¿Es muy raro que tengas ganas de ver a una persona, siempre? ¿Ganas de ver a esa persona, siempre?
No sé que me está pasando, lo juro. Louis me hace sentir muy especial, me hace sentir deseada. Siempre me saca una sonrisa, últimamente está muy cariñoso, o a lo mejor es así con las chicas… no lo sé. Pero me gusta, cada vez más, no puedo evitarlo ni negarlo, me encanta.
Es difícil de explicar, es una sensación de mariposas en el estómago cuando aquella persona te habla, te mira, o te dedica una bonita sonrisa. Él hace que me ponga nerviosa cuando me mira, aquellos ojos verdes son preciosos, juro que nunca había visto un chico con esos ojos verdes y esa mirada tan fuerte. También hace que me ponga nerviosa cuando me habla, cuando tengo que responderle y me mira expectante. Es una sensación exquisita el que un chico que te gusta, sienta atracción por ti, pero lo es aún más, que sepas que le gustas, que te tiene aprecio, y que siente celos de cualquier chico, incluso de un amigo. Aquello me descolocó. Obviamente me molestó el hecho de que él desconfiara de su amigo, y también de mí, pero lo entendí cuando me dijo que le gustaba. Sonrío como una boba al recordar el momento en que me lo dijo.
Aquellos tres días que Louis los iba a pasar en Doncaster, se me hicieron bastante aburridos. Eran así de aburridos por que no había aquél chico que provocaba esas cosas en mí.
Louis me ha estado llamando estos tres días. Siempre me llamaba después de cenar, y yo me iba a mi habitación a hablar con él. Nos pasábamos una hora hablando, sin sentido del tiempo. Le explicaba todo lo que había hecho en el día, él reía por la forma en la que me quejaba de los profesores, y me acuerdo claramente que una noche me dijo “me voy a sentir muy orgulloso cuando por fin te saques la carrera. Ya queda poco, enana” me sentí tan feliz de escuchar aquellas palabras de Louis dirigidas a mí…
Cuando yo le preguntaba sobre que hacia ahí, me dijo que me lo contaría el fin de semana, no había prisa por saberlo, que necesitaba contármelo cara a cara.
“-¿Cuándo me contaras que estás haciendo en Doncaster?- le pregunté mientras me estiraba en la cama.
-Este fin de semana- hizo una pausa- es… complicado. Tranquila mi niña que lo sabrás de todas formas, pero prefiero cara a cara- sonreí.
-Está bien, lo que tu digas- dije con voz pausada para tranquilizarlo.
-Gracias por entenderlo…”
Esa fue la conversación que me dejo con intriga.
Era viernes por la mañana, y estaba ansiosa por ver otra vez a Louis. ¿Sabéis lo que es nunca haber tenido novio? ¿Lo que es nunca haberse sentido deseada por nadie? Pues así me he sentido, hasta que llegó Louis.
Entró papá a la cocina, mientras yo acababa mi desayuno y cogía a mochila.
-Cielo- me llamó la atención.
-Dime- lo miré mientras me ponía la mochila en la espalda.
-Louis habló conmigo sobre lo de este fin de semana- me miró serio- ¿no crees que es pronto para un fin de semana juntos?- lo miré un poco nerviosa.
-¿A qué te refieres pronto?- le pregunté- no quiero que pienses eso… ya sabes.
-Sé que me lo cuentas todo, y eso no hace falta que lo hablemos- dijo un poco incómodo- pero… eres mi niñita, y un fin de semana con un chico… me asusta, me hace ver que estás creciendo- dijo apenado.
-Ay papá, siempre seré tu niñita, pero estoy creciendo y no siempre voy a estar sola…- sonreí apenada.
-Te entiendo- me miró y sonrió- dime que te vas a cuidar- me ordenó.
-Te lo prometo- le guiñé un ojo.
-Esa es mi pequeña- me abrazó- no te veré hasta el domingo por la noche entonces- me miró.
-Vendré a casa a coger un bolso, supongo…- me dirigí hacia la puerta.
-Yo tengo reunión con los entrenadores, así que no te veré.
Dame un abrazo- me abrió los brazos y yo lo abracé fuerte.
-Gracias por ser así con Louis- lo miré sonriendo.
-Soy así con él porque lo conozco, no por otra razón- abrí la puerta y salí de casa.
Me sentía muy aliviada. Era genial que papá fuera el entrenador de Louis, porque eso significaba que ellos se conocían y además se llevaban bien.
Hice la rutina de cada mañana. Cuando llegué me saludo Samantha y Jessica.
-Chica, últimamente estás en tu mundo- se quejó Samantha.
-Puede ser…- dije indiferente- no sé, ya sabéis como soy.
-¿Qué tal con Harry?- ¿Harry? ¿Por qué me preguntaba por Harry?
-¿De qué hablas?- le pregunté molesta.
-Siempre coméis juntos…- dijo en tono pícaro.
-¿Y?- dije irritada- es mi amigo. Además, el que me interesa es Louis, no él- dije con orgullo.
-Ah es verdad…- recordó Jessica- entonces… ¿Harry está libre?- se sacudió el pelo Jessica. No sé cómo podía ser amiga de estas dos víboras. Parecían simpáticas…
-No, no está libre. Es de mi prima, así que cuidadito- me senté en mi pupitre y saqué la libreta y mi estuche.
-Oh, qué pena- dijo en tono pícaro. Juro que como intente algo con Harry la mato. La cogería de ese pelo lleno de extensiones y la mato.
Toda la mañana aprendiendo nuevas leyes, y haciendo debates respecto a casos que podríamos encontrarnos en juicios. Y a última hora biología. Que sinceramente, no sé por qué hacíamos otras materias que no tenían nada que ver respecto a nuestra carrera. Supongo que por “cultura general”…
-Hoy vuelve Louis, ¿verdad?- me preguntó Harry mientras empezaba a comer.
-Sí, tengo muchas ganas de verlo- suspiré.
-Uuuuhhh- rió.
-Cállate tonto- le pegué en el hombro- ¿tú y Mariah como estáis?- le pregunté y él me miró.
-Hablamos cada día- siguió comiendo.
-¿Y ya está? ¿Esto es todo lo que me vas a contar?- me quejé- vamos Styles, soy una chica- sonreí- quiero saber todos los detalles.
-Está bien- resopló- la invite a cenar ayer a un restaurante- abrí los ojos y me tapé la boca.
-¿Y qué pasó? ¿Qué pasó?- pregunté intrigada.
-Pues, tenemos “algo”- hizo comillas con los dedos.
-Dios mío, no me lo puedo creer- dije.
-Tampoco es para tanto (TN)- Harry se empezó a ruborizar.
-No lo digo por eso, rizitos- rodeé los ojos- lo digo porque Mariah no me lo contó. Harry rió y yo lo miré enfadada.
-Cómo sois las mujeres…-negó con la cabeza.