Capítulo 58

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-Narra (TN)-


-¡¿Quieres dejar de mover el pie ya!?- me dijo Louis resoplando. Yo reí.

-No puedo- lo seguía moviendo.

-¿Por qué?

-Estoy nerviosa- le dije bajando el tono de voz.

-¿Nerviosa?- levantó una ceja y me miró un segundo para luego volver a fijar su mirada en la carretera.

-Sí…- pausé. Supe que él quería una explicación- veré a tu madre, por primera vez desde nueve años… ¿te parece poco?- le dije obvia. Louis sonrió negando con la cabeza.

-No tienes por qué estar nerviosa, ella te sigue teniendo cariño- colocó una mano encima de mi muslo y lo acarició ligeramente. Me estremecí y coloqué mi mano encima de la suya. Su piel era suave y tibia.

Llegamos a una urbanización donde Louis tuvo que enseñar su DNI. Oh, esto era privado. Aparcó el coche en un parking subterráneo y caminamos de la mano hasta llegar a una casa no muy grande, pero rural. Toda de madera con un pequeño jardín. Suspiré. Nerviosa.

-Tranquila- rió Louis. Me cogió de la barbilla y se acercó lentamente depositando sus labios en los míos. Mhhmm. Me encantaba. 


Louis tocó el timbre y se escuchaban pasos que cada vez estaban más cerca de la puerta. ¡Iba a sacar el corazón por la boca!

-¡Cariño!- abrió la puerta Johannah. ¡Me acordaba de su nombre! Ella, le dio un fuerte y cálido abrazo, mientras Louis le correspondía el gesto, cerrando los ojos. Por dios que ternura. Se separaron y Louis me cogió la mano.

-Mamá, no sé si te acordaras de ella- carraspeó la garganta… nervioso- ella es (TN)- su madre abrió los ojos como platos y segundos después de haber captado la noticia sonrió.

-Pero mírate (TN), has crecido mucho - me abrazó – estás guapísima cariño – le sonreí con las mejillas encendidas.

Entramos en su casa y yo miraba todos los cuadros, muebles, jarrones… con mucha admiración. Era una casa decorada a lo antiguo. Preciosa.

-¡Louis!- se escuchó una voz aguda, y alguien se tiró a sus brazos mientras él, la cogía por las piernas.

-¡Pequeña!- le besó la frente - ¿Cómo te va todo?- le preguntó Louis. Miraba el panorama con una sonrisa. Louis se había transformado. No era ese chico el cual se metía problemas y rompía caras. Sus ojos tenían un brillo especial y esa sonrisa de tonto.

-Estoy de vacaciones, porque ahora nieva mucho, y es mejor que no vayamos- sonrió la pequeña. Giró su cabeza y me miró con esos enormes ojos verdes. Me sentí un poco intimidada por su penetrante mirada- ¡Hola!- sonrió.

-Sophie, ella es (TN)- le contó Louis.

-Hola (TN)- Louis la dejó en el suelo y ella me agitó su pequeña mano en símbolo de saludo.

-Hola ricura- me agaché y le sonreí- ¿así que ya no tienes que ir más al cole?- intenté entablar un poco de conversación.

-Sí- sonrió- así podré estar todos los días jugando con la nieve- sonreí enternecida. Esta niña era una ricura. No me extraña que Louis la quisiera tanto.

-Cielo, la comida ya está lista- le avisó Johannah mientras caminaba otra vez hacia otra sala. Inhalé un fuerte olor a carne asada. Me relamí los labios. Tenía hambre. 
Sophie siguió a su madre. Me incorporé y sentí que Louis daba una palmada en mi trasero.

-¡Ay!- dije sobresaltada. Me agarró posesivamente de las caderas y me pegó a él.

-Le diré a Sophie que te haga agacharte más a menudo- abrí los ojos- se te ve un culo…- reí.

-Que tonto…- negué con la cabeza.

-Tu tonto- le dio énfasis a la primera palabra. Sonreí y besé esos perfectos labios.


Nos sentamos los cuatro en la mesa. Estaba nerviosa por lo que Johannah pudiera preguntarme. Nunca había estado comiendo con los padres de mi chico. Sí, mi chico. Louis era mío y de nadie más. 

Me senté al lado de Louis, en frente mío estaba Sophie y en frente de Louis, su madre.

-(TN)…- dijo Johannah con tono de pregunta- ¿estudias?

-Sí. Estoy en la carrera de derecho, en la Universidad de Waterloo- le sonreí.

-Oh, ¿vives en la ciudad? – preguntó sorprendida.

-Sí – pausé – con mi padre, su mujer y mi hermano.

-¿Y tu madre como está? – la sonrisa se desvaneció y me puse un poco nerviosa. Louis notó mi cambio de humor y me acarició la pierna por debajo de la mesa.

-Ella… ella está bien, sigue viviendo aquí, en Doncaster – me dolió al tragar un trozo de carne. ¿Por qué me tenía que afectar tanto hablar de mi madre? ¿Tanto la quería para ponerme así?

-Teníamos pensado hacerle una visita esta tarde – comentó Louis.

-¿Ah sí?- preguntó Johanna sorprendida – será una bonita sorpresa.


Durante la comida quien más hablaba era Louis con su hermana, y con su madre. Yo, simplemente miraba a Louis, fascinada como era de dulce con ellas.

Ayudamos a recoger la mesa y me senté en el sofá con Sophie. Louis y Johanna estaban en la cocina, hablando. 

-¿Dónde está el baño, cielo? – le pregunté.

-La última puerta al final del pasillo – sonrió.

Caminé lentamente por el enorme pasillo y pude escuchar la conversación.

-¿A sí que iréis a visitar a su madre? – le preguntó Johannah.

-Sí – afirmó Louis – sé que significa mucho para (TN) verla, y estar con ella… así que no me cuesta nada llevarla.

-Te tiene enamorado William, tú esto no lo haces por nada – noté cierto tono risueño. La piel se me puso de gallina.

-No lo sabes tú bien mamá… - seguí caminando ya que me parecía un poco maleducado quedarme escuchando conversaciones agenas.

Boo Bear... ¿para siempre? (Louis Tomlinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora