Capítulo 58

459 35 0
                                    

Al fin llegamos a la casa de Mai. Estaba deseando salir de ese coche, no porque estuviese incomoda de estar con Poncho sino más bien por todo lo contrario. Si pasaba un minuto en un sitio tan pequeño con él iba a acabar olvidandome de que Dulce estaba allí. Ya llevo como dos horas sin besarlo, toda una eternidad, necesito tenerlo muy cerquita. Planea cómo puedes librarte de los chavos para quedarte a solas con él sin que todos se den cuenta. Quiero besarlo! Any ¿te volviste ton'ta? Piensa y deja de soñar despierta! ¿Cómo lo hago? ¿Me libro de ellos o nos escabullimos nosotros? Si nos vamos nosotros es sopechoso pero hacer que se vayan todos es más dificil, aunque no imposible.

Nada más llegar Mai nos enseñó la enorme casa a pocos metros del mar, con un inmenso jardín y piscina. Nos repartió en cuatro cuartos, como era de esperar. Poncho y Chris, Miguel con Eddy, Angie acompañaría a Mai y Dul conmigo. Ninguna sorpresa. Las habitaciones estaban esparcidas a lo largo de un pasillo muy largo. La primera recamara sería la que compartiré con Dul, seguida a varios metros por la de Miguel y Eddy, pegada puerta con puerta con la de Mai y Angie, y al final del pasillo estaría la de Poncho y Chris. Uf! Que dificil me lo han puesto! Parece que no paran de ponerme retos hoy. Pero que lo veo a solas, lo veo!

Todos entramos en nuestros cuartos para deshacer las maletas. Se suponía que ibamos a dar una vuelta antes de ir a dormir. Somos jovenes y aunque estemos cansados del viaje y sea tarde, es impensable irse a dormir en vez de hacer una fiesta. Así que quedamos de pasear por la playa para ver aquello con tranquilidad sin el sofoco de la gente o el solano. Baje la primera, como siempre, y esperé en el sofá un rato. Como nadie bajaba volví a subir y me dirigí a mi cuarto para meterle prisa a Dulce, pero al abrir no estaba. Ya me disponía a salir cuando la puerta se abrió antes de que yo tocase el pomo. Era Poncho, cerró y se acercó a mi. Me apretó contra él apoyandose en mis caderas. Le rodee el cuello con mis brazos y lo besé. No podía esperar más! Era una invasión incesaante, la pasión se iba apoderando de nosotros. Nuestras bocas, nuestras lenguas ya no eran las únicas que se unian. Nuestros cuerpos se moldeaban para encajar con el otro, sentirlo, fundirnos. Cuanto lo necesito!

— Mi muñeca (con la voz ronca de la excitación) te amo!

— Y yo a ti! (acariciandole la nuca con ambas manos)

— Dimelo otra vez, dime que me amas! (con la cara iluminada de felicidad)

— Te amo Poncho (sonriendolo) Te amo con todo mi ser (reaccionando) ¿Qué haces aquí? Te va a ver Dulce y nos vamos a meter en un lio.

— Esta en mi cuarto con Chris (abrazandome más fuerte acariciandome la espalda) Fue para reñirnos porque nos tardabamos y se quedó con Chris hablando de yo no sé que (haciendo un gesto de asco)

— Esos dos pronto nos van a dar una alegría.

— Si, y cuando eso pase podremos contarle lo nuestro (sonriendome)

— Mejor esperar a que yo la vea muy segura de él, no vaya a ser que por decirle lo nuestro se derrumbe y lo deje

— Ok! Como mi muñeca quiera! (me besa)

— Pero no es buena idea estar aquí, Dulce puede volver por algo y vernos

— Un ratito (besandome el cuello) Quiero más besitos! Me debes muchos, de todo este tiempo.

— Ah no! Más bien tu me los debes a mi. Y tienes que hacer muchos meritos por todo lo pasado.

— Perdona Any yo... (muy triste)

— Me refiero a que me vas a tener que apapachar mucho para que no me enoje.

— Apapasho para mi preshiosha muñequita (como niño chiquito)

~Su Muñeca~ AyADonde viven las historias. Descúbrelo ahora