~Su Muñeca~ AyA

~Capítulo 124~

Ha pasado una semana más. Y aunque no se me apetece salir, mi mente me da treguas. Ya soy capaz de mirar a un bebé sin salir corriendo al baño a esconderme. Puedo hablar del tema sin sentir que me fallan las palabras. Obviamente sólo puedo hacerlo con Miguel, ya que es el único que lo sabe.
Él único con el que he hablado estas dos semanas.

Dulce y Zori han intentado ponerse en contacto conmigo y al fin ayer, les respondí. Zoraida me habló de su galán. Resulta que Miguel tenía razón, anda embelesada con ese tipo. Y yo la regañé por alejarse de Miguel. Pero la muy tonta me dice que no tiene ninguna posibilidad. Si es que tiene que haber de todo en este mundo!

Dulce por su parte quería indagar en lo que hice el fin de semana, ya que ni Miguel ni yo dimos señales de vida. Pero me negué a nutrir su obsesión y le dije que sólo trabajé. Le llego a decir que salimos el viernes al cine, el sábado a cenar y que el domingo tomamos café en mi descanso de trabajar, y nos prepara las invitaciones para nuestra boda!

Además, tampoco quiero que Poncho piense mal. No es que me preocupe lo que crea, pero es estúpido hacerle daño sin ser necesario. De alguna forma, mi visión de él ha cambiado. Es posible que sea porque lo asocio a lo que pasó. Por lo que las ganas de verlo se opacan con el deseo o necesidad de alejarme de todo lo que me lo recuerda. Es la primera vez que no me importa ser cobarde. Aunque no me gusta lo cómodo que me resulta.

Como el viernes pasado Miguel y yo fuimos al cine. Esta vez eligió él la película y ambos lo lamentamos. Se suponía que era de miedo. Se suponía!

Hoy sábado he tenido que trabajar por la noche, pero al llegar a mi casa me lo he encontrado en la puerta y me ha convencido para tomar una copa. Algo tranquilo! Me alisté lo más rápido que pude y fuimos a un pub que había justo al lado de mi casa. Es fácil hablar con él porque no se pasa el día haciéndome preguntas, no se compadece ni chismorrea sobre mi vida. Sólo está ahí, para lo que necesite. Es adorable!

Ucker, Poncho, Dul y Mai volvieron a encontrarse solos para salir. Maite comenzaba a estar irritada con nuestra desaparición y Dulce encantada. Al verse de nuevo solos decidieron tomarse algo tranquilo en vez de ir al antro de siempre. Por lo que fueron al único local en el que podían hablar tranquilamente, porque la música estaba siempre muy baja. Siempre lo habíamos llamado el antro de parejas porque es donde todos los nuevos novios iban a hablar para conocerse mejor.

Pero ni Poncho ni Ucker pensaban en nada de eso. Ellos sólo veían que una semana más ninguno me había visto. Ambos habían pasado diariamente por mi restaurante y no me habían visto. Poncho me vio esta noche y esperó a que saliese. Pero mi hermana me llevó en coche hasta mi casa y como él iba andando, cuando llegó yo ya había subido. Llamó a la puerta pero estaba en la ducha y no lo escuché. Se dio por vencido y se fue.

- ¿Qué te pasa wey? Alegra esa cara! (hablando bajito para que las chavas no lo escuchase)

- El sábado pasado cuando fui por la noche a buscarla al restaurante no estaba, el domingo no pude ir porque tuve problemas en casa y esta semana ni un día la he encontrado. No me coge el teléfono! Esta noche la he visto y he ido a buscarla a su casa y no me ha abierto!

- A lo mejor no estaba!

- La hermana la llevó en coche. Pero tienes razón, puede que se fuesen a tomar algo antes de volver a casa

- ¿Y por qué no le hablaste cuando la viste?

- Estaba trabajando! Corriendo de un lado a otro y muy estresada. No era el momento! Y cuando me di cuenta estaba montándose en el coche con la hermana. No me dio tiempo de acercarme

- Bueno wey, tranquilo! Seguro que tener vuestro espacio estos días os habrá ayudado. Pero aprovecha la próxima vez que la veas y habláis!

-Ya lo creo! La pienso secuestrar y hasta que no hayamos hablado no la dejo irse. Si es que la dejo irse!