-¿Paramos aquí a comer algo?- me preguntó mientras pasábamos por un bar.
-Por mí, bien- le dije. Giró y aparcó el coche en el parking.
Nos bajamos y nos dirigimos hacia el bar. Louis caminaba a mi lado, rozándome el brazo con el suyo. Entramos al bar y nos sentamos en una mesa que había vacía, él se puso delante de mí y yo sonreí.
-¿Qué quieres para comer?- me preguntó.
-Yo nada, ya he comido en la Universidad- me excusé.
-¿Segura?- levantó una ceja.
-Segurísima- me sonrió y yo copié la acción.
-Algo de beber entonces, ¿coca-cola?- preguntó.
-Sí, eso sí que me apetece- Louis llamó a la camarera, ella vino y nos miró expectantes.
-Yo quiero… una hamburguesa, y agua- me miró y yo miré a la camarera.
-Em… y yo una coca-cola- asintió y se fue.
-¿Qué tal el día?- me preguntó mirándome a los ojos. Sentí mariposas en el estómago, nunca me había pasado. Estaba nerviosa. Él me ponía nerviosa.
-He sacado un cero- ahora le iba a reprochar lo del trabajo.
-¿Cómo? ¿En qué?- se sorprendió.
-Gracias a tu trabajo de literatura- lo miré seria.
-¿Q-que? ¿Qué ha pasado con el trabajo?- preguntó abriendo los ojos.
-Me has hecho el mismo trabajo que a Harry, y ahora la que suspende soy yo- le expliqué.
-Mierda… yo lo siento (TN), hostia… me sabe mal que hayas suspendido- miró nervioso al bar.
-No pasa nada, no voy a suspender la asignatura por eso- lo miré y sonreí, no quería que se sintiera mal.
-Pffff… eso espero- me cogió la mano acariciando mis nudillos. Tragué con fuerza y lo miré, él me estaba mirando con una sonrisa- no te pongas nerviosa- seguía acariciándome la mano.
-No estoy nerviosa-dije con orgullo.
-Pues te noto tensa- rió.
-Cállate- miré hacia otro lado y saqué mi mano de su agarre.
Me miro extrañado y luego negó con la cabeza sonriendo- no me dijiste que Harry iba a mi Universidad- levanté una ceja.
-¿Para que querías saberlo?- llegó la camarera con la hamburguesa y las bebidas. Yo tomé un sorbo de mí bebida y Louis le dio un mordisco a su hamburguesa.
-Porque me cae bien- le contesté.
-Ah- dijo indiferente- bueno, ahora que ya lo sabes, ¿os habláis o qué?- preguntó mientras daba otro mordisco a su hamburguesa.
-Comemos juntos- dejó de masticar y me miró serio.
-¿Todos los días?
-De momento solo 2, pero como yo no quiero estar con las pavas de mis compañeras ni él con sus compañeros, es la mejor opción de escapar. Comer juntos- le expliqué.
-Que no se pase ni un pelo- advirtió.
-Pero que estoy viendo aquí- reí- ¿Boo Bear celoso?- levanté una ceja.
-¿Qué hablas?- abrió los ojos y se puso nervioso- yo no estoy celoso.
-Si claro…- reí silenciosamente.
-Te las verás enana…- me guiñó un ojo.
Louis acabó de comer y yo mi bebida, pago y nos fuimos al parking. Nos subimos al coche y puso rumbo su casa.
-Louis mi casa está en la otra dirección- lo miré extrañada.
-Ya lo sé- sonrió de lado.
-Pues si ya lo sabes llévame a mi casa- le repliqué.
-Vamos (TN), en mi casa me aburro…- hico un puchero.
Sentí como se me secaba la boca, eso había sido demasiado tierno, y si siempre tenía ganas de que me besara, ahora tenía ganas de ser yo la que le comiera la boca. Literalmente.
-Está bien- resoplé.
Llegamos a su casa. Una vez dentro, Louis se tiró pesadamente al sofá y me hico una señal con el dedo de que viniera a sentarme con él. Caminé rápido, y cuando me iba a sentar a su lado puso un brazo en forma de barrera para impedirlo.
-Siéntate aquí- dio dos palmaditas en su pierna derecha. Me quedé sin aire y lo miré con los ojos abiertos-No te voy a hacer nada, y no vamos a hacer nada- me cogió la mano y la acarició- venga- me tiró hacia él y me senté poniendo las rodillas a un lado de sus caderas.
-Pensaras que soy tonta, digo… yo no… en el tema de los chicos no…- recorrí su cara con la mirada.
-Shhh- se acercó acariciando mi nariz con la suya- no tienes que explicarme nada, te entiendo- lo miré y él sonrió- no te quiero hacer sentir incómoda- me acarició la mejilla.
-No estoy incómoda, tranquilo- él sonrió y me acarició las caderas- ¿trabajas o estudias?- le pregunté.
-Trabajo- hizo una pausa- soy personal training- lo miré asombrada- ¿Qué pasa?- rió suavemente.
-¿También haces boxeo?- pregunté asombrada.
-A veces, pero no voy a peleas ni mucho menos- sentí alivio cuando me confesó eso- tú serás una abogada de mucho prestigio ¿verdad?- sonreí.
-Eso espero- Louis se acercó un poco y yo el otro “poco” que quedaba.
-Quien iba decir que la enana iba a ser una abogada- puse mis brazos alrededor de su cuello, y no dije palabra. Louis, con sus labios rozó mi labio superior. Eso hizo que me pusiera más bien sentada encima de él. Él me agarró de la cintura empujándome contra él. Quería que me besara, no quería rodeos.
-Bésame ya- le dije con tono de suplica.
-Oh la enana suplicando…- rió y yo me ruboricé.
-Pues vale, no me beses entonces- sonreí y alejé mi cara de la suya.
-No no, ven aquí- me cogió de la mejilla, acariciándome la con su pulgar y nuestros labios se juntaron. Me encantaba esa sensación, aquella en la cual notaba sus labios sobre los míos, acariciándose. Empezó a bajar sus manos, dirigiéndose a mi trasero. Se separó un poco de mí, lo suficiente para notar su aliento en mis labios- Si te molesta dímelo- me susurró.
-No me molesta, no te preocupes- seguimos con el beso y me apretó aún más contra él. Me moví encima suyo pegando nuestros pechos, y su respiración empezó a acelerarse, más que la mía.