~Su Muñeca~ AyA

~Capitulo 107~

Fui incapaz de seguir allí un minuto más. Y huí. Sí, soy una cobarde! O una mala persona. Puede que me crea saberlo todo o que infiero sobre lo que siente todo el mundo. Pero sé que no fui la única que provocó que Dulce este así. No sé qué pasase con Chris, qué nueva mala pasada le ha jugado su padre o cómo se siente por todo lo que vio. Pero si sé que no soy la única responsable. Y que todos actuasen como si fuese una enferma que no tiene culpa de lo que le ocurre y no admitan su parte de responsabilidad, me choca! No, no lo podía aguantar! Aceptaré gustosa todos los reproches que ella me quiera echar en cara. Pero me niego a hacer el papel de amiga desolada. No soy tan hipócrita!

Me fui sin avisar a nadie. No quería compañía. Solo quería caminar y profundizar en mi herida hasta hacerla tan grande que cupiese un barco. Es lo que me merecía. Sabía desde el principio que Dulce no se lo tomaría bien. Que si nos veía ocurriría una catástrofe. Pero aun así seguí adelante. Egoista! Eso es lo que soy! Lo que nunca pensaría que llegaría a ser. Por lo que siempre he luchado por no convertirme. Pero supongo que todos lo somos. Estamos guíados por motivaciones, intrínsecas o estrínsecas, internas o externas, que conforman nuestra conducta. Puede que a veces abandonemos algo que queremos por ayudar a otros pero probablemente sea por la satisfacción que obtenemos. Nos recompensamos de una manera u otra. Puede que sea un discurso muy apropiado para engañarme a mi misma o para quitar
de mi mente otra idea, pero no es menos cierto por eso. Lo que pienso de verdad, lo que siento de verdad. La odio! En este mismo instante, la odio! Quiero gritarle por haber hecho semejante tontería. Le he dicho un millón de veces que sino sabe beber que simplemente no lo haga! Pero no! Ella tiene que hacerlo! La odio! Todos le hemos explicado de mil formas distintas que entre Poncho y ella no había nada, que él estaba con otra.

Pero ella tiene que entrar en coma etílico al verlo besándome! La odio! Y después de todo, en pleno delirio me llama para que este a su lado. Me odio! Es probable que yo sea el ser que más desprecie en estos momentos! Me odio!

Y seguí caminando. Cuando solo me quedaba cruzar la calle para llegar a mi casa, el coche de Poncho se paró frente a mí. Salió del coche corriendo y me abrazó con toda la fuerza que le fue posible. Me derrrumbé en sus brazos. Agotada! Estaba agotada! Solo recordar las dos horas o puede que más, que pasé en el baño, desesperada, sin saber que hacer y tan sola. Nunca en mi vida me sentí tan desamparada, tan inútil. Mi cuerpo no puede más!

Poncho me cogió en brazos y me metió en el coche. En el mismo momento en el que me monté, me quedé dormida. Condujó hasta su casa, me sacó del coche y me acostó sin que me despertase. Varias horas después comencé a abrir los ojos sin saber donde estaba o qué había pasado. Pero no tardó mucho en venir a mi mente lo ocurrido. Miré el lado vacio de la cama, en el que se supone debería estar Poncho. No sabía si estaba preparada para hablar con él. Me siento como la peor persona del planeta y él lo habrá visto. Seguro que ya habrá abierto los ojos y se habrá dado cuenta de que una persona que hace tanto daño como el que yo hice anoche no puede ser buena. Puede que no me lo diga porque es muy bueno. Pero lo veré en sus ojos. Y no quiero verlo! Al parecer él tampoco porque ni siquiera a querido dormir en la misma habitación que yo.

Tras dar muchas vueltas en la cama decidí que lo mejor era marcharme de allí. Fuese lo que fuese que Poncho quería evitar de mí, saldría de su casa lo antes posible. Caminé despacio hasta llegar a la sala y cuando ya estaba a escasos metros de la puerta, Poncho salió de la cocina. Nos quedamos mirándonos uno frente al otro. Tenía mal aspecto como sino hubiese dormido, con expresión triste me miró y agachó la cabeza.

Poncho- Te vas! (metiendo las manos en los bolsillos)

Any- Yo... (algo aturdida)

Poncho- ¿Quieres que te lleve? (levantando la vista para darme la mirada más sombría que jamás le vi)