~Capítulo 70~

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Aunque el cansancio era muy grande Poncho pasó horas viendome dormir. Se levantó del sofá en el que estaba en cuanto el sueño me pudo y se tiro al suelo para estar más cerca de mí. Apoyó sus brazos contra el borde del sofá y recostó su cara en ellos para observarme atentamente. El tiempo pasaba y él seguía sonriendo ante los miles de recuerdos que le inspiraba, a veces no se contenía y me acariciaba lentamente el cabello y la mejilla. Sorprendentemente mi recojido se mantenía intacto pero había perdido la mayoria de las orquillas de flores. De pronto alguién entró en la sala, asustando a Poncho con la idea de que nos habían pillado. Afortunadamente era Miguel. Ambos se sentaron en el sofá en el que se supone debería estar dormido él, sin hacer ruido para no despertarme.

Miguel- ¿Qué haceis aquí?

Poncho- Llegamos cuando apenas amanecía y no quisimos subir para que no la descubran.

Miguel- Pero os veran aquí.

Poncho- Diremos que ella se durmio aquí después de llegar de pasear contigo.

Miguel- Teneis suerte porque yo salí y volví después de que todos se durmiesen, así que nadie sabe que volví solo.

Poncho- Genial! Te necesitaremos para que nos cubras.

Miguel- Claro, sin problemas. Pero ¿cómo pretendías explicar que estabas tú también aquí?

Poncho- Se supone que baje temprano y la ví, nos quedamos hablando y nos dormimos.

Miguel- Bueno tu estas despierto
y yo si que baje temprano, así que será más fácil. Vamos a la cocina y la dejamos dormir tranquila.

Poncho- No!

Miguel- ¿Por qué?

Poncho- No la voy a dejar sola ni un segundo.

Miguel- Tranquilo que no te la van a robar (riendose) Vamos!

Poncho- No! (muy serio)

Miguel- Vale, ya veo que hablas en serio. Si te ven aquí y a mi en la cocina se van a extrañar. Los he escuchado, se están levantando, las chavas andan vistiendose. Vamos a hacer algo de desayunar, así cuando la bella durmiente se despierte comerá algo. Mi intuición me dice que anoche gasto más energía de la que está habituada y seguro necesita alimentarse bien.

Ante la acertada deducción de Miguel cedió y lo acompañó a la cocina.Cuando comenzó a escucharse como todos bajaban las escaleras, Poncho recordó que me iba a despertar con el ruido y no iba a ver a nadie a mi lado. Y la verdad es que estaba en lo cierto de preocuparse porque lo último que quería es despertarme sola. Corrió hasta la sala y se sentó en el sofá que le adjudique y Miguel lo acompañó para que no hubiesen sospechas. Los chavos los vieron y se acercaron. Con el sonido de sus voces y de las explicaciones de Poncho y Miguel por la situación, me desperté.

Mai- Miguel (horrorizada) ¿habeis dormido los dos aquí?

Miguel- No Mai, yo acabo de bajar! Solo ella ha dormido aquí.

Poncho- Sí, nosotros bajamos y nos la encontramos.

Any- ¿Qué pasa? (algo aturdida por el sueño)

Dul- Amiga, te has quedado dormida en el sofá de la sala.

Any- Me senté para ver algo de televisión y ni me dio tiempo de encenderla, me dormi (excusándome)

Dul- Deberías subir y cambiarte.

Any- Si Dul, pero creo que me acostaré. No he dormido bien, creo que me hice daño en el cuello (sobandomelo)

Eddy- Tienes suerte, soy un excelente masajista! (colocando sus manos en mi cuello)

Poncho- No creo que haga falta (enojado). Mejor que se vaya a descansar (fulminandolo con la mirada)

~Su Muñeca~ AyADonde viven las historias. Descúbrelo ahora