serio – he tenido sexo, con muchas chicas, pero nunca he desvirgado a una – me cogió las manos – y a ti te desvirgaré, y te hare el amor ¿sabes por que? – Apreté mis labios, estaba emocionada – por que te quiero como a nadie – besó mis nudillos.
Rodeé su cuello rapidamente y comencé a besarlo.
Lentamente me posicioné en el medio de la cama, y él estaba encima de mí. Mordí su lóbulo y restrgué mi pelvis contra su miembro, y escuché la agitada respiración de Louis. Volví a su boca, y lo besé lentamente. Quería saborear su boca y este momento. Sería único.
Louis se separó un poco y me quito la camiseta que llevaba, desabrochandome el sujetar, también. Masajeó con cuidado mis pechos mientras yo apretaba mis ojos con fuerza. Se sentía realmente bien. Bajó mis pantalones, y me miró, asentí y me bajó las braguitas también. Ahora estaba desnuda e indefensa.
Cogió el condón y rompió el emboltorio plateado. Bajé sus pantalones lentamente y me dí cuenta de que no llevaba boxers. Genial. Ya estaba con la erección a punto.
Se colocó el condon y yo lo miraba asombrada. La tenía grande, y temía que me doliera mucho. Se acercó y me besó lentamente, metiendo su lengua y jugando con la mía.
-Así te vas preparando… - sentí como metía dos dedos y gemí contra su cuello - ¿estas bien? – asentí.
Los movía con destreza y yo gemía suavemente.
-¿Estas preparada? – lo miré a los ojos – mi amor… ¿lo estas? – rozó su nariz con la mía. Asentí embobada.
Louis se apoyó en sus manos y pude ver todo su pecho al descubierto, alumbrado solo por la pequeña luz de noche que estaba situada en la mesita.
Louis no apartaba la mirada de mis ojos, y yo igual. Lo miraba expectante. Sentí como algo tocaba mi entrada y se metía poco a poco, no sentía gran cosa, pero notaba que no paraba de meterse y me tensé. Cogí a Louis por los hombros y cerré los ojos apretandolos con fuerza. Eso había dolido.
-Mi vida, ¿estas bien? – abrí los ojos, un poco húmedos y asentí. Besé cortamente sus labios y él salió de mí. Sentí alibio… - voy a hacerlo otra vez – me avisó.
Respiré profundamente, llenando mis pulmones y otra vez sentía como entraba en mí. Me tensé y apreté sus brazos con fuerza. Dolía. Dolía bastante.
-(TN) no puedo… joder estas sufriendo – lo miré y estaba preocupado.
-No, tu sigue – le ordené – es inevitable que no me duela, pero quiero hacerlo, y solo contigo – sonrió con los ojos cristalizados y el corazón se me derritió - ¿estas emocionado? – no me había dado cuenta pero Louis aún seguía dentro de mí, y el dolor iba cesando poco a poco, pero aún permanecía.
-Es que, te amo mi amor – me miró a los ojos para acercarse y pegar nuestras frentes.
Salió de mí, y volvió a repetir la acción. Esta vez dolió menos, pero aún sentía molestia. Lo repitió un par de veces más y yo seguía rodeando su cuello mientras lo miraba a los ojos.
Dio una embestida más fuerte que las otras y cerré los ojos.
-¡Ah! – me quejé con los ojos aguados y intenté calmar mi respiración.
-Pe-perdona mi amor – dijo Louis preocupado – lo siento mucho, no quería hacerte daño – me acarició la mejilla.
-Tranquilo… estoy bien – mentía.
Volvió a penetrarme y eché la cabeza hacia atrás. Ahora ya se por que decían que la primera vez era una completa mierda. Dolía mucho, joder.
-(TN)… - me dijo Louis.
-Dime – intenté hablar, con un hilo de voz.
-No puedo seguir… - salió de mi – ya lo hemos hecho, ya he sido tu primera vez – sonrió – pero no quiero seguir haciendote daño…
-Está bien mi amor – sonreí – lo he hecho contigo, y estoy feliz, de verdad – le dije sincera.
-Yo también, he sido tu primera vez y no sabes lo feliz que me haces – me mordí el labio y lo besé.
Salió de mí y se quitó el condon tirandolo en una pequeña basura que tenía al lado de la cama. Se estiró a mi lado y me rodeó los hombros mientras yo me acurrucaba en él.
-¿Cómo estas mi niña? – me acarició la mano que la tenía situada en su pecho.
-Mejor que nunca – levanté la mirada y le sonreí. Negó sonriendo.
-No te llegas ni a imaginar lo feliz que me haces, en serio – me dijo mientras me daba un beso corto en los labios.
-Eres perfecto Louis, no me falles nunca, por favor – me miró serio y después me acarició la mejilla.
-Nunca – repitió y sonrió embobado.