Perlas del mar

Un secuestro inesperado

Antes de nada, me gustaría desearos felices fiestas ^^ sé que todos estamos un poco ocupados en estas fechas, pero igualmente quería tomarme el tiempo para escribir ya que vosotros os tomáis el tiempo pasa leer y comentar y por eso os agradezco mucho por ello :)

Septuagésimo primer capítulo

Un secuestro inesperado

Kagura estaba nerviosa, no sabía qué hacer con sus sentimientos y sentía que su corazón estaba a punto de explotar, pero todas esas sensaciones eran normales para alguien en su situación.

La chica había visto un restaurante de arroz con huevo y no podía ocultar su emoción ante ello. Bueno, también estaba emocionada por volver a ver a Sougo, pero eso era menos importante que la comida.

El problema de la chica era otro, se había gastado el dinero del transporte en Sukonbu y ahora no sólo no podía permitirse la comida, sino que tampoco podría llegar al palacio.

Cansada de buscar una solución por sí misma, decidió molestar a Katsura, con un poco de suerte podría pedirle algún medio de transporte.

Pero una discusión en el restaurante llamó la atención de la joven.

- Te digo que si existe - gritó un hombre

- Es imposible, no puede existir un reino bajo el agua - negó el otro hombre

Kagura se sorprendió por la conversación, pero decidió seguir escuchando.

- Es cierto, además de que el personaje principal debe embarcar en un viaje que cambiará su vida y lo cree ser, además de que la chica pelirroja- continuó hablando el hombre, pero Kagura no necesitaba escuchar más

Para la joven era obvio de quien estaban hablando, por lo que no dudó en aparecer frente a los dos hombres y sonreír de manera segura.

- Si queréis puedo daros mi autógrafo - ofreció la sirena

- ¿De qué hablas? - preguntó uno de los hombres

- ¿No es obvio? Yo soy la hermosa pelirroja que vive bajo el mar - explicó la joven

Los hombres se miraron confundidos antes de comenzar a reír a carcajadas. Kagura se sintió indignada ante la risa.

- ¿De qué hablas, mocosa? - preguntó uno de los hombres - ¿No eres muy pequeña para estar sin niñera? -

Kagura los golpearía.

- Solo quería ser amable y hablar con vosotros ya que sabíais tanto sobre mi vida - explicó Kagura mientras juntaba todas sus fuerzas para no golpearlos aún

- ¿También eres fan de aquaman? - preguntó el mayor de los hombres, intentando ser amable con la sirena

¿Aquaman? Kagura no tenía ni idea de que era eso, pero sonaba como la historia que le había contado Mutsu de la sirenita que era un cuento popular entre humanos.

La joven sirena no podía sentirse más ofendida, así que como persona impulsiva que era, estaba a punto de golpear a los hombres, pero una mano en su hombro la detuvo.

- ¿No eres muy joven para estar en este tipo de lugares? - preguntó un hombre de cabello negro y un cigarro en la boca

- ¿Hijibaka? - preguntó Kagura sorprendida y olvidando su enfado

El amante de la mayonesa estaba seguro de una cosa, esa chiquilla era igual de molesta que Sougo.

- Hijikata - corrigió el hombre - ¿Qué haces aquí? Creí que habías vuelto a tu país o algo así -