Martes, otro día aburrido. Hice la misma rutina de cada mañana, y las horas en la Universidad pasaron rápido. Cómo había pasado los exámenes antes de las vacaciones de Navidad, no tenía mucho que estudiar o hacer.
Era la hora de comer, y me preguntaba a mi misma si a Harry no le importaba comer conmigo, otra vez.
Me dirigí hacía el comedor, cogí un zumo y un plato de pasta. Con la mirada recorrí el comedor a ver si encontraba a Harry, y una pesada Jessica apareció a mi lado.
-¿Vienes a comer a el nuevo restaurante que han puesto en la esquina? Dicen que es muy bueno…
-No gracias, no he traído dinero para ir a un restaurante- me excusé, a parte, no tenía ganas- me quedo aquí, tranquila.
-Estarás sola…- me miró con pena.
-Uno se acostumbra fácilmente a estarlo, no pasa nada- esbocé una sonrisa y me dirigí a una mesa que estaba vacía.
Para mí no era problema quedarme sola. Casi siempre lo estaba, si no fuera por Mariah. Volví a recorrer el sitio con la vista y vi a Harry. Lo miré por unos segundos, en los cuales, él me vio y se levantó. Mi pulso se aceleró a medida que se iba acercando a la mesa. Todo su “grupito” me estaba mirando.
-¿Qué haces comiendo sola?- se sentó a mi lado.
-Pues eso, como, y sola- reí y el también hico lo mismo.
-Ya no, ahora te acompaño yo- sonrió. Parecía tan inocente cuando sonreía… ya veo porque Mariah se fijó en él.
-No te preocupes, ve con tus amigos- le dije. Hico una mueca y yo lo miré desconcentrada.
-¿Te digo un secreto?- bajó el tono de voz y yo asentí- sólo estoy con ellos porque si no estaría solo. Ellos no son mis amigos.
-¿En serio? No puede ser, tú eres popular y…- me interrumpió.
-Mis amigos son sólo Louis y Niall- dijo serio.
-Wow Styles, no me esperaba esto de ti…- negué con la cabeza- parecías tan…
-Por eso me gusta Mariah- giré la cara y lo miré con los ojos abiertos- ella sabe esto y más, se lo conté el sábado en el pub- hico una pausa- y aún le gusto, aun que sepa estas gilipolleces sobre mí, le gusto. Y por esto me gusta- sonrió.
-Awww- lo cogí de una mejilla y se la apreté- que bonito- él rió y yo también.
-¿Cómo va la cosa con Louis?- preguntó mientras se sobaba la mejilla.
-No somos nada, Styles- le recordé.
-¿Y?- preguntó- ¿Acaso no te gusta? ¿Acaso no te demuestra que le gustas?- levantó una ceja.
-Sí, pero… no… digo… no quiero darle vueltas al asunto, no somos nada y punto- él rió y lo miré mal.
-Que indecisas sois las mujeres…-negó con la cabeza y yo le di un codazo- Oye, ¿Qué tal si comemos juntos de aquí en adelante?- me preguntó dando un sorbo a mi zumo.
-Me parece bien, pero tráete tu comida, yo tengo hambre- me quejé y él rió.
Sonó el timbre, ya era libre. Salí con mi mochila en la espalda y empecé a caminar hacia la parada de autobuses. Me senté a la espera y vi un Audi… ése Audi. Mi corazón empezó a latir lo más rápido posible.
-Hola enana- aquel Audi se paró en frente de la parada de autobuses y se asomó la cabeza de Louis.
-Ho-hola- le dije nerviosa.
-Te llevo- me informó. No me quejé y subí. Lo miré y él también me miró.
-¿Qué?- dije con un hilo de voz.
-¿Y mi beso?- preguntó y yo reí.
-No sé búscalo, yo no lo tengo- no se lo iba a poner tan fácil, por mucho que quisiera probar esos labios.
-Misión aceptada- se quitó el cinturón y se acercó a mí. Se acercó a mi oído y mordió mi lóbulo, cerré los ojos y respiré con fuerza- ¿está aquí?- preguntó con voz traviesa. Yo negué con la cabeza. Se dirigió a mi cuello y mordió mi piel sensible- ¿o tal vez aquí?- sonreí, aún con los ojos cerrados y volví a negar con la cabeza- pero que tonto que soy- abrí los ojos y me lo encontré en frente mío, su nariz rozando la mía- está aquí- note sus labios sobre los míos, y como poco a poco entro su lengua a mi boca. Me cogió de la mejilla para acercarme un poco más, y yo hice caso. La temperatura en el coche subía, y yo cada vez sentía más excitación, pero decidí separarme.
-Muy bien, lo has encontrado- dije riendo. Hice que él sonriera y encendió el motor- ¿me llevas a casa?- le pregunté mientras colocaba mi mochila en el asiento trasero.
-Sí, pero antes quiero pasar a comer algo, no he tenido tiempo de ir a casa- me contó.
-Está bien, espera que llamo a mi padre para avis…-me interrumpió.
-Ya lo he avisado- lo miré extrañada- recuerda que es mi entrenador, me llevo muy bien con él- me guiñó un ojo y mis mejillas tomaron un poco de color.