Perlas del mar

A la deriva

Hola *w* hoy tengo buenas noticias :) como compensación por lo corto del capítulo de la semana pasada, esta vez subiré dos capítulos a la vez así que espero que lo disfrutéis ^^

Sexto capítulo

A la deriva

Antes de que las chicas se dieran cuenta comenzó a anochecer, lentamente las personas fueron encendiendo las velas y las casas se llenaron de calor. Los ciudadanos empezaron a cerrar lentamente las tiendas y la mayoría retomaba el camino de vuelta a casa y fue justo en ese momento en el que las chicas se dieron cuenta de algo realmente importante, ellas no poseían ningún lugar al que regresar y lentamente comenzaban a estar cansadas y tener hambre.

- Ya es tarde ¿Que deberíamos hacer? - preguntó Kagura

- Normalmente nosotras dormiríamos y Umibozu tendría una gran cena preparada, pero por lo que pude observar hoy en este lugar, todos pagan con algo dorado o cambian bienes entre sí pero nosotras no tenemos nada que poder cambiar - dijo Mutsu mientras pensaba en posibilidades

- ¿Y si volvemos al mar para dormir? Porque aquí esta comenzando a hacer frío, además de que podríamos traer algunas piedras raras para los humanos y cambiarlas por comida - añadió Kagura al notar la fría brisa

- No se si seremos capaces de respirar bajo el agua ya que nuestras branquias desaparecieron junto con nuestra aleta - explicó Mutsu

Kagura ni siquiera había notado aquel cambio, pues estaba tan contenta y asombrada de tener piernas que no noto aquello.

- ¿Y entonces, moriremos de hambre? ¿Como aguantaremos un mes sin comer? ¿Y donde viviremos? - preguntó Kagura muy preocupada

Las chicas estaban acostumbradas a comer mucho y nunca tuvieron que pasar hambre gracias a su estatus social, pero por primera vez en sus vidas estaban viendo como el resto de sirenas o en este caso humanos vivían.

- Creo que por hoy pasaremos hambre y mañana intentaremos buscar algo de comida, hoy es nuestro primer día aquí así que es normal que no todo marche bien, pero piensa en lo positivo, pudimos ver un montón de cosas nuevas y extrañas - dijo Mutsu intentando tranquilizarse a sí misma y a su hermana

- Supongo - añadió Kagura mientras se dio por vencida y se sentó sobre la arena de la playa

Mutsu se sentó a su lado y se preparó mentalmente para pasar, la que esperaban que fuera la única vez que pasaban frío y hambre por la noche, mientras dormían sobre la arena.

Horas más tarde los primeros rayos de sol comenzaron a molestar a Mutsu, no estaba acostumbrada todavía a la luz y le parecía un extraño fenómeno, pero tendría más días para poder disfrutarlo así que intentó darle la espalda y volver a dormir, lo cual casi logra, de no ser por un extraño objeto que cayó directo sobre su rostro. Aquello hizo que la chica se enderezara alerta de lo que estaba pasando a su alrededor.

- Buenos días, eso es una manta, me imagino que estaréis heladas - dijo la mujer que aparentaba unos sesenta años mientras les sonreía

Mutsu se giró para observar a Kagura, que parecía estar durmiendo plácidamente, aunque se encontraba mordiendo la esquina de la manta que también le tiró la mujer, seguro que incluso dormida sentía hambre.

- ¿Porque nos ayuda? - preguntó la chica dudando de las buenas intenciones de la anciana

Algo que las sirenas no se cansaban de repetir es que los humanos eran seres despiadados que solo buscaban hacerse ricos a costa de otros y que no dudarían en torturar a una sirena si descubrían de su existencia, por eso ellas para evitar conflictos evitaban ir a la superficie. Gracias a eso Mutsu estaba alerta de lo que la mujer quisiese hacer, a pesar de que ella ni siquiera era capaz de imaginarse la procedencia de las jóvenes.

- Es peligroso para dos chicas dormir fuera de su casa, así que si peleasteis con vuestros padres deberíais volver con ellos - recomendó la mujer

- No tenemos un lugar al que volver - dijo Mutsu pensando que durante un mes ese sería el caso

- Y por lo que veo tampoco tenéis ningún lugar donde vivir - añadió la mujer

Mutsu no respondió pero bajó la cabeza, por primera vez se sentía avergonzada de su propia ignorancia, ¿Que le pasó por la cabeza al pensar en visitar a los humanos? ¿Acaso creyó que todo iría bien? ¿Que sería un musical con cangrejos rojos cantarines? Que equivocada que estaba y lo peor de todo es que había metido a Kagura en ese lío, quizás si lograba comunicarse con el hechicero y asumía toda la culpa como suya, él perdonaría a Kagura, debía probarlo.

- Esta bien - dijo la mujer logrando que Mutsu levantara su cabeza y la mirara a los ojos - No os preguntaré ni recriminaré nada, así que si quereís estoy buscando ayuda para mi bar, creo que dos chicas jóvenes que tengan bastante energía y sepan tratar con clientes serían perfecto -

Mutsu la miró confundida ¿Acaso le estaba ofreciendo lo que ella creía?

- ¿Es una oferta de trabajo? - preguntó la joven insegura

- Así es, podéis dormir en la primera planta del bar y os descontaré la comida de vuestro sueldo además de que será un trabajo difícil - explicó la mujer

- ¡Lo aceptamos! - grito Mutsu contenta de la buena suerte que estaba teniendo

Los gritos despertaron a Kagura que se levantó abrazada a la manta que aún tenía en la boca y al mirar a la mujer se asustó.

- ¡Es la muerte! Aléjate de ella Mucchi, no te mueras - dijo Kagura mientras se interpuso entre su hermana y la mujer - Aleja tus huesudos dedos de ella anciana -

La mujer no lo dudó y comenzó a estirar las mejillas de la menor.

- ¿A quien llamas anciana, niña malagradecida? - preguntó la mujer enfadada - Yo soy Otose y a partir de hoy soy tu jefa así que recuérdalo para la próxima vez -

Kagura se giró y miró a Mutsu como si estuviera soñando.

- ¿Me sequé con el sol? ¿Estoy teniendo alucinaciones? Seguro que en realidad algún tiburón hizo sushi conmigo - añadió Kagura confundida

Mutsu golpeó la cabeza de la joven para que entrara en razón y no dijera cosas que hicieran atar cabos a la mujer.

- Por favor cuide de nosotras - pidió la mayor sintiéndose responsable

Continuará

Espero que os gustara *w* el capítulo de compensación es el siguiente así que a leerlo xD