-(TN) ¿ya estás lista?- gritó mi hermano des de el salón.
-Sí pesado, vamos.- cerré la puerta de mi habitación y baje corriendo las escaleras.
-Te has arreglado mucho.- sonrió pícaramente mi hermano.
-Y tú hablas mucho.- le saqué la lengua. Lo que decía mi hermano era mentira. Llevaba unos tejanos, unas vans y una camiseta con el hombro caído. Mi pelo estaba suelto y no tenía nada de maquillaje.
-Vamos hijos, subir al coche.- se quejó papá.
Nosotros obedecimos y nos subimos. Íbamos en el coche, y Mike no paraba de mover su pierna, estaba tan nervioso por ver por primera un partido de papá… Era muy tierno. Yo también estaba nerviosa ¿Por qué? No lo sabía ni yo. A lo mejor, era por hacerme la idea de que Louis podría estar ahora mismo en los vestuarios cambiándose con todos los del equipo. Tal vez podría ser eso, volverlo a ver después de 9 años.
Nos bajamos del coche al llegar al lugar. Mike corrió al lado de papá mientras él sacaba una tarjeta y la pasaba por una cajita blanca, que emitió un pitido y se abrió una gran puerta de cristal. Cuando cruzamos la puerta, caminamos por un largo pasillo hasta llegar a una puerta que estaba al final, de donde provenían voces masculinas y risas. Al llegar a la puerta papá se giró y me miró.
-Cariño, éste es el vestuario de los chicos.- rió- me parece que no puedes pasar.
-Okay.- asentí.- esperaré aquí.
Papá y Mike entraron. Los gritos cesaron y un “Hola entrenador” retumbó por todo el pasillo. Estuve 10 minutos sentada en el suelo mirando Twitter con mi móvil hasta que escuché la voz de papá muy cerca de la puerta “hay una señorita que hoy será mi ayudante, y es mi hija. Quien se atreva a tocarla lo expulso del grupo y aparte le parto la cara ¿entendido muchachos?” y seguidamente se escuchó un “si entrenador”. La puerta se abrió y rápidamente salió una manda de testosterona por la puerta. Pasaban de grupos de a 3 chicos y todos me miraban, cuchicheando cosas como “ella es la hija del entrenador”.
-Ey, ¡hija del entrenador!- el corazón se me iba a salir del pecho. Siempre me ponía nerviosa cuando tenía que hablar con chicos. Vuelvo a remarcar el punto de que, soy una chica que pasa desapercibida.
-¿Si?- levanté la cabeza para mirar a un chico rubio, y dos chicos morenos a su lado.
-Podrías entrar a las duchas con nosotros.- me guiñó un ojo.
-Emmm… yo… no creo que quiera.- suspiré.
-¿Por qué?- preguntó otro chico moreno.
-Tengo buen gusto.- les guiñé un ojo. Y vi como otro grupo de 3 chicos, saliendo por la puerta del final se reían sin parar.
-¿De qué se ríen Horan, Styles y Tomlinson?- ¿Tomlinson? ¡dijo Tomlinson! Oh dios mío, no podía ser él. Me giré lentamente para ver a aquellos tres chicos. No sabía cuál era Louis, hasta que me empecé a fijar en cada uno de ellos. Aquél rubio no podía ser, no lo recordaba rubio. Ese chico de rizos sacándole el dedo del medio al rubio que me guiñó un ojo, tampoco era. Sólo faltaba uno, aquél chico de ojos verdes, con el pelo hacia atrás en forma de tupé y no tan alto como los otros 2. ¿Sería él, Louis?
-Ojalá te hagan una falta en el partido y no puedas jugar más, Styles.- dijo el rubio y se fue con su grupito. Esos 3 chicos se acercaron a mí riendo y se pararon en frente mío.
-Intentó ligar contigo ¿verdad?- dijo el rubio.
-Sí…- dije riendo un poco y intentado camuflar el rojo de mis mejillas.
-¿Cómo te llamas?- preguntó el de rizos.
-(TN)- sonreí. Miré al supuesto chico que pensaba que era Louis y sus ojos se abrieron como platos.
-¡Vamos chicos, hay que prepararse para el partido!- gritó un chico saliendo sin camiseta de la puerta del vestuario.
-Ya vamos.- contestaron los 3 mirando en esa dirección. El supuesto Louis se agachó y se desabrochó las zapatillas.
-Ahora voy tíos.- les dijo al rubio y al de pelo rizado que entraron por la puerta del vestuario. Lo miré, y se levantó de un salto. Me asusté y choqué contra la pared al retroceder.
-¿(TN)?- me preguntó mirando me a los ojos.
-S-sí- dije con miedo.
-Boo Bear, encantado.- extendió la mano y me sonrió. Oh dios mío, ¡era él! Por un segundo tuve un nudo en la garganta, no pude respirar.
-¿No te acuerdas de mí?- preguntó guardando su mano en su bolsillo con expresión triste. Cerré los ojos un segundo y lo abracé. Rodeando su cuello y aguantando las lágrimas. Noté cómo Louis se ponía tenso, y tocó mi espalda con una mano, y con miedo.
-Claro que me acuerdo de ti.- le dije mientras me separaba.
-Que susto.- rió. Por Dios, había olvidado lo hermosa que era su sonrisa. Y… veo que la pubertad le sentó bien. Ahora tenía bíceps y una espalda ancha. Su mandíbula bien definida y la voz más grave.- pensaba que no te acordabas.
-Estás muy…- bueno.- diferente. Él rió muy fuerte,
haciéndome sonreír a mi también por lo contagiosa que era.
-Y tú (TN)- sonrió.- Has cambiado tanto.- acarició mi mejilla. Me sorprendió el gesto.__________________________________
¡gracias por leer! :)