En las profundidades del océano

437 35 23
                                    

Hola *w* aquí traigo el capítulo de esta semana así que espero que os guste ^^

Cuarto Capítulo

En las profundidades del océano

Las jóvenes sirenas nadaban lo más rápido que su aleta les permitía, deseando llegar a aquel lugar que el contacto de la mayor les recomendó. La persona que buscaban era conocida por ser un peligro para todos y tener peticiones bastante raras pero aún así ellas se adentraban en las profundidades del océano para conocer a la única persona que les podría dar la oportunidad de tener piernas.

El lugar era bastante lúgubre, ni los peces mas pequeños se animaban a acercarse allí y la corriente marina lograba que el agua estuviera aún más fría de lo normal. A lo lejos se podía distinguir una cueva bastante oscura y que parecía emitir señales de peligro, que cualquier sirena normal evitaría, pero como ninguna era normal hicieron caso omiso.

- ¿Estas segura de lo que estamos a punto de hacer? - preguntó Mutsu arrepintiéndose de todo el plan

- No lo estoy, pero jamás volveremos a tener una oportunidad así y lo que más deseo es poder ver la superficie y todas las maravillas que allí tienen - explicó Kagura

Mutsu suspiró, seguirían con el plan después de todo.

- Entonces, allá vamos - dijo la mayor mientras se acercaba a la entrada de la cueva pero algo le llamo la atención

Una extraña criatura blanca que no tenía pinta de ser un pez ni una sirena, parecía haber salido a recibirlas, seguramente con intenciones de guiarlas hasta la famosa hechicera de la que todos hablaban. Sin decir una palabra la criatura se giró y comenzó a adentrarse en la oscuridad de la cueva mientras que las chicas, con miedo de lo que se encontrarían, lo siguieron.

Dentro de la cueva se hallaban todo tipo de objetos extraños, la mayoría de ellos eran algo completamente nuevo para las jóvenes, que intentaban tener todo el cuidado que les fuera posible. Al fondo de la cueva se encontraba la hechicera de espalda a las jóvenes, pero podían apreciar su largo cabello negro. Cuidando mucho de sus palabras, Mutsu se decidió a dirigirle la palabra.

- ¿Tu eres la hechicera llamada Zura? - preguntó Mutsu - Unos conocidos me hablaron de ti -

La famosa hechicera se giró y entonces Mutsu pudo reconocer que la hechicera en realidad era un hombre.

- No es Zura, es Katsura - dijo el hombre molesto por el mote

- Lo siento, yo había escuchado rumores de que eras una mujer - explicó Mutsu avergonzada

- Seguro que es porque me gusta vestirme de mujer - dijo el hombre restándole importancia al asunto

Mutsu no pudo evitar preguntarse que clase de persona era el hombre y si en realidad sería tan buen hechicero como decían los rumores.

- Exijo un par de piernas - añadió Kagura sin ganas de escuchar la conversación ni de esperar más para poder caminar con sus propios pies

- Que modales jovencita - regañó el hechicero - Pero estas de suerte, tengo justo lo que buscáis, pero la poción solo dura un mes y es obvio que tenéis que darme algo a cambio -

- ¿Te sirve un autógrafo? - preguntó Kagura muy seria

- No, lo que yo quiero es que pongáis una bomba y acabéis con el corrupto gobierno - dijo el hombre con una sonrisa de loco

- Nada de bombas ni matar a nadie - sentenció Mutsu creyendo ser la única cuerda en la cueva

- Aburrida - añadió Katsura inflando las mejillas - Entonces pido a cambio que encontréis a una bestia, es conocida por su carácter del demonio además de que dicen que mato a un puñado de hombres con sus manos desnudas -

A ninguna le parecía una buena idea enfrentarse a aquel tipo de criatura demoniaca, pero parecía ser mejor que enfrentarse a un gobierno.

- ¿Como sabremos que la encontramos? - preguntó Mutsu con cautela

- Eso forma parte del trato, debéis encontrarla por vuestra cuenta, no puedo ayudaros en eso - explicó Katsura

- ¿Y como la derrotamos? - preguntó Kagura mientras se hurgaba con un dedo en la nariz, mostrando así desinterés

- Fácil, con el contenido de esta caja - dijo el hombre mientras le daba una pequeña caja de color azul a Mutsu - Cuando vea el contenido de esta caja se rendirá -

- ¿Tan solo con esto? - preguntó Mutsu sin poder creérselo e intentando abrir la caja

- Pero esta completamente prohibido que abráis la caja antes de que encontréis a la bestia, además de que debéis decirle que yo os mande a encontrarla - explicó el hombre para evitar que la sirena abriera la caja

- Esta bien, supongo - dijo la mayor no muy segura

- Dicho esto, aquí tengo lo que os convertirá en humanas - añadió el hombre mientras le daba una pequeña caja roja a la menor - Una vez que estéis en la superficie debéis comer el contenido y así tendréis las piernas que tanto deseáis -

- Si eso es todo nos vamos - dijo Kagura sin mas ganas de escuchar la conversación y deseosa de tener piernas

- Pasároslo bien y no os olvidéis de comprar souvenir - se despidió el hechicero mientras saludaba con la mano y una sonrisa

- Me imaginaba a algún villano y no a un loco pero creo que no parece malvado - dijo Mutsu mientras se alejaban y Kagura solo asintió

Las jóvenes nadaron hasta la superficie a toda velocidad y después de comprobar que no había nadie en la playa, se tumbaron en la arena mientras que abrían el contenido de aquella caja roja.

- ¿Que es esto? - preguntó la menor

En la caja donde se leía la palabra "Sukonbu" se encontraban lo que parecían ser dos tiras de alga macerada. Mutsu miraba el contenido desconfiada, algo de eso no le daba buena espina y lo mejor sería comprobar exactamente que era aquello antes de probar el contenido, pero antes de que pudiera decir algo, la menor ya había comido su porción.

- Esta muy rico - dijo la menor mientras los ojos le brillaban de felicidad

No conforme con el suyo, intento comer también el de Mutsu pero la mayor hizo uso de sus buenos reflejos y se llevo el alga a la boca antes de que fuera devorada por Kagura.

- Esta asqueroso - añadió Mutsu - Solo espero que no estuviera envenenado -

- Aún no sucede nada - dijo la menor impaciente - Seguro que tienen efecto retrasado como el que los hizo -

- Se dice retardado Kagura - corrigió Mutsu

Los minutos pasaron y nada parecía cambiar, aquellas algas no hacían efecto.

- Ese maldito brujo nos timó - dijo Kagura mientras levantaba el puño furiosa y dispuesta a golpearlo hasta que esta vez cumpliera su parte del trato -

Mutsu quiso decir algo pero al ver como las aletas de ambas comenzaron a brillar olvido lo que quería decir. Segundos después los brillantes colores de sus aletas fueron reemplazados por piernas de color blanquecino, las cuales se veían muy raras para las chicas.

Pasaron minutos observándolas y jugando con los pequeños dedos que en ellas se encontraban. Cuando se tranquilizaron un poco y se acostumbraron a la sensación de estar de pie, la morena hizo un incómodo descubrimiento, no llevaban ropa así que antes de que alguien se apareciera por allí decidieron partir a por algo para ponerse, con suerte. No muy alejado de allí había una pequeña cabaña de madera junto a la orilla de la playa y como si lo tuvieran planeado, podía apreciarse que tenían una cuerda donde colgaban diversas prendas. Con cuidado de no ser descubiertas agarraron lo primero que encontraron y salieron corriendo de allí. Kagura agarró un vestido rojo con detalles en amarillo mientras que la morena tomó uno en azul con detalles en violeta.

Ahora que se encontraban vestidas apropiadamente era la hora de ir a divertirse a la ciudad tal y como planearon así que comenzaron a caminar en dirección a los extraños edificios que había en la ciudad.

Continuará

Y finalmente las chicas tienen piernas xD solo falta ver que sucederá ^^ así que nos vemos la semana que viene :)

Perlas del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora