Lindo conejito

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La locura de esta semana ya llegó xD

Octogésimo sexto capítulo

Lindo conejito

- ¿Qué Mutsu se convirtió en qué? - preguntó Sakamoto sin poder creer lo que acababa de escuchar

Katsura estaba intentando ser paciente y explicar la situación de tal manera que hasta Sakamoto pudiese entenderlo, preparado para hacer dibujos y señales de humo si era necesario.

- Tu novia, ese ser con una personalidad del demonio y que hasta hace poco vivía bajo el mar, ahora fue convertida en un conejo por circunstancias en las que no tengo absolutamente nada que ver y por las cuales no me hago responsable - explicó con calma Katsura, intentando de paso evadir su responsabilidad en todo ese asunto

- ¿Y dónde está ella ahora? - preguntó el novio preocupado

- Esa es la cuestión, por otro tipo de circunstancias en las que tampoco tengo nada que ver, ella se perdió - añadió Katsura

- Esto es ridículo - añadió Hijikata - ¿Realmente esperas que nos traguemos esta historia tan disparatada? -

Sakamoto comprendía que no era algo fácil de creer, pero después de descubrir que Mutsu era una sirena, el resto parecía mucho más creíble. El chico estaba seguro, de que si le dijesen que existía una tienda de unicornios y que la capitana Marvel se dedicaba a venderlos, lo creería sin dudarlo, tan acostumbrado estaba a los extraños sucesos en su vida.

Pero esto era algo real, la vida de Mutsu dependía de ello y por eso tenía que prestar total atención.

- ¿Llevas tacones? - preguntó Sakamoto confundido por los extraños zapatos del hechicero

Katsura estaba molesto por la pregunta, ¿Acaso Sakamoto no estaba escuchando lo que le decía? O peor aún, ¿Qué tenían todos en contra de sus hermosos tacones?

Hijikata sentía ganas de golpear su cabeza contra la pared o quizás mejor, golpear la cabeza de ese par de idiotas contra la pared.

- Mientras vosotros dos genios os ponéis al tanto de la situación - comenzó el hombre con sarcasmo - Yo intentaré buscar una solución -

- ¿Puedes encargarte de los invitados? - preguntó Sakamoto mientras Hijikata se iba por los pasillos

- Ten cuidado de un calvo loco y si alguien pregunta, no tuve nada que ver con lo ocurrido a Mutsu - añadió Katsura

Hijikata pediría un aumento de sueldo, no ganaba lo suficiente para aguantar tantas estupideces, le saldrían canas antes de lo normal y todo por tener que arreglar el caos de todos los que le rodeaban.

Encontrar a Mutsu en un castillo lleno de invitados, cocineros y criados era algo muy complicado y Sakamoto ya se veía teniendo que rescatar a Mutsu de un cocinero loco que quisiese hacer cangrejo a la sartén... o quizás eso ya había sucedido en alguna otra realidad o en una película de Disney, uno ya nunca podía estar seguro de que es lo que le pertenecía al ratón. La cuestión era, que Sakamoto ya se veía dándole las malas noticias a Kagura y a Umibozu y sabía que acabaría cocinado también si eso llegaba a ocurrir, por lo que puso toda su atención en buscar a la joven.

Aunque a medio camino por los pasillos, el chico se dio cuenta de un pequeño detalle. Había olvidado en lo que Mutsu se había convertido. Sabía que Katsura estaba diciendo algo importante, pero de alguna manera su cerebro se desconectó a mitad de la conversación. Esto sería el doble de problemático.

Perlas del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora