Capítulo 50

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-Narra Louis-

No podía aguantar más. Se lo tenía que decir. Iba a arriesgarlo todo. Si no lo hacía ahora, ¿Cuándo se lo diría? Vamos Louis, tú puedes.

-Ya sabes que no tengo novia- (TN) asintió- no sería capaz de rechazarte. Nunca- acaricié su mejilla. Tragué sonoramente mientras mi pulso se comenzaba a acelerar- no podría tratarte mal- me costaba concentrarme.

-¿Y tú que sabes? ¿Por qué lo dices tan convencido?- patada en los huevos.

-Estoy enamorado de ti, por eso lo digo tan convencido- (TN) abrió los ojos, incorporándose en la cama. Ya lo había dicho. A la mierda todo.

-¿Tú?- me miró- de… ¿mí?- se señaló con el dedo. Asentí.- no puede ser- rió irónica. Me dolió su duda.

-¿Por qué no? ¿Acaso no puedo enamorarme de ti?- le pregunté confuso y molesto. Me acababa de declarar. ¿Qué quería?

-Siento que no encajo con el tipo de chicas que encajas tú- No. Ella no puede pensar eso.

-No conoces a ninguna chica con las que he estado- volví a acariciar su mejilla- no me hagas sufrir más por favor- me miró y se acercó lentamente- sólo dime si tu también sientes algo- le pedí. 

Esto me estaba matando de los nervios. Colarme en su casa, solo porque ella tuvo una pesadilla, no lo he hecho por nadie. Dormir, sin tener sexo. Tampoco. Y ahora corría el puñetero riesgo de que su padre me pillara y me echara. 
(TN) me abrazó. Estaba tensa, al igual que yo.

-No he podido estar más enamorada de alguien, como lo estoy ahora- eché todo el aire que tenía acumulado y formando una sonrisa. La apreté contra mí. Me sentía tan bien de que esto hubiera funcionado.

-¿Qui-quieres que me quede contigo? O… ¿me voy?- me separé de ella y la miré esperando una respuesta. 

-Quédate- me pidió- no quiero volver a tener pesadillas.
Después de decirle eso a (TN), me sentía diferente. Me sentía tranquilo conmigo mismo. Sólo me había declarado una vez, y fue con la zorra de Carly.

Me estiré nuevamente al lado de mi niña. Sí. Mi niña. Y la abracé. Sonreí como imbécil al volver a recordar la pesadilla que había tenido. Eso significaba que le importaba. Que ella también sentía algo por mí. 

-¿Has hecho esto por muchas chicas?- me preguntó.

-Con ninguna- le contesté acariciando su espalda. Apagué la luz de su mesita y le tapé los hombros. No quería que tuviera frío.

-Tápate, no quiero que pases frío- que ternura de chica.
-Estoy bien, tranquila- la tranquilicé.

-No- se molestó- toma- sacó una caja de debajo de su cama.

La abrió y saco una manta. La cogí a punto de reír. 

-Gracias mi niña- la besé suavemente. 

Me puse la manta encima. Se sentía muy bien para ser sinceros. Me encantaba estar a su lado. Hace bastante tiempo que no me pasaba. Siempre tenía miedo de que las chicas con las cuales me acostaba, sintieran algo por mí. No quería sentir nada. No quería confiar en ninguna. Tenía miedo a pasarlo tan mal como lo pase con Carly. Espero no verla nunca.


Estaba profundamente dormido, cuando empecé a escuchar una melodía irritante. Abrí los ojos sin saber muy bien donde estaba. 

-Louis, tienes que irte ya- esa voz era inconfundible- Lucy me va a matar como te vea- me restregué los puños por los ojos, para abrirlos mejor. (TN) estaba buscando ropa en sus cajones, con un moño algo desecho. 
Me levanté, y caminé hacia ella. Rodeé su cintura, su curveada cintura. Me encantaba. Y le susurré al oído “buenos días mi niña”

-Buenos días dormilón- besé su cuello y tiritó. ¿Estaba sensible?

-Mmm…- se había echado colonia dulce de buena mañana. Besé su cuello hasta llegar a su clavícula. (TN) tenía los ojos cerrados y se mordía el labio inferior. Pasé la lengua suavemente cerca de su oreja y mordí su lóbulo. Creo que mi hobbie era excitarla.

-Louis…-susurró para omitir un gemido.

-Dime- acaricié sus brazos lentamente.

-Tengo que ir a la Universidad- pero no se movía. No podía.

-¿Y?- sonreí juguetonamente. 

-No me lo hagas mas difícil por favor- pare. No quería agobiarla, y era verdad, tenía que irse.

-Lo siento, no quería ser pesado- se giró y le esbocé una sonrisa.

-No, no, no- dijo rápidamente- no eres pesado- me acarició la mejilla- nunca lo eres- sonrió. La besé. Tenía demasiadas ganas. Saboreé sin miedo sus labios, metiendo mi lengua en su boca. Esto de buena mañana era gloria.

Boo Bear... ¿para siempre? (Louis Tomlinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora