Capítulo 62

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Sigue narrando Louis

Me levanté y me dirigí a la ducha. Me envolví en una toalla, y me puse enfrente del espejo. Cogí la espuma y me empecé a afeitar. Sonreí al acordarme de algo… Tenía novia.

Encendí el coche, mi precioso Audi, y me dirigí al trabajo. Entré y saludé a todos mis compañeros. En el vestuario hacia calor, como siempre. Me cambié, poniéndome unos pantalones cortos para hacer deporte, una camiseta deportiva apretada, y unas bambas para correr.

-¿Cómo estas Tomlinson? – me dio una palmada en la espalda, Will.

-Hola jefe – le dije simpático.

-¿Y… esa sonrisa? – levantó una ceja mientras me entregaba un papel donde ponía todos los nombres de las personas a las cuales tenía que entrenar.

-Nada, solo que… - sonreí otra vez. ¡Por dios! ¡Estaba hecho un gilipollas! – Nada – reí mientras caminaba hacia la otra sala.

Pegaba con fuerza en el saco de boxeo. Me gustaba liberar adrenalina. 

-Ahora te toca a ti – le pase los guantes de boxeo a un chico. El que me tocaba entrenar. Aquél chaval empezó a golpear el saco, pero no lo hacia bien.

-Creo que… - se sacudió la mano en símbolo de que le dolía.

-Tienes que hacerlo así – le di un puñetazo tan fuerte que la cadena por poco se suelta. El chico me miraba sorprendido.

-No creo que pueda pegar así… - se sacó los guantes – mejor vayamos con otra cosa – lo noté avergonzado. 

-Eh eh – lo cogí del hombro – vamos, no es tan difícil – le pase nuevamente los guantes y él sonrió. 

Estuve 2 horas enseñándole como dar puñetazos de diferentes ángulos. Era un principiante cualquiera. Pero en ese tiempo pudo aprender algo. Yo tenía bastante experiencia gracias a las peleas en la que había estado. No habían sido muchas, pero algunas. Y todas, las ganaba. 

Hace mucho tiempo que no asistía a una pelea. Y cuando quise ir a una, le prometí a (TN) que no iría. Ella confía en mí. Pero si me avisan de otra pelea… no creo que aguante más.

-Cariño – escuché la voz de (TN) en la otra línea del teléfono.

-Hola mi amor, dime – tiré la mochila del trabajo adentro del coche y me senté. Cansado. Agotado.

-Hoy no puedo verte, tengo que estudiar mucho – su tono era apenado.

-Oh – me pilló por sorpresa por que ahora mismo me iba a dirigir a su casa – no pasa nada, primero los estudios, enana – escuché su risa – nos vemos… ¿Cuándo? – le pregunté.

-Em… te va bien… ¿el viernes? – me preguntó – justamente ese día salgo de vacaciones. 

-¡Que bien! – Dije contento – pues nos vemos el viernes, mi amor – me despedí de ella.

-Adiós cariño – y colgamos.

Llegué a casa y me estiré pesadamente en mi cama. Cerré los ojos mientras notaba que mi cuerpo se iba tranquilizando tras estar todo el día en movimiento. Escuché el tono de mi móvil, y maldije en voz baja.

-¿Qué? – contesté de mala gana.

-Me encanta lo bien que tratas a tu hermano – era Harry.

-Lo siento tío, es que acabo de llegar de trabajar – me excusé.

-Pensaba que estabas con (TN)… - dijo extrañado.

-Tiene que estudiar – le expliqué.

-Es verdad… - recordó – yo también, pero me la suda – reímos – ahora, Niall y yo íbamos a salir a tomar algo… ¿te apuntas? – me preguntó. Estaba cansado, pero no tanto. 

-Em… bueno, si me esperáis diez minutos estoy en tu casa – me incorporé y me senté en la cama.

-Aquí te estaremos esperando, bro – colgué. Suspiré. Bueno, no había nada malo en salir de fiesta ¿no? Pero me gustaría mas salir con (TN)… con ella me lo pasaba igual de bien que con los chicos. Era divertida y a parte de ser mi novia, era mi amiga.


-¡Ey tíos! ¡Esta puta canción me encanta! – gritó Harry, borracho. Reí mientras negaba con la cabeza. Niall sabía beber. Hoy no tenía muchas ganas, así que éramos él y yo los que estábamos normales.

-¡Vamos Louis! Ven a bailar conmigo – me cogió fuerte del brazo y me tiró hacia el centro de la discoteca. Estaba tenso, y no me movía casi – venga tío, para una noche que salimos juntos… - sonreí y empecé a hacer el gilipollas, con él.

Miraba las luces, mientras me reía con Harry. No había bebido, y tampoco tenía ganas. Alguien, hizo que parase de bailar y de sonreír. Mi expresión cambió radicalmente. A odio. A tristeza. A…

-¿Qué te pasa, tío? – preguntó Harry.

-Harry, dime que no es…

-Carly… - dijo con tono seco.

-¿No se había ido a vivir a Alemania? 

-Eso creía… - la seguí con la mirada, hasta que fijó sus ojos en mí. Me tensé y me puse nervioso.

-Mierda – dijo Harry mientras daba otro sorbo a su copa.

-¡Louis! – dijo con ese tono de voz, tan arrogante.

-Carly – dije seco. Me rodeó el cuello y me apretó contra ella. Yo no moví los brazos. No quería tocarla.

-Cuanto tiempo – sonrió. No puedo negarlo… sigue teniendo esa sonrisa. Bonita.

-Des de lo nuestro – puntualicé serio.

-Lo sé – me acarició la mejilla y se acercó un poco mas. Instintivamente di un paso hacia atrás.

-¿Qué haces aquí? ¿No te habías ido a vivir a Alemania? – levanté una ceja. Harry se encontraba a mi lado.

-Vine a pasar las vacaciones de Navidad, aquí – sonrió. ¿Acaso no se daba cuenta de que la despreciaba? ¿Qué me había hecho daño? - ¿y tu? – preguntó.

-Estamos con unos amigos – respondió Harry por mí.

-Oh – Carly, miró a Harry de arriba a abajo y después sonrió – bueno, a ver si nos vemos cielito – me guiñó un ojo y se fue moviendo las caderas como sólo ella sabía hacer. Como la puta que era.

-Ten cuidado con ella, Louis – Harry me cogió por los hombros – es peligrosa.

-Lo sé. Es una zorra – dije con asco.

Boo Bear... ¿para siempre? (Louis Tomlinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora