~Su Muñeca~ AyA

Capítulo 55

La noche siguió con la panda de los Brady haciendo planes como colegiales. Al parecer iremos la próxima semana a la casa de la playa de Mai, llegaremos el jueves y volveremos el domingo. No es que me disguste la playa, pero la idea de pasar tres días encerrada con estos, me hace pensar que pasaré el resto de mi vida bajo rejas. O me vuelven loca o mato a uno, mejor dicho a dos porque Poncho tiene todas las papeletas para ser el artífice de mis perdidas de control pero Miguel le sigue peligrosamente en el ranking de próximos difuntos.

Estos dos se han puesto en complot para amargarme la vida. Yo que pensaba que Miguel era mi amigo y ahora hasta tiene secretitos con Poncho. Soy una exagerada! Miguel se sorprendió al vernos así que no sabía nada, lo que sea que ha averiguado lo ha hecho al observarnos ¿qué ha visto
en Poncho que yo no? ¿cómo sabe el por qué de su comportamiento si yo no consigo darle sentido? ¿Qué es lo que se supone que ha conseguido Poncho? Por ahora que no me lo pueda sacar de la mente, que no sea capaz de contestar a nada que me preguntan y querer comérmelo a besos, casi nada. Ag! ¿Qué me pasa? ¿por qué estoy tan nerviosa? Ni que fuese la primera vez que lo tengo tan cerca, porque efectivamente nada más llegar del baño me volvió a pasar el brazo por los hombros para acercarme al grupo.

Tanta seguridad en él me provoca inseguridad ¿cómo es posible? O puede que no, ¿qué me pasa? Al verlo tan relajado y bien hace que el corazón se me acelere como si nada importase solo ese momento y lo que siento por él. Lo amo tanto, quiero besarlo! No seas ton'ta, es evidente que en lo último que está pensando él es en eso! Dulce se acercó a mi y me alejó un poco de todos.

- Any no puedes enfadarte con Poncho porque te trate como una amiga (me mordí la lengua para no decir una burrada) el pobre lo intenta y tu no pones de tu parte (me sonríe) Se más simpática con él ¿si?

- Claro (con una sonrisa hipócrita)

- Gracias. Es que ahora él es uno más del grupo y cuando por fin te llevas bien con Miguel, no es plan de que te tires de los pelos con otro.

- Tranquila! No discutiremos más.

- ¿De qué hablan? (acercándose y colocando un brazo sobre los hombros de Dulce y el otro sobre los míos)

- De cuánto tarda en morir un hombre tras despellejarlo vivo.

- Any! (en tono de reproche)

- ¿Qué? Solo bromeaba con mi "amigo" (irritada)

- Y ¿cuánto tarda?

- No sabemos ¿quieres que lo comprobemos?

- No gracias, hay formas más divertidas de morir, una en concreto. ¿Quieres asesinarme? (sonriendo)

- No sé que es peor las asquerosidades de las que estáis hablando o que estéis coqueteando con ese tema.

- Yo no le coqueteo a este.

- No quería decir eso Any pero dejad ese tema de muertes y eso, me dan escalofríos. Y tú (señalándolo) ¿por qué le preguntas si te quiere asesinar? Claro que no! Ella no te odia tanto (nos miramos y estallamos de risa) Y ahora ¿por qué os reís?

- Ay Dul que ingenua puedes ser. Era un chiste! Se refería a lo de la "forma divertida de morir" (me miró extrañada), ya sabes, un hombre y una mujer (sigue sin entender) haciendo algo que los deja muy exhaustos (Poncho y yo nos reimos) en una cama a poder ser.

- Ah! (mirando a Poncho) Cochino! (pegándole pequeños golpes en el pecho) Y yo pensando que la que estaba pasándose de la raya era ella y tu estabas... Cochino!

- Uy ya! (riéndose) Yo solo decía que si me quería mandar al cielo con los angelitos así subo rapidito.

- Ya quisieras! Ni loca mi rey! Seguro que no estás a la altura de las circunstancias (burlona)