Capítulo 46

1K 40 1
                                    

-Narra Louis-

Fue realmente excitante ver a (TN) disfrutar. Ese momento fue jodidamente caliente. Y el bulto que tenía en mis pantalones costaría bajarlo, si no me podía quitar esas imágenes de la cabeza.

Estaba contento de haber sido el primero en tocarla, y que ningún imbécil se me adelantara. Sabía que la había tratado bien, y sabía que había disfrutado.

-¿Puedo?- preguntó (TN) poniéndose la sudadera e incorporándose, cruzando las piernas como un indio y mirándome con un poco de lujuria.

-Ya te lo he dicho, no muerde- sonreí.

(TN) desabrochó el botón de mis pantalones y los bajó lentamente. Miró el bulto un segundo y después me miró, preocupada.

-No sé como… yo nunca…- se puso un mechón detrás de la oreja y miró la habitación, nerviosa. Me acerqué a ella, y la besé.

-Dame la mano- me acercó su mano, y temblaba ligeramente. Que ricura de niña, por el amor de dios…
Deposité su mano en mi vientre, y bajé poco a poco.

-¿Seguro que quieres? Yo no tengo prisa…- dije, porque no la veía muy convencida.

-Algún día tendré que tocar una, ¿no?- esbozó una sonrisa y yo copié su acción embobado.

Metí mi mano, que cogía la de (TN), en mis bóxers. (TN) contemplaba lo que estaba pasando con los ojos abiertos, y mordiéndose el labio. Eso me ponía aún más. Vi que se tensaba cuando la toco.

-Oh dios…- dijo ella tocándola. Saqué mi mano y dejé sola la de (TN). Tocó mi punto G, y gemí- ¿estás bien?- preguntó asustada.

-Cariño, esa parte es la más peligrosa- seguía mirándome asustada- lo digo en buen sentido- ella suspiró y lo volvió a hacer. Cerré los ojos, apoyándome hacia atrás con mis codos. 

La cogió con la mano, y la movió de arriba abajo. 

-Vas aprendiendo- sonreí. 

Se puso de rodillas, y yo me levanté un poco. Me besó, lentamente, pudiendo notar cada milímetro de su boca. Y de pronto, empezó con su trabajo. 

-Joder…- la besé con ansias. Rozaba la punta con sus dedos, mientras seguía con la masturbación- no aguantaré nada, me pones demasiado…- la cogí de la nuca, obligándola a acercarse más a mí, y besándola con más ganas aún.
Aumentó la velocidad, y cada vez tocaba más mi punto sensible.

-(TN)… joder…- gemí. No aguantaba más. Ninguna mujer había podido excitarme tan rápidamente, y menos hacerme correr en un tiempo record- saca la mano…-la avisé. Si no, se pringaría entera.

-Cállate- me ordenó. Dios mío, me iba a correr ya mismo.

-¡Hostia puta!- gemí fuerte mientras la besaba, necesitaba sentir otra vez su boca. 

Dejé caer mi cabeza en la almohada. La inexperta (TN), había hecho que me corriera.

-Mejor me cambio de bóxers…- me levanté y los tenía empapados. 

Miré a (TN), y no tenía las manos manchadas.

-Mejor voy al baño…- me avisó- esto es realmente pringoso- escuche su risa.

Ella rió estirándose en la cama. Se veía preciosa cuando se reía. Era preciosa.
Me cambié los bóxers y me estiré a su lado. Mientras observaba su cara, cada rasgo de su cara. Puse mi mano en su mejilla. La acaricié, y después con mi pulgar sus labios. Me acerqué lentamente y pegué su nariz a la mía, también, pegando nuestras frentes.

-Acuérdate de que tenemos que ir a cenar…- besé la punta de su nariz.

-¿Al francés?- me preguntó.

-Oui, ma cheri- ella sonrió dándome un beso.


-(TN), ¿estás lista?- le pregunté.

-Sí…- salió del baño, cogiendo su neceser y acomodándose el pelo.

-Preciosa…-susurré.

-¿Qué?- me miró.

-Que te ves preciosa- me mordí el labio inferior y ella se sonrojó. Había funcionado.

-Buenas noches señores, ¿van a querer pedir ya?- preguntó el metre. Era un chaval con acento francés, algo que me parecía muy gracioso.

-Yo quiero viande avec sauce aux champignons- dije sin problemas. (TN) me miró con una sonrisa de medio lado.

-¿Y usted, señorita?- le sonrió. ¿Qué coño estaba haciendo este chaval? 

-Lo mismo que él- dijo suave. Miré con un poco de recelo al metre, y después fijé mi mirada en (TN). Estaba guapísima.

-¿A caso sabes lo que has pedido?- reí.

-Sé que tienes buen gusto para la comida, confío en ti- y otra vez, ella, no sabía que para mí, esas últimas dos palabras tenían más significado y eran más fuertes, que para ella.

-He pedido carne, con salsa de setas- levanté una ceja.

-Apartare la salsa, y me comeré la carne- reí.

-Te puedo pedir otra cosa, si quieres…- le di una opción. Quería que se sintiera a gusto.

-No, da igual, tampoco tengo mucha hambre- esbozó una sonrisa.

-¿Por qué? ¿Te pasa algo?- me preocupé en seguida.

-No- sonrió- cosas de mujeres…- ¿cosas de mujeres? ¿Qué cosas de…? Oh… ¿la regla?

-¿Tienes la…- me interrumpió.

-¡Louis!- me fulminó con la mirada.

-¿Es eso o no?- pregunté irritado.

-Me duelen los ovarios- bufó- ¿contento?- me preguntó rodeando los ojos.

-Solo me preocupo por ti, no es para que te pongas así (TN).

-Lo siento Boo Bear- acercó su silla, sentándose a mi lado, en vez de estar en frente mío. Sonreí de lado, y apoyó su cabeza en mi hombro. Me era imposible molestarme con ella con un comentario. Y ahora sabía que era terreno peligroso hasta una semana… creo.

-Aquí tienen los platos- llegó el metre- señor- me entrego mi plato- señorita- le sonrió, pero (TN) no le dio bola- molesta el paso al personal, señorita- (TN) se incorporó y levantó las cejas.

-Soy un cliente, ¿acaso no puedo hacer lo que me plazca? 
Soy yo la que pago, ¿acaso el cliente no siempre tiene la razón?- entrelazó sus manos, y lo miraba penetrantemente. ¡Wow! ¡Qué carácter! Esa es mí (TN)…

-Perdone señorita, el cliente siempre tiene la razón…- agachó un poco la cabeza en forma de disculpa y se fue a paso firme. 
Solté una carcajada incontrolable y (TN) estaba a punto de hacer lo mismo.

-Esa es mi enana- chocamos las manos, como amigos. Eso era lo que me gustaba de ella, podía ser una amiga, pero a la vez, podía estar enamorado de ella. 

-¿Cómo se atreve a decirme eso? ¿A mí? No sabe con quién está hablando…- se echó el pelo hacia atrás, y con la barbilla alta. 

Estábamos en una parte del restaurante, no muy luminosa. Acompañado solo, de dos parejas más. Y no me pude resistir. Tenía su cuello a la vista, y su cara adornada con una preciosa sonrisa. 
Corté un trozo de carne, lo pinché con el tenedor, y se lo puse en frente. 

-Toma- le dije. Ella, un poco sonrojada, abrió la boca y saboreó aquél manjar
.
-Mmm… está buenísimo- se lamió el labio que quedó con un poco de crema. Joder…

Empezamos a comer, despacio, sin prisas. Había todo el tiempo del mundo. Y era nuestra primera cena juntos. Era… ¿una cita?

-¿Esto es una cita?- preguntó de golpe. Me dolió la garganta al tragar el trozo de carne, ya que me había puesto muy tenso.

Boo Bear... ¿para siempre? (Louis Tomlinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora