Capítulo 70

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Después de dos semanas…

-Narra Louis-


-Dime – contesté el móvil. Era Harry.

-Tío, dicen que habrá una pelea, de las grandes – puntualizó. No pude reprimir entusiasmo.

-¿Dónde? ¿Cuándo? – le pregunté.

-Dicen que dentor de dos semanas, donde siempre han sido las peleas Louis, ¿no te acuerdas? – rió Harry.

-Hostia es verdad… - recordé cuando yo nunca faltaba a ninguna pelea. Cuando era el chico de oro. Y valió la pena, por que ahora, la mayoría de tíos me tienen respeto.

-¿Iremos? – preguntó Harry… temeroso.

-No lo sé… supongo que sí – dudé de mi respuesta.

-Estaría muy bien ir – idealizó Harry.

-Muy bien… 



Con (TN) llevabamos un mes. Y había sido perfecto. No habíamos tenido problemas, y eso me encantaba.
Hoy iba a venir a pasar el fin de semana, ya que pasadomañana, domingo, es mi cumpleaños.

-Mi amor – contestó (TN) al otro lado del telefono.

-Enana, ¿vienes ya para casa? – le pregunté.

-Sí, abreme la puerta, estoy aquí mismo – el corazón me empezó a latir fuerte. La amaba. Mucho.

Abrí la puerta y allí estaba ella. Con sus botas, sus tejanos que le quedaban… una chaqueta larga, su bufanda roja, que le regalé, y dos bolsos. 

-Hola mi amor – la abracé y la bese suavemente.

-¿Cómo estás? No te he visto en toda la semana – hizo un puchero.

Me senté pesadamente en el sofá y la puse encima de mi regazo.

-Lo sé mi amor, pero es que el trabajo me tiene muy ocupado y cansado, encima tuve que ir a Doncaster a cuidar de mi hermana y pfff – me disculpé.

-Tranquilo Boo Bear, yo tampoco he tenido mucho tiempo así que… – metió sus dedos entre mi pelo, y me acarició la nariz con la suya.

-Seré todo tuyo a partir de ahora, ya no tengo más partidos – sonreí – el último lo ganamos, así que, todo tuyo – la cogí de la nuca para besarla con fuerza. Gimió y yo sonreí encima de sus labios.

Me separé de ella y me acordé que había reservado mesa en un restaurante.

-(TN)…- se separó de mis labios, pero siguió su trayecto hasta mi cuello – mi vida, para… - respiré con fuerza y cerré los ojos – tenemos que ir a cenar a … a un restaurante – dije con dificultad.

(TN) me miró y yo abrí los ojos lentamente. Sonrió.

-¿En serio? – me preguntó.

-Sí. Te voy a dar lo mejor… – rodeé su cintura, ya que estaba encima de mí – …siempre – besé su frente.




Iba preciosa, como siempre. Se puso unos tacones y un vestido cortito. Se le veían unas piernas… 

Iba con ella por la calle, y entrelazé sus finos dedos con los míos. Pensaba que tendría las manos calientes, pero las tenía congeladas. Se abrochó más la chaqueta, y metió la otra mano en el bolsillo de esta. 

Era viernes, y la mayoría de gente salía a bares o de fiesta… Pasamos por las calles mas llenas de gente, sabía que a (TN) le gustaba contemplar la ciudad llena de luces y ligeramente nevada, así que lo hice por ella. 
Un par de chicos se quedaron mirando a (TN) como si fuera un pedazo de carne, y eso me molestó mucho. Al principio no les hice mucho caso, pero vi que uno simulaba como si se la estuviera follando… Cerré los ojos con fuerza y apreté la mano de (TN).

-Louis… - me soltó la mano (TN) - ¿Qué te pasa? – me preguntó.

-Esos gilipollas, son mi problema – los fulminé con la mirada - ¿de que van esos imbéciles? – me dirigí hacia ellos pero (TN) se puso en frente de mi.

-Louis – no le hice caso y los seguía matando con la mirada – Louis mirame, o te juro por lo que mas quieras que me voy y te dejo solo – la miré, velozmente – déjalos, en serio. No quiero tener problemas ¿vale? – cerré los ojos y apreté los puños. Me giré y cogí a (TN) de la mano. Sin decir nada.
Me habían entrado unas ganas terribles de pegarles unos cuantos puñetazos a esos inmaduros de mierda. ¿Qué hacian mirando a mi chica? Es mí chica, de nadie más. 



-Aquí hacen un estofado… - puse los ojos en blanco y me mordí el labio – exquisito.

-Pues… ¿pedimos eso, no? – asentí ante su pregunta.

-Dios, está buenísimo – dijo ella mientras se echaba otro trozo de carne a la boca.

-Te lo dije – sonreí victorioso.

-¿Cuándo dejaras de invitarme a cenar, y pagarme las cosas? – preguntó ella mientras se limpiaba la boca con una servilleta.

-Nunca – abrió los ojos – mientras estemos juntos, nunca – pausé – y eso quiere decir para siempre asi que, nunca dejare de hacerlo – (TN) hizo un puchero y se mordió el labio.

-Te quiero mucho – me cogió la mano y la entrelazó con la suya.

-Y yo mi amor – besé sus nudillos.

Pedimos el postre. Fresas con nata.

-Wow – dijo ella sonriendo.

-Toma –cogí una fresa y la unté en la nata. Se la acerqué a la boca y ella la mordió lentamente. Un escalofrío recorrió toda mi espalda.

-Ahora te toca a ti – (TN) cogió una fresa, pequeñita, y la llenó de nata. Me la dirigía hacia la boca pero vi como ponía nata en mi nariz. Comenzó a reír y yo también.

-Te ves mas tonto de lo que eres, con nata en la nariz – soltó una risita adorable.

-¿Ah sí? – puse nata en mi dedo indice que le manché la nariz con mucha nata. (TN) abrió los ojos sonriendo.

-Me las pagaras, Louis – Con su dedo índice se sacó la nata de la nariz, y lo chupó lentamente. La miré embobado.
-Vas por mal camino mi niña… - negué con la cabeza riendo.


Pedí la cuenta, y al mirar el precio me pareció un poco elevado, pero lo pagué sin problemas.

(TN) cogió el papelito y no tuve tiempo para cogerlo. Vió el precio e hizo una mueca.

-Déjame pagar la mitad – me pidió. La miré y me estaba mirando seria.

-No.

-Por favor – me pidió – Es mucho, Louis. Me siento mal…

-Pero no te tienes que preocupar por eso (TN)… - intenté explicarle.

-Bueno pues me preocupo igualmente, quiero pagar la mitad y punto – la miré unos segundos serio, pero después sonreí. Era una mujer testaruda, y ahora ya sabía quien mandaba en esta relación.

-Está bien… - acepté de mala gana.

Boo Bear... ¿para siempre? (Louis Tomlinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora