Shiroyasha

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Hola aquí está el capítulo de esta semana :) espero que os guste

Dedicado a Frany Fanny Tsuki que tenía miedo de que no lo suba a tiempo y acabe en el lado oscuro xD

Trigésimo segundo capítulo

Shiroyasha

- Yo asesiné con mis propias manos a mi mejor amigo -

Tras esas palabras Mutsu sintió como se le helaba la sangre. Aquello no podía ser cierto, no de aquel chico que tanto odiaba la violencia. Si le hubiese dicho lo mismo de Sougo no dudaría en creerlo, pero no de Sakamoto.

Quería preguntar si era una broma, pero conocía lo suficiente a Sakamoto como para saber que no bromeaba con esas cosas. La chica no sabía que decir, tenía miedo de preguntar y ofenderlo o de callar y que él sintiese su miedo.

- Supongo que eso no lo veías venir - añadió el chico intentando romper aquel silencio incómodo

Mutsu vio la expresión de Sakamoto, ya no parecía el chico despreocupado de siempre, en su lugar parecía un adulto misterioso, un extraño del que no sabía absolutamente nada.

- Creo que nadie estaría preparado para escuchar esas palabras - logró decir la joven

- Si te soy sincero yo tampoco estaba preparado para decirlas, pero después de mi comportamiento de hoy supongo que te debo una explicación - añadió Sakamoto

- Podrías haber dicho solamente que estabas de mal humor - dijo Mutsu sorprendida ante la sinceridad del chico

- No me gusta mentir - confesó Sakamoto

- Hay una gran diferencia entre mentir y confesar un asesinato - añadió Mutsu mientras perdía un poco los nervios

Sakamoto no dijo nada y solo bajó la mirada. Mutsu temía la reacción del chico, pero se veía en la obligación de preguntar.

- Creo poder decir que te conozco un poco, por eso estoy segura de que hubo una razón para que hayas hecho algo así - añadió Mutsu - ¿No es así? -

Sakamoto levantó la vista por primera vez y se quedó mirándola por unos segundos a los ojos, solo para sonreír de manera triste, una sonrisa que parecía justo lo contrario, una mueca que intentaba ocultar sus ganas de llorar.

- Ojalá fuese así - murmuró Sakamoto recordando aquel trágico día

- Todos tenemos nuestros propios demonios y secretos, pero quizás si los cuentas, tu carga se vuelva menos pesada - explicó la joven

- Lo dudo, pero si eso es lo que quieres - añadió Sakamoto mientras se preparaba a revivir aquel día que lo cambió para siempre

Sakamoto venía de una buena familia, eso era sabido por todos, pues al ser el primo del príncipe, formaba parte de la familia real, aunque a sus padres nunca les interesó algo así como las conexiones o el poder.

El chico creció de una manera normal, jugando con otros niños de su edad y sin tener que preocuparse demasiado sobre el futuro. Su familia era amorosa y no tenía nada de lo que quejarse. Pero como todo joven llegó el momento donde necesitaba un modelo a seguir, alguien que fuese en lo que deseaba convertirse en el futuro. Y ese alguien fue su padre. Él era un guerrero, uno realmente fuerte y era admirado por todos, pero además de eso era justo con todos y defendía a los débiles. Todo lo que era necesario para ser un gran hombre. Por eso mismo, Sakamoto quiso ser como él, empezó a pelear y entrenarse en el manejo de una espada, deseaba hacer orgulloso a su padre, que su familia pudiese decir que era alguien importante.

Perlas del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora