Perlas del mar

¿Misión cumplida?

Nuevo capítulo ^^

Cuadragésimo séptimo capítulo

¿Misión cumplida?

- ¿Ella es la bestia? - preguntaron las jóvenes al unísono

Ikumatsu se sorprendió por aquella pregunta, además de por el tono de horror de las jóvenes.

- Creo que no entiendo la situación - explicó Ikumatsu confundida

- Resulta que el idiota de Katsura fue quien nos envió en la búsqueda de la bestia, pero no entiendo porque no nos lo explicó - dijo Mutsu

Kagura, reuniendo toda su paciencia, se levantó y comenzó a gritarle a un cubo con agua.

- Maldito travesti, sal aquí y comportarte como un hombre, o lo que quiera que seas - ordenó la menor

No hubo respuesta alguna, por lo que la chica, usando todo su intelecto, comenzó a escupirle al cubo, como si aquello le fuese a llegar al hombre. Después de varios insultos, aprendidos de cierto príncipe, amenazas más terroríficas que una mafia y algunas patadas al cubo, la joven decidió darse por vencida.

- ¿Cómo podemos contactarlo? - preguntó Mutsu mientras pensaba en algunas posibilidades

- Yo opto porque atemos a Ikumatsu a un palo y la ofrezcamos como ofrenda, o quizás si amenazamos con prenderle fuego, Katsura aparezca - añadió la chica

La rubia no tardó en mirarla con horror y Mutsu le dio su merecida colleja a su hermana.

- Ella es nuestra amiga, no podemos quemarla ni ahogarla en el mar - explicó la mayor

- Yo no dije nada de ahogarla - corrigió Kagura, dejando ver que la mayor también había pensado, aunque por un breve momento, de hacer algo parecido con Ikumatsu

- No me interrumpas - exigió Mutsu, mientras explicaba porque no debían hacerle nada a la mujer

Ikumatsu solo tenía una cosa en mente, después de todo, su propia ciudad parecía menos peligrosa que las jóvenes al enterarse de su relación con Katsura. Además de que para estar segura, no volvería a pegar ojo en presencia de ellas, solo para evitarse morir quemada o ahogada.

Cuando las hermanas lograron calmarse un poco, o al menos lo que para ellas era normal, quisieron preguntar y así quizás descubrir más acerca del pasado de Katsura.

- Nos conocimos hace un tiempo, yo todavía no había superado la pérdida de mi marido y él estaba huyendo de alguien, así que acabé permitiendo que se quedase a vivir conmigo - explicó la mujer

- Me pregunto de que estaría huyendo - añadió Mutsu

- Nunca me lo dijo, pero tenía que ser algo grave, pues un día desapareció sin más, dejando solo una nota atrás - continuó contando Ikumatsu

- ¿Qué decía la nota? - preguntaron las jóvenes sintiendo que aquello sería una pista importante

- Qué no le gustaba la manera en la que el aire de aquí secaba su cabello - explicó la mujer

Para las sirenas que esperaban una respuesta seria, aquello fue tan estúpido como típico de katsura, así que sólo pudieron llevarse una mano a la cabeza, en señal de lo idiota que fue eso.

- Y que no deseaba meterme en problemas - confesó Ikumatsu mientras sus mejillas se teñían involuntariamente de rojo

- Seguro que el pervertido deseaba meter otra cosa - murmuró Kagura

Mutsu miró a su hermana sorprendida, pues normalmente la menor solía ser inocente y nunca entendía los comentarios de ese tipo, más no lograba entender de donde sacó aquello.

- ¡Kagura! - regañó la hermana mayor

- ¿Qué? - preguntó Kagura sin comprender - Seguro que solo deseaba meter alguna bomba en el cuartel de policía -

Y así eran las cosas, la menor no había dicho nada en el mal sentido y ahora era el turno de Mutsu para ruborizarse por la vergüenza de haber pensado mal de su inocente y loca hermana.

- ¿Podemos centrarnos quizás en lo importante? - preguntó Ikumatsu

- ¿En la comida? - preguntó Kagura

- No, en aclarar toda esta extraña situación, quiero una explicación y saber porque me llama Katsura bestia - explicó Ikumatsu

- Me temo que eso no lo sabemos, solo teníamos una caja para darle a la bestia una vez que la encontrásemos - dijo Mutsu

- Entonces quiero ver esa caja - pidió la rubia

- La tiene Kagura - dijo la mayor mientras miraba a su hermana que palideció de golpe

- Dime que no la perdiste - rogó Mutsu temiendo lo peor

Kagura pareció dudar, hasta que recordó la caja y la sacó de su zapato.

- No preguntaré porque guardabas la caja allí - dijo Mutsu mientras recuperaba el aliento al ver que su hermana no había perdido la misteriosa caja

- Bueno, llegó el momento - dijo Mutsu mientras le entregaba la caja a la rubia

Casi sucedió a cámara lenta, Ikumatsu tomó la pequeña caja de terciopelo lentamente bajo la mirada de las hermanas sirenas, pero nadie las había preparado para lo que encontrarían dentro. Era un anillo, uno realmente grande y con una estrella de mar en él, algo bastante hermoso. Ikumatsu se quedó sin aliento, no sabía cómo reaccionar a aquello, ¿Katsura le estaba pidiendo matrimonio? Solo había una respuesta para ello y su corazón lo sabía.

- ¡Vete a la mierda! - gritó la mujer mientras arrojaba el anillo lo más lejos posible con todas sus fuerzas - ¿Acaso crees que puedes irte sin avisar y ahora pedirme matrimonio a través de dos locas? -

Kagura y Mutsu miraban la escena sorprendidas, seguro que era la propuesta de matrimonio más rara que habían visto, aunque tampoco habían visto alguna.

- Supongo que con eso finaliza nuestra parte del trato - informó Mutsu

- ¿Ahora somos libres? - preguntó Kagura

- Ni que fuésemos esclavas - dijo Mutsu con una sonrisa

- ¿Puedo pediros un favor? - preguntó Ikumatsu un poco más calmada

Las jóvenes asintieron, con curiosidad por lo que les pediría la mujer.

- Si veis al idiota, golpeadlo de mi parte - pidió la rubia

- Trato hecho - dijo Kagura mientras hacía crujir sus nudillos

- Podrás golpearlo personalmente - explicó Mutsu

Y así fue como el destino de Katsura fue sellado y lo más probable es que no pudiese salir con vida del encuentro que estaba por llevarse a cabo.

Continuará

Al igual que hay veces que subo el capítulo un viernes, esta vez lo subí un domingo T^T no pude ser puntual y estuve sin ordenador hasta ahora T^T igualmente espero que os haya gustado y el próximo sábado seré puntual como siempre :)